(Minghui.org) Vivo en una zona rural y nunca fui a la escuela. Sólo aprendí a leer algunas palabras después de asistir a una clase de alfabetización durante dos meses. Era una persona decente y honesta, pero débil. Tenía miedo de mi marido, de su madre y de su hermana. No me atrevía a ofender a nadie, fuera de mi familia o de la familia de mi marido. Tengo dos hijos, dos nueras, dos nietas y mi marido, pero yo era la única que se ocupaba de la familia de ocho. A veces mi marido me miraba mal, me pegaba o me reñía sin motivo. Yo me quedaba callada y aguantaba.

Madre e hija están a salvo

En 2012 vi el vídeo de Shifu enseñando los ejercicios cuando visité a mi hermana. Ella comenzó a practicar Falun Dafa porque estaba enferma. Antes de practicar se sometió a casi 20 cirugías, pero sus enfermedades no se curaron. Cuando le dieron el alta del hospital, su cuerpo estaba lleno de tubos. Después de empezar a practicar, todas sus enfermedades desaparecieron, y fuimos testigos de lo milagroso que es Falun Dafa. Le pedí que me prestara el vídeo de enseñanza de ejercicios para aprender a practicar. Me llevé el vídeo a casa e hice las cinco series de ejercicios de Falun Dafa todos los días. Todavía no había leído Zhuan Falun.

Unos meses más tarde, a mi nuera, embarazada de siete meses, se le puso la piel amarilla e hinchada de repente. Cuando fue al hospital a hacerse un chequeo, el médico le dijo que tenía ictericia debida a la hepatitis. Llamé a mi hermana y se lo conté. Rápidamente envió el libro Zhuan Falun a mi casa y pidió a toda nuestra familia que recitara sinceramente las auspiciosas palabras: «Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno». Mi nuera sostuvo Zhuan Falun en ambas manos y dijo: «Lo recitaré. Lo recitaré sin falta». Mi hermana sugirió que fuéramos a un hospital grande de la provincia para que la examinaran.

Tras examinarla en el hospital, el médico dijo que la vida de mi nuera y la del bebé corrían peligro. Me pidió que decidiera si debía salvarla a ella o al bebé. Le dije que quería salvar a los dos. El obstetra y el ginecólogo la examinaron y dijeron que el cuello del útero se estaba dilatando y que estaba a punto de dar a luz. Sugirieron que la dejáramos dar a luz, diciendo que costaría menos y que el niño probablemente moriría de todos modos. El médico también dijo que la ictericia y la hepatitis de mi nuera se transmitirían al niño. Pero mi nuera y yo insistimos en la cesárea. Pensamos que debíamos salvar al niño como fuera. Gracias a la insistencia de mi nuera y mía, nació una niña por cesárea, y tanto la madre como la hija estaban a salvo.

Los médicos las examinaron: la niña no estaba infectada y mi nuera estaba milagrosamente fuera de peligro. Toda nuestra familia seguía recitando en silencio las palabras auspiciosas. Mi nuera llevaba consigo Zhuan Falun. Sabíamos que el compasivo Shifu la había salvado a ella y a la niña. ¡Gracias Shifu! Desde entonces, comencé sinceramente a practicar Falun Dafa.

Mi nieta tiene ahora doce años. Esta llena de vida y sana, y a veces me ayuda a distribuir materiales de esclarecimiento de la verdad.

Comencé la cultivación

La primera vez que intenté leer Zhuan Falun, sólo fui capaz de reconocer unas pocas palabras. Pero siempre que tenía tiempo, tomaba el precioso libro e intentaba leerlo. Cuanto más leía, más quería leer. Nunca tenía suficiente. Afortunadamente, mi nuera mayor y mi hijo menor tuvieron mucha paciencia y me enseñaron algunas palabras. Cuando se iban a trabajar, tomaba el libro y pedía ayuda a otros: vecinos, amigos, parientes y alumnos de primaria.

No soy una persona inteligente, pero si alguien me enseñaba podía reconocer las palabras de Zhuan Falun y las recordaba. Mi hermana, que es practicante, dijo: «Eso es porque Shifu vio que eres sincera y te dio sabiduría». El compasivo Shifu siempre me animó. Cuando estudiaba el Fa, cada palabra del libro estaba delineada en oro.

Mi vecina empezó a practicar Falun Dafa porque me ayudó a leer Zhuan Falun. Mi hermana venía a menudo a la aldea para discutir e intercambiar experiencias de cultivación con nosotros, y luego nos llevó a mi vecina y a mí al sitio de estudio del Fa en la ciudad para participar en el estudio del Fa en grupo. Mi vecina y yo estábamos muy contentas. Cada vez que íbamos a la ciudad, leíamos una lección por la mañana y luego íbamos al lugar de estudio del Fa por la tarde. Nos encantaba la oportunidad de leer el Fa con otros practicantes. Los practicantes de la ciudad eran muy entusiastas y pacientemente me enseñaron a leer.

Ahora puedo leer con fluidez Zhuan Falun y otras conferencias de Shifu. También puedo leer el Semanario Minghui y los materiales de clarificación de la verdad. Gracias, Shifu, por abrir mi sabiduría, para que yo, una persona analfabeta, pueda leer fluidamente el Fa.

Como tengo poca educación, no me resulta fácil hablar. No puedo explicar grandes principios, pero tengo una fe sólida en Shifu y en el Fa. Hago todo lo que Shifu dice. Hago los ejercicios cada mañana. Envío pensamientos rectos a las cuatro horas globales todos los días, y también los envío a las siete, ocho y nueve de la noche. No soy buena hablando, y mi aclaración de la verdad cara a cara se limita a parientes, amigos y conocidos, pero compenso mis deficiencias distribuyendo materiales para informar a la gente sobre Falun Dafa y la persecución.

Bajo la compasiva protección de Shifu, los otros practicantes y yo viajamos a cada aldea en un radio de 16 km (una docena de millas), incluyendo rincones remotos, y entregamos materiales de esclarecimiento de la verdad a cada hogar.

Tratando amablemente a mi marido

Mis dos hijos y mis dos nueras creen en Falun Dafa y apoyan mi cultivación. Cada Año Nuevo Chino, ponen en la puerta de sus casas coplas que aclaran la verdad sobre Dafa. Pero mi marido no entendía la cultivación. En los últimos años, trabajó en otra ciudad. Durante la pandemia de COVID, la economía china se hundió y él no tenía nada que hacer, así que se quedó en casa.

No le importaba que yo leyera el Fa y practicara los ejercicios. Sabía que mi salud era buena y que podía hacer las tareas domésticas después de empezar a practicar, pero me regañaba cada vez que enviaba pensamientos rectos o salía a distribuir materiales. Una vez me regañó mientras enviaba pensamientos rectos, y yo le ignoré. Me dio dos puñetazos, pero seguí sentada con las piernas cruzadas y las palmas de las manos en alto, sin moverme. Poco a poco dejó de interrumpirme cuando enviaba pensamientos rectos.

Un aldeano le dijo que yo gozaba de buena salud después de haber corrido en la intemperie durante muchos años (refiriéndose a que yo distribuía los materiales). Mi marido se fue a casa y me esperó en la puerta. Tan pronto como entré, empezó a maldecir: «Ya no te quiero en esta familia. Debes marcharte». También regañó a mi hermana y bloqueó la puerta para impedirme entrar en casa. Mi hijo mayor lo vio, pero no se atrevió a decir nada de su padre.

Mi nuera me defendió y me dijo: «Papá, ¿cómo puedes decir eso de mamá? Es muy hiriente. Somos una familia tan grande y ella hace todas las tareas de la casa. ¿Por qué la controlas y le prohíbes practicar Falun Dafa? Ella está sana y enérgica porque practica, y no se enferma. ¿No es eso una bendición para toda la familia?».

Le conté a mi hermana lo sucedido. Se río y dijo: «Sabía que mi cuñado te regañaría. Le has tenido miedo y le has evitado todos estos años, y no le has dicho la verdad sobre Dafa. Deberías decirle la verdad con amabilidad y salvarle. También deberías salvar a los de tu familia. Cuando él pierde los estribos y te regaña, es para ayudarte a mejorar tu xinxing y ayudarte a que te cultives".

Después de decir esto, me di cuenta de que debía aclarar la verdad a mi marido. Cuando un día vi que estaba de buen humor, le dije: «Antes tenía problemas de estómago y reumatismo. Iba a menudo al hospital para tratarme. Me gastaba mucho dinero, pero nada me ayudaba. No podía ni levantar las manos para vestirme. Después de trabajar en el campo, no podía ni levantar los pies. En aquella época también sufría de hipertensión. A los 40 años, el médico me dijo que podía tener un derrame cerebral. Ahora tengo 60 años. Después de practicar Falun Dafa, mi salud siguió mejorando. Tengo mucha energía y nunca me han hospitalizado. Me ocupo de la casa. Nuestro hijo mayor se cayó del cuarto piso, pero no sufrió ningún daño. Esto se debe a que Shifu lo protegió. La gente no debe ser desagradecida».

Le conté que Shifu dijo: «¿No les he dicho que cuando una persona practica, toda la familia se beneficia?» (Exponiendo el Fa en el Fahui de Australia). Mi marido no dijo nada. Después de eso, cada vez que salía a hablar a la gente sobre Falun Dafa, él fingía no darse cuenta.

Necesito estudiar más el Fa y hacer bien las tres cosas, para que pueda vivir a la altura de la salvación compasiva de Shifu. Este es el primer artículo que escribo para compartir experiencias, así que, por favor, tengan la amabilidad de señalar cualquier error.

¡Gracias Shifu por su compasiva salvación!
¡Gracias a todos los practicantes que me han ayudado!