(Minghui.org) En un artículo publicado el 20 de febrero de 2025, el Washington Examiner dijo que, después de fracasar en su intento de suprimir Shen Yun mediante amenazas y sabotajes, el Partido Comunista Chino (PCCh) intentó otra táctica... manipulando la opinión pública en contra de Shen Yun aprovechando los medios de comunicación estadounidenses.
La misión de Shen Yun es mostrar 5000 años de auténtica cultura china, mientras que el PCCh ha hecho lo contrario, especialmente después de la Revolución Cultural. El PCCh ha intentado que los teatros de todo el mundo cancelen las representaciones de Shen Yun mediante el uso de campañas de desprestigio y amenazas de bomba. Después de que estos intentos fracasaron, el PCCh trabajó con el New York Times, que publicó seis artículos en seis meses con argumentos acordes con la propaganda del PCCh contra Shen Yun.
Según el Washington Examiner, el PCCh no pudo cerrar Shen Yun a través de la represión, y "ahora ha recurrido a una táctica aún más insidiosa: aprovechar los medios de comunicación estadounidenses como el New York Times para atacarlo".
El autor define a la represión prolongada de Shen Yun por parte del PCCh como "un problema de Estados Unidos" porque significa que agentes extranjeros se han infiltrado en la prensa estadounidense para silenciar a los disidentes.
El artículo del New York Times que critica a Shen Yun no es solo un artículo, sino una señal de que el PCCh ha "manipulado a las grandes corporaciones para evitar criticar a China y ha utilizado a periodistas occidentales para impulsar sus narrativas".
El autor habló sobre cómo las empresas deportivas, cinematográficas y tecnológicas han cedido a las demandas del PCCh a cambio de beneficios. Las universidades estadounidenses han sido infiltradas por los Institutos Confucio, que difunden la propaganda del PCCh. "Ahora, el PCCh está utilizando los medios de comunicación estadounidenses para difamar a los disidentes que buscaron refugio en Estados Unidos, volviendo a nuestra propia prensa contra aquellos que huyeron de la opresión", dice el artículo.
El autor mencionó que, dado que creció en Irán, fue testigo de cómo el régimen iraní utiliza la guerra psicológica y la propaganda para silenciar a los disidentes. "El régimen iraní utilizó los medios de comunicación controlados por el Estado para enfrentar a los ciudadanos entre sí y eliminar a la oposición. Ahora, veo que el PCCh emplea el mismo libro de jugadas... para silenciar a los que exponen la verdad".
El autor dijo que, si un medio de comunicación estadounidense puede ser utilizado como arma contra un grupo de artes escénicas, "¿qué le impide usar las mismas tácticas contra los estadounidenses comunes?". Consideró que es una grave violación de la libertad de expresión que el PCCh pueda dictar narrativas en Estados Unidos para influir en la percepción pública y las decisiones políticas, y dijo: "entonces Estados Unidos ya no se gobierna a sí mismo".
Al final, el autor declaró: "Los artistas de Shen Yun vinieron a Estados Unidos porque creían en la promesa de la libertad. Si permitimos que las tácticas del PCCh se infiltren en nuestros medios de comunicación, corporaciones e instituciones, estamos traicionando esa promesa. Este asunto es más grande que Shen Yun. Se trata de preservar el alma de Estados Unidos". Pidió a Estados Unidos que actúe de inmediato y haga cumplir la Ley de Registro de Agentes Extranjeros para exigir a los ejecutivos de los medios de comunicación que impulsan la propaganda del PCCh que se registren como agentes extranjeros. También instó a Estados Unidos a examinar las plataformas propiedad del PCCh y a responsabilizar a las empresas que impulsan la ideología del PCCh por encima de los valores estadounidenses en suelo estadounidense.
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