(Minghui.org) Una residente de la ciudad de Baoding, provincia de Hebei, fue transferida de la prisión de Tianhe en Beijing a la prisión de mujeres de la provincia de Hebei el 11 de noviembre de 2024 para cumplir una condena de cuatro años por practicar Falun Gong, una disciplina espiritual que ha sido perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
La Sra. Hu Jinfeng, de 45 años, fue arrestada en el distrito de Shunyi, Beijing, el 27 de julio de 2022, por oficiales de la estación de policía de Gaoliying. Fue retenida en el centro de detención del distrito de Shunyi e interrogada durante ocho días. Sus manos estuvieron esposadas a la espalda la mayor parte del tiempo.
Recreación de la tortura: esposada a la espalda
Su cuñado, el Sr. Zhang Lei, del distrito de Changping, Beijing, fue arrestado el mismo día. Fue retenido en el centro de detención del distrito de Changping y liberado bajo fianza el 2 de septiembre de 2022.
El arresto de la Sra. Hu fue aprobado por la Fiscalía del Distrito de Shunyi el 2 de noviembre de 2022 y fue acusada a principios de 2023. Compareció ante el Tribunal del Distrito de Shunyi el 27 de abril de 2023 y fue sentenciada a cuatro años con una multa de 4.000 yuanes el 27 de septiembre de 2023 a través de un juicio virtual. A su familia no se le permitió asistir a su juicio. Apeló ante el Tercer Tribunal Intermedio de Beijing, que decidió confirmar su veredicto original. Fue trasladada del centro de detención a la prisión de Tianhe en Beijing alrededor de marzo de 2024 y luego a la prisión de mujeres de la provincia de Hebei el 11 de noviembre de 2024.
Persecución previa
Esta no es la primera vez que la Sra. Hu ha sido atacada por su fe. Anteriormente fue arrestada varias veces y condenada a dos años de trabajo forzado.
Poco después de que comenzara la persecución en julio de 1999, debido a que la Sra. Hu y sus padres se negaron a renunciar a Falun Gong, fueron llevados a la estación de policía local, obligados a arrodillarse frente a la pared y la policía usó sus zapatos para golpearles la cara. La policía los hizo dormir en el piso de cemento desnudo durante siete días.
Recreación de la tortura: bofetada en la cara con un zapato
El 4 de junio de 2000, un funcionario del gobierno se acercó a la Sra. Hu y le preguntó si todavía practicaba Falun Gong. Fue arrestada cuando dijo que sí y fue llevada a un calabozo. La Sra. Hu se declaró en huelga de hambre y fue puesta en libertad una semana después.
El 20 de julio de 2000, un año después del comienzo de la persecución, la Sra. Hu fue a Pekín para pedir su derecho a practicar Falun Gong. Fue detenida, escoltada de vuelta a la ciudad de Baoding y retenida en el centro de detención del condado de Dingxing. En protesta, hizo una huelga de hambre. Tras ser puesta en libertad dos semanas después, se fue a vivir lejos de casa para evitar a la policía.
El 13 de mayo de 2005, la Sra. Hu fue detenida de nuevo y llevada al centro de detención del condado de Dingxing. Cuatro días después, la policía la condenó a dos años de prisión en el campo de trabajos forzados de Baoding.
En el campo de trabajos, la Sra. Hu estuvo aislada y vigilada las veinticuatro horas del día. Tras hacer una huelga de hambre en protesta, los guardias la alimentaron a la fuerza y también ordenaron a los reclusos que la esposaran fuertemente. No pudo levantar el brazo izquierdo durante varios meses y perdió la sensibilidad de los pulgares durante seis meses. Los guardias que participaron en la tortura incluyeron a Zhang Guohong, Wu Wenshuang, Bai Jie y Yan Qingfen.
Ilustración de la tortura: alimentación forzada
Más tarde, los guardias obligaron a la Sra. Hu a permanecer de pie o en cuclillas durante largas horas sin moverse y la privaron del sueño. Los guardias Wu, Zhang Guohong y Zhang Haoxin la golpearon, le tiraron del pelo, la presionaron contra el suelo y se pararon sobre ella. También la sometieron a un lavado de cerebro y le ordenaron que renunciara a Falun Gong.
Recreación de la tortura: pararse sobre alguien
La Sra. Hu enfrentó un acoso constante después de regresar a casa. Cuando fue a la comisaría para renovar su documento de identidad, la policía no solo se negó a renovarlo, sino que la detuvo brevemente. No pudo encontrar un trabajo a tiempo completo sin un documento de identidad y tuvo dificultades para llegar a fin de mes.
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