(Minghui.org) Me gustaría contarles a Shifu y a los practicantes sobre las experiencias de mi familia. La gracia salvadora del Fa nos ha templado y hemos estado inmersos en ella durante muchos años. Comparto esto para validar la extraordinaria naturaleza y belleza de Dafa.
Mi madre nació en la miseria. Su familia fue calificada de «terrateniente» por el Partido Comunista Chino (PCCh) y, por tanto, perseguida. Su hermano mayor fue encarcelado por ser jefe de distrito de la República de China. El PCCh consideró que su segundo hermano tenía antecedentes poco claros y desapareció.
En aquella época en la que la lucha de clases era fundamental, mi madre no tenía futuro, a pesar de ser una de las mejores estudiantes de una escuela de renombre. Su tercer hermano fue etiquetado de derechista por el PCCh la víspera de su examen de ingreso a la universidad. Sin otra opción, mi madre se casó con mi padre, un soldado divorciado con una hija de 10 años.
Mi padre era honesto por naturaleza, pero tenía mal carácter. También era adicto al mahjong (un juego de azar). No ayudaba a mi madre con las tareas del hogar y peleaban constantemente.
Debido a la época en la que creció, mi madre era tímida y se sentía inferior. Los conflictos familiares afectaron su salud y finalmente estuvo al borde del colapso. Con menos de 40 años, padecía más de diez enfermedades, entre ellas neurastenia, cardiopatías e hipertensión. Se esforzó por mejorar su vida: quemaba incienso, veneraba a Buda y hacía varios ejercicios físicos. Pero nada le ayudó.
La alegría de mi madre al encontrar Dafa
Su vida mejoró tras descubrir Dafa a principios de 1996. Tras acostumbrarse a madrugar para hacer los ejercicios de Dafa, se dio cuenta de que ya no estaba tan cansada como antes. Su rostro resplandecía y estaba llena de energía. Me confesó que había encontrado el verdadero Fa de Fo.
Pensé: "¿Cómo fue posible?". Entonces me explicó cómo había encontrado Dafa: Una vez vio un retrato de Shifu que los practicantes ofrecían durante las sesiones gratuitas para difundir la práctica. Al mirarlo, pensó: "Él es el verdadero Fo. Vino aquí para salvar a la gente". Desde ese día, abandonó todas sus prácticas deportivas para ejercitar el físico y tiró todos los medicamentos que tenía acumulados en los cajones de su casa.
Todas las mañanas, se levantaba temprano para ir sitio de practica para hacer los ejercicios. Por la noche, iba a casa de un practicante para ver las grabaciones de las enseñanzas del Fa de Shifu. Se sumergió en la gracia salvadora de Shifu. Pronto, todos sus problemas de salud desaparecieron. Podía dormir bien y su temperamento cambió. En lugar de caer en los extremos, se mostró tranquila y serena. Su cabello, que antes era completamente gris, creció espeso y negro. Tenía la tez rosada y parecía mucho más joven.
Era muy diligente y se convirtió en asistente del centro de práctica de ejercicios de Dafa, manteniéndose muy ocupada. Siempre que tenía tiempo, estudiaba y recitaba el Fa y participaba en las actividades de los fines de semana para difundirlo. A menudo invitaba a los practicantes a nuestra casa para ver las conferencias de Shifu.
Les contó a todos los que se encontraba sobre la naturaleza maravillosa y milagrosa de Dafa. Al compartir su experiencia sobre cómo mejoró su salud, animó a su familia y amigos a practicar. Cuando Dafa comenzó a ser perseguido en 1999, fue sola a la Plaza de Tiananmén y alzó una pancarta que decía: "¡Falun Dafa es bueno!". Y logró regresar a casa sana y salva.
Al presenciar sus cambios, todos los miembros de mi familia comenzaron a cultivar Dafa. ¡Mi madre se sintió muy afortunada!
Cambios en mi padre
Durante la hambruna de tres años que comenzó a finales de la década de 1950, mi padre regresó a su pueblo natal para visitar a sus familiares. Informó al oficial del ejército que vio a gente muriendo de hambre en esa región. El oficial del ejército lo puso en régimen de aislamiento alegando que había difamado al PCCh y al socialismo difundiendo rumores. Incluso amenazó a mi padre con un juicio militar.
Por coincidencia, la esposa y los hijos del oficial también se refugiaron con el ejército debido a la hambruna. Solo cuando su esposa confirmó que efectivamente había gente muriendo de hambre en su pueblo natal, mi padre fue liberado. Sin embargo, aun así, fue penalizado con la jubilación anticipada. Tras jubilarse, el temperamento de mi padre cambió drásticamente y se volvió irritable y resentido.
Después de que mi padre empezó a practicar Falun Dafa, se volvió amable y cariñoso. También acompañaba a mi madre al sitio de práctica todas las mañanas. La ayudaba a llevar el reproductor con la música de los ejercicios y limpiaba el lugar después.
Mi padre, que ama la tierra tanto como a su vida, alquiló un huerto en las afueras después de jubilarse. Plantó hortalizas en el terreno vacío y las compartió con familiares, amigos y vecinos. Los manzanos eran su vida. Desherbaba, desinfectaba, fertilizaba, regaba y podaba los árboles todo el día. Los trataba como si fueran sus propios hijos. Comparados con otros huertos cercanos, sus manzanas eran grandes y abundantes.
Antes de un Festival de Medio Otoño, justo cuando estaba a punto de recoger sus manzanas, descubrió que muchas de las mejores manzanas de su huerto habían sido robadas durante la noche. En lugar de enojarse, dijo: “Quizás quien las robó tenía derecho a ellas. Quizás le debía algo a alguien”.
En dos ocasiones, camino al huerto, mi padre iba en triciclo y fue atropellado por un camión. No resultó herido, pero las ruedas del triciclo se doblaron. El conductor del camión, asustado, quiso llevarlo al hospital y compensarlo por el triciclo. Pero mi padre rechazó la oferta.
Le dijo al conductor que practicaba Dafa y que estaría bien porque Shifu lo protegería. Estaría bien si el conductor pudiera arreglar su bicicleta. Cuando nos lo contó, nos pareció increíble.
Mi padre también instaló un centro de práctica de ejercicios de Dafa cerca del huerto. En aquella época, varias decenas de personas acudían allí a practicar. A veces se quedaba en el huerto al anochecer y, en invierno, encendía una estufa de carbón. En dos ocasiones, sufrió una intoxicación por monóxido y se desmayó. Mi padre no sufrió ningún efecto secundario a causa del monóxido. Al contrario, mejoró su salud. Cada vez que lo mencionaba, se conmovía y decía que fue Shifu quien lo salvó y le dio una nueva vida. ¡Gracias, Shifu, por tu protección y tu inmensa gracia salvadora!
Cuando el PCCh intentó desprestigiar a Dafa y perseguir a los practicantes, cuatro miembros de mi familia fueron detenidos ilegalmente. Mi padre hizo todo lo posible por rescatarlos a todos. Acudió a la comisaría, al departamento de policía, a la División de Seguridad Nacional, al Comité Político y Judicial y a la Oficina 610 para exigir la liberación de sus familiares inocentes.
Cuando nos visitaba en los campos de trabajo forzado y prisiones, solía hablar con quienes lo dejaban entrar por la puerta principal. Por ejemplo, les contó sobre “La farsa de la auto-inmolación de la plaza Tiananmen” para exponer los crímenes del PCCh en la persecución a Dafa. Hablaba con cualquiera que se encontraba, explicándole que, al arrestar a un grupo de personas que practicaban Verdad-Benevolencia-Tolerancia y encarcelarlos, ¡el PCCh estaba completamente acabado!
Dafa ha bendecido a mi familia
Los Juegos Olímpicos se celebraron en China en 2008. Durante ese tiempo, el PCCh recorrió todo el país acosando y arrestando a practicantes. Yo era una de ellos. Sin pruebas, me incriminaron, me arrestaron y me torturaron cruelmente.
Pedí ayuda a Shifu para que me fortaleciera y me salvara. En el hospital donde me llevaron de urgencia, me encerré en el baño, me senté en el inodoro y escribí un artículo denunciando la maldad en un rollo grande de papel higiénico. Mi padre me ayudó a encontrar un lugar para imprimirlo. Acompañado por mi familia, logré entregar información sobre los represores a todos los departamentos pertinentes.
Mientras estuve detenida ilegalmente, antes de cada comida, recitaba Lunyu nueve veces y enviaba pensamientos rectos. Tenía una idea firme: "Shifu no dispuso que estuviera en prisión. Ya que el PCCh se ha atrevido a torturarme, debo exponer sus malas acciones".
Tras cuatro meses de lucha entre el bien y el mal, gracias a los esfuerzos de rescate de otros practicantes y con el apoyo de Shifu, regresé a casa. Durante ese tiempo, Shifu arregló que trabajara en un proyecto de mayor responsabilidad. Me uní a otros practicantes y, aunque corrimos peligro varias veces, regresamos sanos y salvos con la protección de Shifu. También volví al trabajo, obtuve mi licencia profesional y me jubilé.
Mi esposo, quien había sido condenado ilegalmente a 10 años de prisión, también regresó a casa, y nuestra familia finalmente se reunió. Mi hija, a quien se le habían negado oportunidades educativas debido a años de persecución, encontró un trabajo con un salario decente. A pesar de la presión laboral, insistió en estudiar el Fa siempre que pudo. Un compañero de trabajo le habló de un concurso internacional. Participó y ganó un premio sin decírselo a nadie. Mi hija también aprendió inglés gratis en una plataforma reconocida.
Después de varios años de arduo trabajo, finalmente fue admitida en un prestigiado programa de posgrado en el extranjero y le otorgaron una buena beca.
Los compañeros de trabajo, familiares y amigos de mi hija creían que le sería imposible salir de China, ya que nuestra familia había sido perseguida por el PCCh. A pesar del pesimismo general, mi hija superó el proceso por sí sola y completó todos los pasos. Estaba llena de confianza y emprendió su camino para estudiar en el extranjero.
Shifu protegió con esmero a mi hija e hizo los mejores arreglos para ella. No sé qué decir para expresar mi gratitud por su compasión. Solo quiero decir: "¡Gracias, Shifu, por tu gracia salvadora! ¡Has trabajado tan duro!".
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