(Minghui.org) Bajo la dirección de la Oficina de Administración Penitenciaria de Ningxia, el Comité de Asuntos Políticos y Legales y la Oficina 610, las guardias de la Prisión de Mujeres de Ningxia han utilizado diversos métodos para torturar a las practicantes de Falun Dafa con el fin de que renuncien a su fe.
En los últimos años, la prisión ha mantenido en secreto las medidas que se están tomando para "transformar" a las practicantes. A principios de 2024, la prisión estableció una división de aislamiento, que incluye una "sala privada" donde las practicantes pueden ser "tratadas" individualmente.
A continuación, se presenta una lista de los métodos utilizados contra las practicantes de Falun Dafa y un relato personal de la persecución.
Admisión en prisión
Las reclusas recién ingresadas suelen ser ubicadas en el "Nivel de Examen", mientras que las practicantes de Falun Dafa son ubicadas en el "Segundo Nivel Estricto".
Se asignan cuatro o cinco reclusas para supervisar a una practicante. Entre estas reclusas suele haber una asesina o una narcotraficante. Instigadas por los guardias, estas reclusas abusan de las practicantes a voluntad para intentar obligarlas a "transformarse".
Privadas de derechos básicos
Las practicantes que se niegan a ser "transformadas" son sometidas a audios de propaganda difamando a Falun Dafa y a carteles que calumnian a Falun Dafa y a su fundador en las paredes. Si las practicantes intentan aclarar los hechos, las reclusas les tapan la boca con cinta adhesiva, las insultan, las golpean en la cara, les tiran del pelo y les dan patadas, generalmente donde no hay cámaras de vigilancia. Algunas practicantes han sufrido perforaciones de tímpanos. También se les obliga a permanecer de pie o sentadas en un pequeño taburete sin moverse durante largos periodos y no se les permite descansar hasta la hora de acostarse. Las golpean si se quedan dormidas. Algunas reclusas incluso pellizcan a las practicantes.
Se supone que las reclusas pueden comprar 100 yuanes al mes en artículos de primera necesidad. Sin embargo, no pueden comprar papel higiénico, toallas sanitarias, detergente, pasta de dientes ni cepillos de dientes. Deben pedir prestadas toallas sanitarias a otras reclusas durante la menstruación. Aunque la mayoría de las reclusas les prestan toallas sanitarias, las practicantes primero tienen que soportar insultos y humillaciones.
No se les permite a las practicantes lavarse, ducharse, lavar la ropa ni comer una comida completa. A menudo se marean y quedan demacradas por el hambre. A veces, las reclusas las obligan a comer hasta que están muy llenas y luego las golpean si no terminan la comida.
Tampoco se les permite comunicarse ni visitas de sus familias. Se les obliga a informar y pedir permiso si necesitan comer, beber agua, ir al baño o dormir. Si no siguen las reglas o se niegan a ser "transformadas", son sometidas a torturas más intensas.
Abuso Mental
Para torturar mentalmente a las practicantes, los guardias les ordenan a las reclusas que coloquen una foto del fundador de Falun Dafa en un pequeño taburete y luego las obligan a sentarse. Si se niegan, las reclusas colocan la foto en la puerta, en el baño, dentro de los zapatos de las practicantes o debajo del taburete, donde no puedan verla.
A veces, los guardias organizan celebraciones de cumpleaños para las practicantes que se niegan a ser "transformadas". Seleccionan a algunas reclusas y las obligan a intentar persuadir a la practicante para que renuncie a su fe en la fiesta. Si se niega, las reclusas la agreden verbalmente.
"Habitación Privada"
En 2024, la prisión estableció una "división de aislamiento", también llamada "habitación privada", para alojar a las reclusas que violan las reglas de la prisión. Sin embargo, las practicantes que se niegan a renunciar a su fe también son enviadas allí y vigiladas por reclusas cuidadosamente seleccionadas. Las practicantes son obligadas a quitarse toda la ropa para un control de seguridad y luego a ponerse el uniforme de la prisión. No se proporcionan chaquetas ni calcetines.
La "habitación privada" es muy fría y no tiene calefacción en invierno. No hay cama, y las practicantes duermen en un colchón delgado sobre el suelo frío. Las reclusas también duermen en el suelo, pero sus colchones son un poco más gruesos. Todos deben acostarse en una posición horizontal y mantener las manos fuera de la manta. Nadie puede darse la vuelta. Dos reclusas duermen junto a la practicante mientras otras dos las vigilan caminando alrededor. El ruido a menudo mantiene despiertas a las practicantes y a las reclusas. Debido a la falta de sueño, incluso las reclusas han desarrollado palpitaciones, mareos e hinchazón. Luego descargan sus frustraciones con las practicantes.
Solo hay un baño en la habitación y no hay lavabo. Las practicantes se encargan de la limpieza y solo pueden usar el baño para lavar la ropa o las manos. La comida es muy sencilla, con pocas verduras y poca carne. Los guardias pueden negarles comida a las practicantes cuando quieran. Algunas practicantes pasaron días sin comer y temblando de frío. Quedaron demacradas, encorvadas e irreconocibles.
La practicante de mayor edad detenida allí tenía más de 80 años.
Relato personal de persecución
Una practicante que estuvo recluida en la Prisión de Mujeres de Ningxia del 21 de marzo de 2021 a septiembre de 2024 relató lo que sufrió:
“Las practicantes detenidas en la prisión eran conocidas como reclusas 'políticas'. Nos obligaban a subir al escenario cada vez que se celebraba una reunión de crítica. La guardia Xia Huifang intentó por todos los medios difamar a Falun Dafa y obligarlas a seguirla.
En abril de 2021, dos reclusas fueron asignadas para 'transformarme'. No me permitían lavarme al mismo tiempo que otras reclusas, y el tiempo que podía dedicarme a lavarme y a lavar la ropa estaba restringido. Tampoco me permitían hablar con nadie ni reunirme con mi familia. No me permitían comprar comida, solo 100 yuanes al mes para cubrir mis necesidades básicas. También me obligaban a ver videos que difamaban a Falun Dafa. Estuve al borde de un colapso mental debido al estrés de soportar el abuso verbal de mi fe.
La celda en la que estaba se encargaba de confeccionar ropa. Para ganar más dinero, la prisión aumentó nuestra carga de trabajo. Tenía que trabajar de pie, normalmente más de 10 horas al día. No me atrevía a sentarme. Si lo hacía, los guardias y las reclusas me insultaban.
Ilustración de tortura: Trabajo forzado
En septiembre de 2023, trabajábamos de 7:00 a.m. a 9:30 p.m. todos los días. Nos daban 40 minutos para almorzar. Iba al baño unas cuatro o cinco veces al día. Cada vez, tenía que correr al baño para hacer en tiempo. No nos permitían descansar los domingos. Como tenía que usar tijeras grandes para lana todos los días, en los dedos de mi mano derecha se me formaron callos y me dolían. El dolor a menudo me mantenía despierta por la noche. Una vez, estaba tan cansada que me corté el dedo índice izquierdo. No me atreví a informar a los guardias, así que limpié la sangre y seguí trabajando.
No había espejos en la prisión. Solo me di cuenta de lo delgada que estaba al regresar a casa. Al ver mi cabello canoso, las lágrimas me rodaron por la cara al pensar en las muchas compañeras practicantes que aún sufren tortura en esa prisión.
Artículo relacionado en chino:
Exponiendo la persecución a los practicantes de Falun Gong en la prisión de mujeres de Ningxia
Copyright © 1999-2025 Minghui.org. El contenido de esta página puede reproducirse con atribución.