(Minghui.org) Una vez a la semana, desde diciembre de 2024, se ha establecido un sitio de aclaración de la verdad de Falun Dafa en Saint Pierre, una ciudad de la Isla Reunión, en el territorio francés. Los practicantes comparten información sobre Falun Dafa y recolectan firmas para una petición que aboga por poner fin a la persecución que sufre esta práctica en China.

Al principio, los transeúntes se mostraban distantes en el lugar de esclarecimiento de la verdad, pero acabaron simpatizando con los practicantes.

Mis dificultades iniciales con la recopilación de firmas

Recopilar firmas fue toda una prueba para mí. Al principio, la gente evitaba el contacto visual, se apartaba de los expositores y parecía ansiosa por evitarnos. Cuando saludaba a alguien y le entregaba un folleto, me sentía incómoda si lo rechazaba. Pero a medida que insistía y transmitía pensamientos rectos, me sentía menos molesta y, poco a poco, cada vez más personas mostraban interés. Cuando les saludaba, respondían y hacían preguntas. Cuando empezamos, sólo podía recoger una o dos páginas de firmas. Ahora, pueden ser cuatro o cinco páginas al día.

Responder a las preguntas de la gente con sabiduría

Para mí, conseguir que la gente firme la petición es una forma de que apoyen a Falun Dafa. Cuando la gente me preguntaba qué diferencia supondría firmar la petición, al principio no sabía qué responder. Sorprendentemente, a medida que hablaba más con la gente, las respuestas me salían de forma natural y mis argumentos eran cada vez más sólidos.

Por ejemplo, les digo que su firma de ese día puede parecer sólo una gota en un cubo, pero que todas esas gotas acabarán formando un océano. Aunque tarde años en conseguirse, la recolección de mil millones de firmas debe empezar ahora y no puede retrasarse. Cada firma cuenta.

Además, sólo con un número significativo de firmas nuestro gobierno hablará en nuestro favor. Y se necesita el apoyo de otras naciones. Las firmas de esta petición global animarán a los líderes mundiales a trabajar juntos para exigir al Partido Comunista Chino (PCCh) que deje de perseguir a Falun Dafa. Estas palabras me vienen naturalmente a la mente y, como creo firmemente en ellas, mi convicción influye en cualquier persona con la que hablo.

Cuando la gente dice: «Esto ocurre en China, ¿qué tiene que ver con la gente de aquí?». yo respondo: «Toda la humanidad es como una familia. ¿No deberíamos ayudarnos unos a otros? Las libertades que tenemos -libertad religiosa, de pensamiento y de expresión- no deben ser disfrutadas sólo por unos pocos privilegiados. Todo el mundo debería tenerlas. Deberíamos ayudar a quienes sufren violaciones de los derechos humanos en otras partes del mundo. Si estuviéramos encarcelados y nos torturaran en China, también esperaríamos que alguien viniera a rescatarnos».

A veces, explico a la gente que las víctimas de la persecución son inocentes -se esfuerzan por mejorar y ser buenas personas-, mientras que quienes infligen daño a los inocentes son verdaderamente malvados. Les ayudo a comprender que, en esta situación, la distinción entre el bien y el mal es muy clara. Lo que está ocurriendo en China es precisamente una batalla entre la rectitud y la maldad.

Apelando a la conciencia de la gente

Como la mayoría de la gente aquí tiene creencias religiosas, hablar de los aspectos espirituales de Falun Dafa es fácil. La gente lo acepta sin dificultad, porque resuena con su propia fe. Pueden reconocer fácilmente la rectitud de Falun Dafa y la naturaleza malvada del régimen comunista.

El PCCh promueve el ateísmo y se opone a todas las creencias religiosas y prácticas espirituales. Cuando el PCCh tomó el poder, lo primero que hizo fue que la gente dejara de creer en lo divino. Es un requisito previo para hacer que la población sea sumisa y obediente al régimen. En realidad, si la gente ya no cree en el bien y el mal, en el cielo y el infierno, no hay nada que frene sus pensamientos o acciones. Obligar a la gente a participar en la persecución a Falun Dafa no sólo afecta a los practicantes; toda la población se ve obligada a participar en esta persecución. Esto es extremadamente grave porque, al hacerlo, están cometiendo delitos que podrían acarrear consecuencias nefastas. La gente puede aceptar esta explicación.

Me doy cuenta de que es la sabiduría que Falun Dafa me ha otorgado lo que me permite conmover fácilmente los corazones de la gente. Como resultado, casi todo el mundo firma la petición. Los que se detienen voluntariamente a firmar son en su mayoría muy humildes. Muchos jóvenes de entre 15 y 25 años se han conmovido profundamente, algunos incluso lloran. Percibo su inocencia y amabilidad. Tal vez era la primera vez que eran conscientes de que en el mundo de hoy siguen existiendo tales atrocidades.

Llevamos casi dos meses esclareciendo la verdad y recopilando firmas aquí. La gente ha empezado a pararse y leer nuestros paneles informativos. Algunas personas incluso han expresado su interés por aprender Falun Dafa, así que les he enseñado los ejercicios.

Los artículos en los que los cultivadores comparten sus entendimientos generalmente reflejan la percepción de un individuo en un momento determinado en función de punto su estado de cultivación, y se ofrecen con el espíritu de permitir la elevación mutua.