​Recuerdos entrañables del 25 de abril de 1999

(Minghui.org) El 11 de abril de 1999, He Zuoxiu, de la Academia China de Ciencias, publicó un artículo en una revista de alcance nacional difamando a Falun Dafa con historias inventadas. Cabe destacar que He Zuoxiu era pariente de Luo Gan, el entonces secretario del Comité Central de Asuntos Políticos y Jurídicos del PCCh (Partido Comunista Chino).

Cuando los practicantes de Falun Dafa fueron a la sede de la editorial de la revista en Tianjin para aclarar la verdad pacíficamente, fueron acosados por la policía y más de 40 practicantes fueron arrestados.

Al no poder comunicarse con las autoridades locales, los practicantes de Falun Dafa acudieron a Beijing el 25 de abril para suplicar al gobierno central la liberación de los practicantes inocentes. También pidieron poder practicar los ejercicios sin ser acosados por ciertas organizaciones gubernamentales.

Ese día, más de 10.000 practicantes de Beijing y otros lugares se congregaron pacíficamente en torno a Zhongnanhai, el complejo del gobierno central. Se vio a la policía ordenando a los practicantes que formaran una fila en la calle frente a Zhongnanhai. A pesar de la gran concurrencia, el lugar se mantuvo en paz y tranquilidad.

Tras reunirse Zhu Rongji, el entonces primer ministro, con representantes de Falun Dafa, ordenó a la policía de Tianjin que liberara a los practicantes arrestados ilegalmente. Tras recibir la buena noticia, los practicantes se dispersaron silenciosamente a última hora de la noche, sin dejar rastro, ni siquiera un trozo de papel. La campaña del "25 de abril" fue tan pacífica que la prensa internacional la calificó como la "campaña más pacífica y racional de la historia de China".

Eso no impidió que Jiang Zemin tergiversara la protesta pacífica calificándola de "asedio a Zhongnanhai" y la utilizara como excusa para la posterior persecución nacional a Falun Dafa. Presencié personalmente lo que ocurrió ese día.

Salí de casa temprano el 25 de abril de 1999 para esperar un autobús a Beijing. En aquel entonces, el transporte en las afueras no estaba tan urbanizado como ahora, y solo había un número limitado de autobuses y algunas furgonetas privadas. Mientras esperaba, llegó más gente y me enteré de que todos iban a Beijing.

Después de subir al autobús, todos fueron amables e intentaron dejarles los asientos a los demás. Mientras estaba de pie junto a la puerta, una mujer guapa me saludó con la mano: "Ven y siéntate conmigo". Me acerqué y compartimos un asiento. Le pregunté si tenía unos 40 años. Me dijo con una gran sonrisa: "Me jubilo este año. Desde que empecé a practicar Falun Dafa, todos mis problemas de salud desaparecieron, ¡y todos los practicantes dicen que parezco mucho más joven!".

Casi al instante, otros a nuestro alrededor se unieron a la conversación, deseosos de compartir cómo se habían beneficiado de practicar Falun Dafa y las experiencias milagrosas que habían tenido. ¡Era un ambiente muy animado!

El tiempo pasó rápido y llegamos a nuestro destino. Nos separamos al bajar del autobús y nos dejamos llevar por la multitud hasta la calle donde se encontraba la oficina de apelaciones. La gente formaba fila en silencio a lo largo de la calle. Seguí caminando porque quería ver cómo era la Oficina Central de Apelaciones.

Era una mañana despejada de principios de primavera. La calle frente al edificio estaba limpia y amplia, con algunos policías fumando y charlando aquí y allá. Aunque el clima aún era algo fresco, las copas de los árboles ya estaban salpicadas de tiernos brotes verdes. El cielo azul claro y los rayos dorados del sol hacían que todo se sintiera fresco y cálido.

Cuando llegué al final de la calle y miré hacia atrás, me impresionó la hermosa escena de tanta gente haciendo fila a los lados. Algunos vestían traje, otros vestían ropa informal, algunos vestían los uniformes de su profesión, mientras que otros vestían ropa deportiva. Había ancianos de pelo canoso, personas de mediana edad en la flor de la vida, jóvenes adultos llenos de energía, y una joven madre alegre con un bebé de apenas unos meses. "¡Qué hermosa mezcla! ¡Así es como se ve una apelación!", pensé. Es una verdadera lástima no tener una cámara entonces para capturar esas preciosas escenas.

Mientras esperaban, algunas personas practicaban los ejercicios de Falun Dafa, otras se sentaban en posición de loto meditando, mientras que otras leían libros de Dafa.

Empezó a hacer más calor después del mediodía. De vez en cuando, oíamos estallidos de aplausos de la multitud que se encontraba en la entrada. Resultó que el entonces primer ministro Zhu Rongji había invitado a representantes de Falun Dafa al complejo de Zhongnanhai para una consulta.

Estaba oscureciendo y de repente recordé que tendría que trabajar horas extra al día siguiente, así que, de mala gana, me abrí paso entre la multitud y me dirigí hacia la estación de autobuses.

Ya estaba oscuro. ¿Habría autobuses en funcionamiento? Justo cuando empezaba a preocuparme, oí que alguien decía: "¿Necesitas que te lleve?". Me di la vuelta y vi que un joven había detenido su pequeña camioneta justo detrás de mí. Me sentí muy feliz y aliviado, y me subí a la camioneta. Pero cuando intenté pagar el viaje, el joven no aceptó dinero. Dijo con sinceridad: "Debes ser un practicante de Falun Dafa que vino a apelar. Todos ustedes son buenas personas que siguen los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Ya es tarde. ¡Te llevaré a casa gratis!".

Han pasado muchos años, pero aún recuerdo a la señora que compartía su asiento conmigo. Debía de verse joven y hermosa. Ya tendría unos 80 años. El bebé que la joven madre sostenía debía de haberse convertido en una hermosa joven o en un apuesto joven. Deben estar caminando con paso firme por el camino de la cultivación. ¿Qué estará haciendo ahora el joven que me llevó a casa gratis? Quizás él y su familia también empezaron a practicar Falun Dafa hace mucho tiempo.

Los recuerdos de esos momentos me inundan, llenándome el corazón de calidez. Y, sin embargo, ni siquiera pregunté a nadie su nombre ni su dirección. Son inolvidables, y los extraño a todos.