(Minghui.org) Una residente de Chongqing fue sentenciada a cinco años en 2024 por practicar Falun Gong, una disciplina espiritual perseguida por el Partido Comunista Chino desde julio de 1999.

La Sra. Dong Daoqun (también conocida como Dong Daoquan), de 70 años, es una trabajadora jubilada de una fábrica de maquinaria. Fue arrestada en enero de 2024 y Minghui.org se enteró de su sentencia de prisión en enero de 2025. No está claro cuándo fue acusada, juzgada o sentenciada. Su lugar de detención también está por investigar.

Esta no es la primera vez que la Sra. Dong ha sido objeto de persecución por su fe. Anteriormente cumplió tres sentencias de trabajos forzados y una de prisión.

La Sra. Dong fue arrestada el 31 de diciembre de 1999, cuando hacía los ejercicios de Falun Gong en público. Fue retenida en un centro de detención durante un tiempo indeterminado y se le ordenó que escribiera declaraciones para renunciar a Falun Gong.

La Sra. Dong fue a Beijing para apelar por Falun Gong en marzo de 2000 y fue arrestada. Después de que la escoltaran de regreso a Chongqing, la sentenciaron a un año de trabajos forzados. Poco después de ser liberada en 2001, fue arrestada nuevamente y sentenciada a otra pena de tres años de trabajos forzados.

La Sra. Dong fue arrestada por cuarta vez el 19 de julio de 2008. Los oficiales de la Estación de Policía de Lianshi la llevaron al Centro de Lavado de Cerebro de Shengdengshan. Un mes después la trasladaron al Campo de Trabajos Forzados para Mujeres de Chongqing, donde estuvo detenida hasta el 26 de febrero de 2010.

Tras ser detenida el 12 de mayo de 2017, la Sra. Dong fue sentenciada a dos años de prisión y enviada a la Prisión de Mujeres de Chongqing. Como se negó a renunciar a su fe, fue brutalmente torturada. Los guardias de la prisión la obligaron a usar un par especial de zapatillas y a permanecer de pie durante largas horas. Las zapatillas estaban hechas de materiales tóxicos y la piel de sus pies se volvió negra y le picaba mucho. Las pequeñas púas que salpicaban las plantillas de las zapatillas le causaban un dolor tremendo en los pies y le formaban callos.

Los guardias también sometieron a la Sra. Dong a una prolongada privación del sueño. En promedio, solo podía dormir hasta 3 horas por noche como máximo, y a veces no le permitían dormir en absoluto.

Otra táctica de abuso utilizada para infligirle daño fue la privación de agua. Los guardias le daban muy poca agua para beber todos los días (a veces nada de agua). También le negaban agua intencionalmente para que no pudiera lavarse. La obligaban a usar el mismo recipiente para cada comida sin permitirle lavarlo. Cuando usaba sus manos para limpiar el recipiente, le prohibían lavarse las manos después.

A la Sra. Dong tampoco le permitían lavarse la cara, cepillarse los dientes o ducharse durante largos períodos de tiempo. Una vez tuvo que pasar sin ducharse durante tres semanas en el caluroso verano cuando la temperatura alcanzó los 102 °F (39 °C). Los guardias tampoco le dieron papel higiénico. Tuvo que usar sus manos para limpiarse, pero no le permitieron lavarse las manos después.

Como no podía lavarse, la Sra. Dong terminó oliendo mal. La tortura prolongada más la privación del sueño la hicieron sentir aún más como si su mente y su cuerpo estuvieran siendo llevados al límite. Estaba al borde de sufrir un colapso mental.

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