(Minghui.org) El 25 de abril es un día importante para los practicantes de Falun Dafa. Hace 26 años, unos 10.000 practicantes se reunieron cerca de la Oficina Central de Apelaciones del Consejo de Estado en Beijing para pedir la liberación de los practicantes detenidos en Tianjin en los días previos. A pesar del carácter pacífico de suapelación, el Partido Comunista Chino (PCCh) lo utilizó para difamar a Falun Dafa después de que el régimen comenzara la persecución de la práctica en julio de 1999.
Sin embargo, si examinamos la historia, el PCCh realmente permitió e incluso defendió la libertad de reunión, hasta que tomó el poder en octubre de 1949.
Promoviendo las reuniones en la década de 1940
Una vez finalizada la Segunda Guerra Sino-Japonesa en 1945, el Kuomintang, en el poder, estaba dispuesto a llegar a un acuerdo con el PCCh para establecer una sociedad democrática. Pero el PCCh inició una guerra civil. Además de combatir al ejército del Kuomintang en el frente, también utilizó « peticiones» y «reuniones» para socavar al Kuomintang.
Según el sitio web oficial de la Universidad Jiao Tong de Shanghai: «Dirigidos por la Rama General del PCCh en la Universidad Jiao Tong de Shanghai, casi 3.000 estudiantes rompieron todos los obstáculos y condujeron un tren a Nanjing el 13 de mayo de 1947 y apelaron al gobierno del Kuomintang en Nanjing». Resulta difícil imaginar que a los estudiantes universitarios se les permitiera abusar de tales recursos en tiempos de guerra y enfrentarse al gobierno de esta manera.
Este fue sólo uno de los muchos episodios de disturbios instigados por el PCCh. En la provincia de Hubei, el 22 de mayo de 1947, el PCCh movilizó a los estudiantes para atacar al Gobierno provincial en Wuhan. Destruyeron las oficinas del gobierno, los retratos de Chiang Kai-shek y destrozaron los recintos gubernamentales con pintadas. Cuando los guardias dispararon a tres estudiantes e hirieron a doce más, el PCCh dio publicidad inmediata a este suceso en todo el país.
El 5 de julio de 1947, en Beijing, el PCCh instigó a más de 6.000 estudiantes a enfrentarse al ayuntamiento. Los estudiantes atacaron a policías armados con ladrillos y porras, entonces los soldados abrieron fuego y mataron a unos 10 estudiantes.
El PCCh extendió los disturbios a 22 universidades del norte y noreste de China y celebró asambleas a gran escala en Beijing, junto con huelgas de trabajadores en las principales ciudades. Al final, el gobierno del Kuomintang se vio obligado a ceder.
El doble estándar del PCCh expone su verdadera naturaleza
A partir de estas acciones, podemos ver que movilizar a los estudiantes para atacar al gobierno formaba parte del libro de trucos del PCCh, es decir, hasta que el régimen tomó el poder en 1949. En todos estos sucesos, hubo un centenar de heridos o muertos. Por otro lado, durante la masacre de la plaza de Tiananmen en 1989, el PCCh disparó contra estudiantes desarmados y los arrolló con tanques. La Cruz Roja de Beijing calculó que murieron unos 2.600 estudiantes y 30.000 resultaron heridos. Archivos desclasificados británicos y estadounidenses concluyeron que hubo más de 10.000 muertos, estableciendo un récord de personas asesinadas en una protesta pacífica.
El trágico suceso de 1989 ayudó a impulsar a Jiang Zemin a la cúpula del liderazgo del PCCh. Sabía que la libertad de reunión fue una herramienta eficaz que ayudó al PCCh a tomar el poder, pero también era un riesgo importante que podía socavar su gobierno. Así que Jiang y el PCCh no tolerarían este tipo de reuniones bajo su gobierno, violando así la Constitución china. Este doble estándar demuestra que el PCCh no tiene principios y que su máxima prioridad siempre ha sido reprimir al pueblo chino con brutalidad y mentiras.
El 25 de abril de 1999, los practicantes de Falun Dafa hicieron una apelación a la justicia sin ningún interés personal ni político. Su conducta tranquila y armoniosa dejó al PCCh sin excusas para responder inmediatamente con una represión armada. Gracias a la abnegación de los practicantes, su apelación se convirtió en la más grande y pacífica de la historia moderna de China, y el éxito que lograron bajo un régimen tan violento trajo esperanza a China y a quienes lo observaban desde el extranjero.
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