(Minghui.org) Nací en un pintoresco pueblo donde se podía disfrutar de montañas y lagos. Mi familia tenía un pequeño patio lleno de diferentes tipos de árboles frutales y vides. Como racimos de uvas, los niños de mi familia nacieron uno tras otro, hasta un total de nueve hermanos. Incluyendo a las cuñadas que se casaron en nuestra familia, éramos un total de 15 personas. Nunca nos peleábamos ni teníamos conflictos. Durante las vacaciones, mi abuela tomaba una pequeña taza de té para dividir las pipas de girasol, las uvas y las frutas en 15 raciones, dando una a cada nieto.

Cuando en el pueblo se proyectaban películas al aire libre, nuestra familia formaba la comitiva más larga. Parecíamos alegres, con mi abuela a la cabeza. Los espectadores comentaban juguetonamente: «¡Aquí viene la vieja estrella del cumpleaños!». Algunos incluso bromeaban diciendo que era como la legendaria She Taijun liderando a los guerreros de la familia Yang. Otros comentaban: «Su familia es la más numerosa de nuestro pueblo, pero nunca hemos oído que tuvieran disputas».

Crecer en un hogar así me hizo creer que todas las familias eran así. Pero mi percepción del mundo cambió por completo después de casarme.

El marido desagradecido se vuelve amable

Poco después de casarnos, mi marido me exigía obediencia absoluta a sus padres. A pesar de trabajar duro en todas las tareas domésticas, mis suegros me reprochaban cosas constantemente. Una vez llegué tarde a preparar una comida porque estaba deshaciendo un jersey viejo. Cuando mi suegra se limitó a insinuarme que cocinaría ella, mi marido montó en cólera. Me tiró sobre la encimera y me pegó hasta que intervino su hermana pequeña. A partir de entonces, las palizas y los abusos verbales se convirtieron en rutina.

Supe que la familia de mis suegros ya tenían problemas antes de que yo entrara en su familia. Mi marido sólo tenía un hermano mayor. Ni él ni su mujer acudieron a nuestra boda. Más tarde me encontré con mi cuñada mientras trabajaba en el campo, entonces descargó su ira y me maldijo. Mientras tanto, mi marido y su hermana menor hablaban mal de mí delante de todo el mundo.

A pesar de nuestro duro trabajo en el campo, no podíamos ahorrar dinero. Incluso nos endeudamos al atender la enfermedad de mi suegra. Mi marido, aunque era joven, decía a menudo que se encontraba mal. Una vez, fue al hospital y le mandaron a casa porque el médico no le encontró nada. Esto me recordó cómo mi marido a menudo fingía estar enfermo para eludir el trabajo del campo. Sentí que me había casado con un irresponsable. La amargura de la vida me llevó a una grave angustia emocional y al deterioro de mi salud.

Mi hermana menor me visitó en 1997 y, al ver como estaba, me sugirió que practicara Falun Dafa. Me dijo que una vez había sufrido varias dolencias, pero que se había recuperado completamente después de iniciarse en la práctica. Sus palabras me intrigaron: ¡qué clase de libro podría ser tan milagroso!

Cuando volví a casa para el cumpleaños de mi madre, pedí a mi familia algunos libros de Falun Dafa. Sin embargo, mi padre sólo tenía un ejemplar de Zhuan Falun, el texto principal de Falun Dafa, y lo trataba como un tesoro. Se negó a prestármelo y me dijo: «Si de verdad quieres aprender, primero ven a ver las conferencias de Shifu. Si estás segura, entonces te enseñaré los ejercicios».

Un mes después del cumpleaños de mi padre, terminé pronto mi trabajo en la granja y volví para ver las nueve conferencias de Shifu. Después me llené de emoción. Desde la infancia, mi familia había adorado a Guanyin, y yo siempre había venerado a los seres divinos. Me di cuenta de que los seres humanos podían cultivarse y convertirse en divinos, era increíble. Inmediatamente le dije a uno de mis hermanos que quería tener varias copias de Zhuan Falun. En aquella época, todos los practicantes de nuestro pueblo tenían un solo ejemplar.

Mi corazón se abrió a partir de entonces. Mi vida, antes oscura y miserable, se iluminó. Seguí las enseñanzas de Falun Dafa, creyendo firmemente en Shifu y en el Fa. En poco más de un año, me recuperé de todas mis enfermedades. Cuando surgieron conflictos, aprendí a tener en cuenta primero a los demás. Me reconcilié con el hermano mayor de mi marido y su mujer. Cuando falleció mi suegra, mi suegro vivió solo durante un año sin que nadie se ocupara de él. Como practicante de Dafa, lo traje a mi casa y cuidé de él hasta que falleció pacíficamente a la edad de 87 años. Él también llegó a reconocer la bondad de Dafa, y a menudo recitaba desde el corazón las frases auspiciosas: «¡Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno! ¡Falun Dafa es bueno!

En 1999 fui arrestada por las autoridades en dos ocasiones y condenada a un año de trabajos forzados tras iniciarse la persecución contra Falun Dafa. Cuando regresé a casa, descubrí que mi marido había dejado de practicar por miedo. La policía incluso le asignó la tarea de vigilarme para impedir que estudiara el Fa con otras personas, que distribuyera materiales aclaratorios de la verdad o que visitara a mi familia materna.

Para romper esta interferencia, envié pensamientos rectos persistentemente y aproveché cada oportunidad para aclarar la verdad a mi marido. Reanudó la práctica de Dafa con la bendición de Shifu. Sus dolores crónicos de espalda y cabeza desaparecieron. Una noche, soñó con innumerables Falun (ruedas del Fa) en el cielo. Al despertarse, todavía estaba asombrado y se dio cuenta de lo sagrado de la práctica de cultivación. Lleva más de 20 años distribuyendo activamente materiales de aclaración de la verdad y ayudando a la gente a comprender la bondad de Dafa.

Mi marido sufrió una transformación completa. Antes era un hombre que evitaba trabajar y maltrataba a su mujer. Ahora está sano y sigue los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Su cambio no sólo me liberó de un matrimonio desagradable, sino que también me permitió centrarme en validar el Fa. Todo esto es gracias a la compasión sin límites de Shifu.

Mi familia protege el lugar donde producimos materiales

Fui la primera persona de mi pueblo en aprender Dafa y organizar el primer grupo de estudio del Fa. Los practicantes de la aldea vecina también venían a mi casa a ver vídeos de Dafa. Llegamos a tener más de 20 personas.

Tras el inicio de la persecución, los centros de producción de materiales para la aclaración de la verdad fueron cerrando paulatinamente. Teníamos que viajar a zonas urbanas lejanas para conseguir materiales cada vez que los necesitábamos. Esto me llevó a considerar la posibilidad de crear un centro de producción de materiales en casa. Al enterarse de esto, los compañeros reunieron fondos para comprarme un ordenador y una impresora.

Debido a la Revolución Cultural solo estudié hasta el tercer curso. Al principio, no sabía cómo utilizar el equipo. Mi hermano menor estaba ocupado con sus negocios, así que sólo podía darme algunas instrucciones apresuradas. Desesperada, recé en mi corazón: «Shifu, por favor, guíame, no sé cómo manejar esto». Milagrosamente, de repente me sentí iluminada. Moví el ratón al azar, hice clic en los puntos correctos e imprimí los documentos con éxito.

Al principio, sólo podía imprimir páginas sueltas y luego las agrupaba manualmente en cuadernillos. Al cabo de un tiempo, pensé: «¡Sería genial poder imprimir cuadernillos enteros a la vez!». Al día siguiente, para mi asombro, la impresora empezó a producir folletos continuos paginados. Me quedé asombrada: «¡Vaya, la impresora ha cambiado!». Pero sabía que se debía a la ayuda de Shifu.

Una de las experiencias más inolvidables ocurrió una noche en la que el bloqueo de Internet era severo. Por más que lo intentaba, no podía conectarme al sitio web de Minghui. A medianoche cuando se acercaba la hora de enviar pensamientos rectos, pedí ayuda a Shifu. Desconecté el cable de Internet sin muchas expectativas. Para mi asombro, ¡el sitio web de Minghui apareció de repente en mi pantalla! Rápidamente descargué todos los diarios de aclaración de la verdad. Shifu no sólo me ayudó a manejar la impresora, sino también a acceder a Internet cuando el cable estaba desenchufado. Este milagro permanece vivo en mi memoria.

Mis hijos y nietos fueron testigos de los cambios en mi marido y en mí, y apoyaron plenamente a Falun Dafa. Una vez arrestaron a mi marido por distribuir materiales de aclaración de la verdad. Cuando las autoridades vinieron a registrar nuestra casa, nuestra nuera escondió los libros de Dafa en su habitación e increpó con firmeza a los agentes. Les advirtió de que no molestaran a su hija que estaba haciendo los deberes. Cuando le preguntaron si practicaba Falun Dafa, respondió: «¡No lo hago, pero sé que Falun Dafa es bueno! Incluso quiero gritarlo por un altavoz». Los agentes se echaron atrás y decidieron marcharse.

Tras varios incidentes de acoso, recé en mi corazón: «Este lugar de producción está destinado a salvar a la gente. Shifu, por favor, protégelo. Las máquinas y los materiales no deben ser descubiertos por los malhechores». Más tarde, mi hijo transportó el equipo y los suministros a otro lugar. A pesar de los repetidos ataques, nuestro sitio nunca se cerró. Lleva funcionando 16 años sin interrupción, incluso durante la pandemia. Siempre imprimo los materiales con antelación para que los compañeros puedan recogerlos en cualquier momento.

Mi hijo y mi nuera recibieron bendiciones por defender a Dafa. El negocio de mi hijo floreció, su matrimonio fue armonioso y mis nietos también tenían una profunda fe en Dafa. Cada vez que nos visitan, presentan sus respetos a Shifu. Cuatro generaciones de nuestra familia han recibido bendiciones.

Todo el pueblo apoya a Dafa

A finales del 2022 el COVID-19 estalló en la región. Muchas personas murieron en aldeas cercanas donde no había practicantes de Falun Dafa. Sin embargo, en nuestra aldea, donde todos los hogares habían escuchado la verdad sobre Dafa y recibido amuletos protectores y diarios de aclaración de la verdad de Minghui, sólo una persona falleció a causa del virus.

La única persona que sucumbió al COVID era un acérrimo seguidor del Partido Comunista Chino (PCCh). Solía colgar retratos de Mao Zedong en su casa. A pesar de los múltiples intentos que hicimos su mujer y yo para convencerle de que los quitara y viera la verdad, se negó. El día de su muerte, insistió en que no podía quedarse en la habitación donde estaban colgados los retratos de Mao, diciendo que hacía un frío insoportable. Más tarde lo llevaron al hospital, donde falleció.

Tras este incidente, más aldeanos se dieron cuenta de que comprender la verdad sobre Dafa es la clave para mantenerse a salvo.

Vuelve la calidez como la de mi infancia

Con la bendición de Shifu, he vuelto a encontrar el ambiente acogedor de mi casa de la infancia. Mi marido ya no está enfermo, nuestros ahorros aumentan y hemos remodelado la casa y el patio. A través de las ventanas, se ve un patio espacioso y ordenado, adornado con chiles, judías verdes y flores vibrantes.

Los compañeros nos visitan con frecuencia y los vecinos se tratan con respeto. Mis dos hermanas han reanudado la práctica de cultivación, mientras que mi cuñada mayor, mis otros dos hermanos siguen siendo diligentes en su cultivación. Cuando nos reunimos para estudiar el Fa y compartir experiencias, me siento como en mi alegre infancia.

Estoy verdaderamente agradecida por la protección de Shifu y la salvación compasiva para todos los seres de esta región. También agradezco a los compañeros practicantes su ayuda y apoyo. Espero que todos sigan firmemente el camino de la Rectificación Fa y cumplan con sus votos.