(Minghui.org) Soy del campo. Desde que empecé a practicar Falun Dafa en 1998, todas mis enfermedades han desaparecido. Puedo hacer de todo, desde las tareas domésticas hasta el trabajo en el campo. También soy capaz de aprender un nuevo trabajo rápidamente. Tenemos una mula y, aunque camina muy deprisa, soy capaz de seguirle el ritmo cuando aramos los campos.
Antes de empezar a practicar Falun Dafa estaba muy enferma y siempre me engripaba. Tenía asma, me costaba respirar y no era capaz de hablar alto. Todo el mundo sabía que era enfermiza. Tenía la espalda encorvada, el cuello encogido y parecía fuera de forma. También tenía muchos conflictos familiares y mi vida era miserable.
Problemas con mi marido
Mi marido jugaba y tenía aventuras con otras mujeres. Trabajaba en la ciudad, pero nunca traía dinero a casa. Me insultaba delante de cualquier mujer con la que tuviera una aventura. Hiciera lo que hiciera, nunca estaba satisfecho. Me gritaba cuando otras personas me reprendían. También jugaba y acumulaba muchas deudas, y los cobradores venían a nuestra casa exigiendo dinero.
Siempre que estaba borracho, mi marido me gritaba y me pegaba, y gritaba a nuestros hijos. Normalmente se emborrachaba cuando asistíamos a eventos como bodas, y discutía con la gente. Le llevaron al hospital varias veces porque había bebido demasiado y estuvo a punto de morir. Mi marido también tropezó y se cayó cuando estaba borracho. Cuando se cayó de la moto se hizo daño en la cara y no podía mover los hombros. Tenía miedo de mover las mandíbulas y sólo podía beber leche.
Mi marido fue a jugar al póquer el segundo día del año nuevo chino. Le oí gritar y me apresuré a ver si se había peleado. Resultó que estaba llamando a otra mujer. Me insultó en cuanto me vio. Le pedí que volviera a casa antes de que se jugara todo su dinero. Un vecino nos siguió porque temía que mi marido me pegara. En cuanto llegamos a casa, mi marido tomó un cuchillo y me lo lanzó. El cuchillo hizo un agujero en la pared, rebotó y dejó una larga marca en la puerta.
Me recordé que era una practicante y que no debía defenderme. Escondí el cuchillo y me fui a casa de mi vecino. Los que presenciaron cómo mi marido me lanzaba el cuchillo estaban preocupados por si pasaba algo malo, así que llamaron a mi hermano. También vieron que yo no estaba alterada. Si no hubiera practicado Falun Dafa, habría discutido amargamente con mi marido y podría haberme divorciado.
En otra ocasión mi marido me maldijo cuando estaba borracho y tomó un cuchillo de cocina. Mi hijo de diez años estaba tan aterrorizado que sujetó a su hermano de dos años y se escondió en casa de mi vecina.
Ya no podía soportarlo más. Quería quemar todo lo que había en la casa y acabar con mi vida. En cuanto tuve ese pensamiento, también me di cuenta de que estaría arruinando la reputación de Dafa. ¿Cómo puedo hacer esto al benevolente y compasivo Shifu que me salvó? Cuando los pensamientos rectos se apoderaron de mí, pude desprenderme del resentimiento hacia mi marido. Soñé que estaba en un palacio imperial con Shifu. Vi que en mis distintas vidas había sido guardia imperial, general y princesa manchú. También fui campesina en varias vidas y en cada una de ellas mis maridos me trataron mal. Comprendí que tal vez esto sucedía para ayudarme a eliminar el yeli.
Shifu salva a mi marido
Shifu no sólo me salvó a mí, sino también a mi marido. Un día, mientras estaba muy borracho, mi marido lloró y dijo: «Quiero practicar Falun Dafa. Falun Dafa es bueno». Se desmayó tres veces. Cuando mi marido se despertó, tenía lágrimas en los ojos y dijo: «No interferiré más en tu cultivación. Estuve en el infierno y me salvaste». Le pregunté: «¿Qué ha pasado?». No contestó.
A la mañana siguiente, mi marido dijo: «Shifu es increíble». Le pregunté: «¿Cómo lo sabes?». Dijo: «Vi a Shifu anoche». No le creí y le pregunté: «¿Qué llevaba puesto Shifu?». Dijo: «Una túnica amarilla. Estaba flotando en el aire y meditando». Le pregunté: «¿Qué dijo?». Me contestó: «Shifu no dijo nada, sólo me sonrió».
Me di cuenta de que Shifu salvó a mi marido del infierno, pero me dio el mérito a mí, así que mi marido pensó que yo le había salvado y sacado del infierno. Los resentimientos que antes tenía contra él quedaron zanjados. También comprendí que todo el sufrimiento que padecía se debía a que necesitaba eliminar el yeli y pagar una deuda de yeli que tenía. Gracias, benevolente Shifu.
Se me llenan los ojos de lágrimas al escribir esto. Shifu no sólo me protege a mí, también protege a los seres conscientes y ayudó a mi marido a comprender la verdad. Mi marido cambió y se convirtió en una persona completamente diferente después de ver la compasión de Shifu. Dejó de maltratarme y ya no me preguntaba adónde iba.
Mi salud mejoró drásticamente después de empezar a practicar Falun Dafa y esto validó la belleza de Dafa. Mi marido y mis dos hijos escucharon las conferencias de Shifu y me apoyaron en mi práctica de Falun Dafa.
Conclusión
Mi marido montó en bicicleta y me llevó a validar Falun Dafa después de que comenzara la persecución en julio de 1999. Él también recibió bendiciones de Dafa. Me alegra decir que ya no juega. Mis dos hijos tienen trabajos estables, están casados y tienen hijos. Todas estas son bendiciones que recibimos de Shifu. Toda nuestra familia está agradecida al Shifu. ¡Gracias, Shifu, por salvarnos!
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