(Minghui.org) El Sr. Han Junde murió el 14 de abril de 2022, mientras cumplía una condena de ocho años en la prisión Jidong nro. 5 de la provincia de Hebei por practicar Falun Gong. Han pasado tres años, pero su cuerpo sigue en el depósito de cadáveres: las autoridades penitenciarias se han negado reiteradamente a proporcionar a su familia la información necesaria para descubrir la verdadera causa de su muerte.
Sr. Han Junde
El Sr. Han, de 77 años, de la ciudad de Baoding, provincia de Hebei, fue detenido el 30 de agosto de 2019 y condenado a ocho años en febrero de 2020. Tras perder su apelación tres meses después, ingresó en la prisión Jidong nro. 5 en junio de 2020. Debido a los malos tratos en prisión, desarrolló una anemia grave y quedó ciego de un ojo, por lo que tuvo que ser trasladado en silla de ruedas. La prisión no le prestó atención médica hasta después de marzo de 2021. También ordenaron a su familia pagar 10.000 yuanes para cubrir sus tratamientos. Sus seres queridos solicitaron que fuera puesto en libertad condicional por motivos médicos, pero su petición fue denegada.
Como el Sr. Han se negó a renunciar a Falun Gong, los guardias de la prisión se negaron a presentar su moción de reconsideración de su caso a las autoridades superiores, como exige la ley. Negaron a su familia el derecho de visita y no les permitieron ninguna otra forma de comunicación, aparte de tres llamadas telefónicas, durante todo el tiempo que estuvo encarcelado. Incluso después de que enfermara gravemente, se siguió prohibiendo a su familia que lo visitara. La prisión también amenazó con incinerar su cuerpo sin el consentimiento de la familia si moría.
Tras la muerte del Sr. Han, su familia solicitó ver su historial médico, el informe de la autopsia, los vídeos de vigilancia y otra información relevante. La prisión se negó a proporcionar la información solicitada y la familia se negó a dar marcha atrás, pues creía que su muerte era consecuencia de las torturas sufridas en la prisión. La prisión envió su cadáver a un depósito de cadáveres.
La familia se dirigió a varios organismos públicos, pero se les evadió el caso en todas partes.
La prisión nombró a un nuevo director en mayo de 2024. El director empezó a presionar a la familia del Sr. Han para que aceptara incinerar su cuerpo. Se negaron y el alcaide les amenazó con hacerles pagar todos los gastos de mantener el cadáver en el depósito.
El director también acosó a los dos yernos de Han y les amenazó con poner en peligro sus empleos. El marido de la hija menor del Sr. Han no pudo soportar la presión cuando le dijeron que su hija no podría presentarse a los exámenes de la universidad. Quiso divorciarse de ella para evitar verse implicado. Su esposa suplicó a su madre, que vivía con ellos tras el fallecimiento del Sr. Han, que volviera a su propia casa.
A pesar de las amenazas, la esposa de Han se comprometió a seguir buscando justicia para su marido. Dice que Falun Gong le devolvió la salud al Sr. Han: le habían extirpado el 80% del estómago antes de que empezara a practicarlo en 1997. Pero la persecución y la tortura durante su detención arruinaron su salud y le llevaron a la muerte. Dijo que los implicados en su persecución deberían rendir cuentas.
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