(Minghui.org) La Sra. Yu Mei, de 58 años, originaria de la ciudad de Zhanjiang, provincia de Guangdong, se enfrenta a un proceso judicial por practicar Falun Dafa, disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

La Sra. Yu Mei

La Sra. Yu fue detenida el 16 de septiembre de 2024 mientras caminaba por la calle. La policía le arrebató las llaves y allanó su domicilio. Le confiscaron sus libros de Falun Dafa y otros objetos personales. Desde entonces se encuentra recluida en el Centro de Detención de la ciudad de Zhanjiang. Minghui.org confirmó a finales de enero de 2025 que la policía había enviado su caso a la procuraduría del distrito de Chikan y que ahora se enfrenta a una acusación.

Persecución en el pasado

Antes de la última vez que fue perseguida, la Sra. Yu fue detenida en múltiples ocasiones y recluida en diversos centros. Fue brutalmente torturada mientras cumplía una condena de dos años en un campo de trabajo y otra de cuatro años en prisión.

Perseguida por apelar por Falun Dafa

En julio de 1999, poco después de que comenzara la persecución, la Sra. Yu hizo los ejercicios de Falun Dafa en un estadio y fue detenida. Estuvo recluida en el Centro de Detención de Huguang durante 15 días.

La Sra. Yu fue a Beijing para apelar por el derecho a practicar Falun Dafa en noviembre de 1999. Fue detenida de nuevo y recluida en la comisaría de Xinhua, donde también habían sido recluidos otros 100 practicantes de Falun Dafa de todo el país. Los que se negaron a revelar sus nombres y direcciones fueron golpeados y electrocutados con porras eléctricas. El globo ocular de un practicante de unos 20 años llegó a salirse debido a la tortura.

Al día siguiente la trasladaron a la Oficina de Enlace de la provincia de Guangdong, en Beijing. La obligaron a dormir en el suelo de cemento y no le dieron comida. La policía la golpeó repetidamente.

Una semana después, la escoltaron de vuelta a Zhanjiang y la internaron en el Segundo Centro de Detención de la ciudad de Zhanjiang durante más de 50 días. Los guardias la esposaron junto con otras seis reclusas. No podía ir al baño y tenía que hacer sus necesidades en los pantalones.

Alimentada a la fuerza durante 18 días

La Sra. Yu fue detenida de nuevo en junio de 2001 tras ser denunciada por hablar con la gente sobre Falun Dafa. La policía la golpeó y la arrastró a un baño. No la dejaron salir hasta un día después. Al día siguiente la llevaron al Centro de Rehabilitación de Dongpoling, donde hizo una huelga de hambre para protestar por la persecución y la alimentaron por la fuerza. El director del centro de rehabilitación dijo: «¡déjenla morir! Diremos que se suicidó y el incinerarla puede costar unos 30 yuanes ».

La Sra. Yu fue alimentada a la fuerza y torturada durante 18 días. Estaba demacrada y al borde de la muerte. Sólo entonces la liberaron.

Obligada a vivir lejos de casa

Antes de que la Sra. Yu se recuperara, Huang Zuhua, jefe de la Oficina del Distrito 610 de Chikan, y agentes de la comisaría de Cunjin intentaron detenerla de nuevo. Su marido los detuvo y ella logró escapar.

Unos días después, Huang descubrió que la señora Yu se alojaba en casa de un pariente. Él y más de diez agentes rodearon el lugar para detenerla. Ella saltó desde el tercer piso y escapó.

La Sra. Yu se marchó de casa para esconderse de la policía. Al no poder encontrarla, la policía acosaba con frecuencia a su marido y a su hija pequeña. La niña a menudo rompía a llorar por el miedo. Por la noche, dudaban si encender la luz, temiendo que la policía viniera a acosarles de nuevo. Durante un tiempo, tuvieron que quedarse en casa de la hermana de la Sra. Yu y no pudieron vivir ni un día en paz.

Cumpliendo una condena de dos años en un campo de trabajo

La Sra. Yu fue detenida el 15 de junio de 2004. Tras pasar más de veinte días en el Centro de Detención de la Autoridad Portuaria de Xiashan, a principios de julio de 2004 fue condenada a dos años de trabajos forzados y trasladada al Campo de Trabajos Forzados de Sanshui.

Como la Sra. Yu se negó a renunciar a Falun Dafa, fue recluida en régimen de aislamiento y obligada a permanecer de pie durante largas horas sin poder dormir. Estaba agotada y se desplomó en el suelo. Sin embargo, los guardias la acusaron de fingir y la obligaron a seguir de pie. También la golpeaban y cada vez que cerraba los ojos le golpeaban la cabeza contra la pared.

Más tarde, el campo de trabajo dispuso que seis guardias y dos reclusas vigilaran a la Sra. Yu las 24 horas del día. No le permitían ir al baño ni ducharse. Cuando la obligaron a hacer sus necesidades en los pantalones, la acusaron de descuidar su higiene personal. También le metieron una foto del fundador de Falun Dafa en la ropa interior y la obligaron a sentarse encima o a pisar su foto.

A la Sra. Yu también la obligaron a sentarse en un pequeño taburete de plástico y a ver vídeos que difamaban a Falun Dafa las 24 horas del día. Cuando se negó a escribir declaraciones para renunciar a Falun Dafa, los guardias volvieron a obligarla a permanecer de pie durante días y no la dejaron dormir. Se le hincharon mucho los pies. Tenía la cabeza y la cara llenos de moratones debido a los golpes que le propinaban los guardias cuando cerraba los ojos.

Posteriormente, la Sra. Yu fue trasladada al quinto pabellón y la obligaron a realizar trabajos forzados. Todavía no se había recuperado de las heridas y no podía trabajar, por lo que la volvieron a trasladar al tercer pabellón y la mantuvieron aislada. Los guardias siguieron obligándola a sentarse en un pequeño taburete y a ver vídeos de propaganda. Como seguía negándose a renunciar a Falun Dafa, la obligaron a permanecer en cuclillas durante horas. Cuando ya no pudo ponerse en cuclillas y se sentó en el suelo, los guardias la torturaron. Como consecuencia de la prolongada tortura, su peso pasó rápidamente de 60 kg a 35 kg.

En una ocasión, los guardias obligaron a la Sra. Yu a permanecer descalza sobre el suelo de cemento durante diez días. Después de desmayarse por el cansancio y el frío, le azotaron los ojos con servilletas mojadas y la obligaron a ducharse con agua fría. Se quedó helada. Más tarde, los guardias instigaron a siete reclusas a que la golpearan y a que la golpeasen contra el suelo. Una reclusa la sentó boca abajo y no podía respirar. Otra cogió un objeto duro y se lo introdujo en las partes íntimas. Cuando se desmayó por la tortura, la obligaron a tomar medicamentos. Le rompieron varios dientes y le sangraba la boca.

Poco después, la Sra. Yu fue trasladada al segundo pabellón. La obligaron a trabajar durante el día y a ver material de lavado de cerebro por la noche. Hizo una huelga de hambre para protestar y la alimentaron a la fuerza. Su nariz sangró profusamente después de que el guardia estiró de un lado a otro la sonda de alimentación que tenía en la nariz.

En abril de 2005, Chen Jun, jefe de la Oficina 610 de la ciudad de Zhanjiang, y Huang, de la Oficina 610 del distrito de Chikan, llevaron a la Sra. Yu al Centro de Lavado de Cerebro de la ciudad de Zhanjiang durante 15 días. Después la llevaron de nuevo al campo de trabajo y finalmente la liberaron el 31 de mayo de 2006.

Otras dos detenciones más en un centro de lavado de cerebro

Huang, de la oficina 610 del distrito de Chikan, y agentes de la comisaría de Cunjin irrumpieron en el domicilio de la Sra. Yu el 19 de septiembre de 2008 y la llevaron a un centro de lavado de cerebro. Durante los más de dos meses que permaneció allí detenida, la golpearon con frecuencia y estuvo varios días sin poder mantenerse en pie. Huang fingió cuidar de ella y la instó a que escribiera una declaración para renunciar a Falun Dafa, de modo que pudiera ser puesta en libertad antes. Ella no accedió.

Huang volvió a allanar la casa de la Sra. Yu el 24 de abril de 2010 y la detuvo durante ocho días.

Huang volvió a detener a la Sra. Yu el 9 de marzo de 2012 y la retuvo en un centro de lavado de cerebro durante más de cuatro meses. Esta vez la obligaron a permanecer sentada en posición de loto durante largos periodos de tiempo. Cuando sintió un dolor insoportable en las piernas, dos empleados la obligaron a arrodillarse y luego se pusieron de pie sobre sus piernas. Temblaba de dolor. Finalmente la liberaron cuando su estado empeoró y se agravó.

Recreación de la tortura: Ponerse de pie encima

Condenada a cuatro años

La Sra. Yu fue detenida de nuevo el 31 de agosto de 2016 por enviar mensajes de texto con información sobre Falun Dafa. Tras ser golpeada e interrogada durante la noche en la comisaría local, al día siguiente fue trasladada al Primer Centro de Detención de la ciudad de Zhanjiang. Mantuvo una huelga de hambre y fue alimentada a la fuerza. El 12 de diciembre de 2017 el Tribunal del Distrito de Chikan la condenó a cuatro años.

La señora Yu ingresó a la Prisión de Mujeres de la Provincia de Guangdong el 18 de mayo de 2018. De nuevo fue obligada a permanecer de pie o en cuclillas durante largas horas por no renunciar a Falun Dafa. Las reclusas la golpeaban cuando ya no podía estar de pie o en cuclillas. La tortura, que duró meses, provocó que sus pies estuvieran extremadamente hinchados. Como se negaba a renunciar a Falun Dafa, las reclusas le calvaban bolígrafos en sus partes íntimas y en las plantas de los pies, la golpearon en la cabeza y en el pecho, le tiraron del pelo y le golpearon la cabeza contra la pared.

Recreación de la tortura: obligado a hacer la postura del caballo durante largas horas

Una noche, los guardias incitaron a tres reclusas a arrastrar a la Sra. Yu a un rincón oscuro para golpearla. Se desmayó. Cuando volvió en sí, le tiraron de los pezones, haciéndoselos sangrar. Al amanecer, las reclusas estaban agotadas de torturar a la Sra. Yu y la devolvieron a su celda.

Desde ese día, la obligaban a limpiar la celda todos los días. Las reclusas la vigilaban y la golpeaban cuando bajaba el ritmo. Por la noche, la obligaban de nuevo a ver vídeos que difamaban a Falun Dafa o a escribir declaraciones para denunciar a Falun Dafa. Si se negaba, la golpeaban o no la dejaban comer.

La Sra. Yu tosió una vez y los guardias la obligaron a tomar un medicamento desconocido, con la excusa de que estaba enferma. Le entró líquido en la tráquea y no paraba de toser. Poco después de haberla obligado a comer, empezó a sentirse incómoda por todas partes. Tenía náuseas y mareos. Vomitó y vio estrellas. Los guardias también la culparon por no cooperar con ellos mientras la alimentaban a la fuerza y le ensuciaron la ropa. La llevaron al baño y la obligaron a ducharse con agua fría.

Como consecuencia de la administración de fármacos, la Sra. Yu empezó a experimentar dolores de cabeza intermitentes, pérdida de memoria, picores en todo el cuerpo y sensación de frío, calor, náuseas e inquietud.

Le cortan un dedo y abusan sexualmente de ella

La Sra. Yu fue detenida de nuevo el 14 de mayo de 2023 tras ser denunciada por una estudiante universitaria por hablar con ella sobre la persecución. La cachearon en la comisaría de Cunjin. Mientras la policía intentaba fotografiarla y recoger sus huellas dactilares, varios agentes la sujetaron con fuerza y le cortaron uno de los dedos con una cuchilla afilada. Después mancharon las actas del interrogatorio con su sangre.

Al día siguiente, sobre las 18.00 horas, la policía la llevó al hospital del distrito de Chikan para que le hicieran un examen físico. Se negó a que le tomaran la tensión y a que le sacaran sangre. Dos agentes la sujetaron por los hombros y un tercero tiró de su brazo para que la enfermera pudiera extraerle sangre.

A continuación, le hicieron un electrocardiograma, y la policía la llevó a la camilla y le abrió la camisa y la falda para que los médicos la examinaran contra su voluntad. Después, dos agentes la llevaron a la fuerza para hacerle una radiografía. Tras los exámenes físicos, la llevaron directamente al calabozo de la ciudad de Zhanjiang durante 15 días.

Al llegar, un guardia del calabozo ordenó a la Sra. Yu que se pusiera de cuclillas. Ella se negó y dos hombres fornidos la arrodillaron por la fuerza. No podía respirar y luchó con todas sus fuerzas. A continuación, varios guardias la arrastraron a un vestuario y le ordenaron que se pusiera el uniforme de reclusa. Ella se negó y dos guardias la desnudaron. Después le esposaron las manos a la espalda. Una guardia le quitó la ropa interior y dijo a los guardias presentes que revisaran su ropa interior.

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