(Minghui.org) A veces, unas pocas palabras casuales pueden causar un malentendido.

Una practicante de Falun Dafa vio a un practicante hombre y hablaron sobre rescatar a practicantes detenidos. Con la intención de continuar la conversación, la practicante dijo: “¿Qué te parece si almorzamos juntos?” Sin embargo, el practicante malinterpretó su sugerencia, pensando que ella quería insinuar un interés personal.

Tuve una experiencia similar: mi intención sincera fue malinterpretada por un practicante hombre.

Cuando vivía sola, no podía realizar tareas físicas pesadas. Un día, le pedí a un practicante si podía ayudarme con algo en mi casa. Inicialmente aceptó, pero poco antes de la hora acordada, de repente dijo que no podía venir. No le di mucha importancia en ese momento.

Después entendí por qué pudo haber cambiado de opinión. En la sociedad actual, muchas personas ya no creen que una relación entre hombre y mujere pueda ser puramente amistosa. El practicante tal vez quiso evitar cualquier malentendido y prefirió no entrar a la casa de una mujer soltera, donde estaríamos solos.

Siempre que enfrento situaciones similares, busco la manera de resolver el problema yo sola o contrato a alguien. Cuando viene algún hombre extraño a mi casa, es mejor que haya amigos o familiares presentes. Evito quedarme sola con un hombre soltero. Creo que esto protege a ambas partes.

Como practicantes mujeres, debemos cuidar nuestras palabras y comportamientos para evitar posibles malentendidos. Que nuestras intenciones sean puras no significa que los demás las perciban de la misma manera. Es importante considerar las cosas desde la perspectiva de los demás, especialmente cuando interactuamos con el sexo opuesto.

Un colega tenía la costumbre de tocar a las personas, incluidas las mujeres, mientras hablaba. Cuando me tocó, le dije con calma: “Un caballero habla sin usar las manos”. Inmediatamente entendió y nunca lo volvió a hacer. Siempre que las conversaciones entre hombres y mujeres se tornan en bromas inapropiadas, me distancio de ellas.

Dado que las normas sociales se han deteriorado, apenas podemos imaginar cuán impuros pueden ser los pensamientos de algunas personas. Algunos se sienten complacidos de ser atractivos para el sexo opuesto. Sin embargo, para los practicantes, si atraemos a otros de esta manera, podría ser una señal de que algo en nuestra mentalidad o comportamiento necesita ser rectificado. Otros pueden sufrir al sentirse atraídos hacia nosotros, y eso nos genera yeli.

En este mundo caótico, al interactuar con el sexo opuesto, debemos mantener la moral tradicional y asegurarnos de que nuestro comportamiento sea recto. De esta manera, no solo cultivamos mejor, sino que también damos un buen ejemplo a los demás.

Los artículos en los que los cultivadores comparten sus entendimientos generalmente reflejan la percepción de un individuo en un momento determinado en función de su estado de cultivación, y se ofrecen con el espíritu de permitir la elevación mutua.