Resolviendo viejos agravios y desarrollando la compasión

(Minghui.org) La Sra. Peng, gerente financiera de nuestro bufete, calcula y publica los ingresos mensuales de cada abogado. Dado que varios abogados suelen colaborar en un caso, la proporción de participación en las ganancias varía según el caso, y las cifras de ingresos a veces se calculan incorrectamente. La Sra. Peng siempre calcula mis ingresos de menos.

Por ejemplo, el mes pasado, no registró 3000 yuanes a mi nombre. Este mes, no se me asignaron otros 20 000 yuanes de ganancias de un caso en el que trabajamos con otro abogado. Cuando se lo señalé, la Sra. Peng dijo que había cometido un error y lo corrigió registrando 8000 yuanes para mí. No le di mucha importancia; asumí que fue idea del otro abogado dividir los ingresos de esta manera.

Unos días después, este abogado y yo salimos por negocios y hablamos del caso. Dijo que le había pedido a la Sra. Peng que dividiera las ganancias a partes iguales, así que no entendía por qué solo había recibido 8.000 yuanes. Estaba un poco molesto y me preguntaba, si la Sra. Peng me había engañado deliberadamente. Pero recordé que era un cultivador y que no debía dejarme influir por las nociones humanas. Así que hice todo lo posible por eliminar esos pensamientos. El resentimiento que sentía por la Sra. Peng se desvaneció.

Conozco a la Sra. Peng desde hace más de una década. En apariencia, era amable con ella, pero en el fondo tenía pensamientos negativos sobre ella. Era empleada en una inmobiliaria cuando la conocí, y yo era el asesor legal de la empresa. Después de ganar un caso para la empresa, el jefe me recompensó permitiéndome vivir gratis en uno de sus apartamentos. La Sra. Peng y el vicepresidente me enseñaron el apartamento, que tenía buena distribución e iluminación. Me sentí muy feliz. Pero cuando me preparé para mudarme, no era lo mismo. Aunque la distribución era la misma, la decoración y las lámparas eran obviamente inferiores. Cuando pregunté, la Sra. Peng insistió en que era la misma unidad. No tuve más remedio que aceptarla.

Más tarde descubrí que había cambiado de unidad porque el vicepresidente quería la mía.

Un día, por negocios, llevé a un abogado a la inmobiliaria. La Sra. Peng fue muy amable y le pidió su número de teléfono. Lo contactó y lo invitó a salir a mis espaldas, lo que lo incomodó. Nuestro bufete la contrató más tarde, pero era perezosa y descuidada. A menudo coqueteaba con los abogados, lo cual me molestaba.

He cultivado Falun Dafa durante más de 20 años, así que sé que mis apegos pueden causar conflictos. A medida que mi nivel de cultivación ha aumentado en los últimos años, he visto claramente que, aunque no discutí con la Sra. Peng ni con nadie más, me sentía incómodo al enfrentarme a ellos. Había desarrollado malos pensamientos y sabía que era un problema grave. Me preguntaba constantemente por qué le guardaba rencor a la Sra. Peng.

Desde la perspectiva de una persona común, su comportamiento no es tan descabellado. Simplemente hacía lo que la gente suele hacer. ¿Por qué me comportaba como una persona común?

Al analizar el asunto desde la perspectiva del Fa, vi que tenía apegos al interés propio y que sentía envidia. También menospreciaba a los demás. La Sra. Peng me está ayudando al exponer mis apegos, y debería estarle agradecido. Además, ahora es el período de la rectificación del Fa. La mayoría de las personas provienen de altos niveles y son parientes de Shifu. En lugar de tener resentimientos, deberíamos ser comprensivos y tolerantes con su comportamiento. ¿De qué otra manera podemos mostrar nuestra benevolencia?

Después de un período de altibajos, mi mentalidad se volvió gradualmente estable y amable ante la injusticia. Me dejé llevar menos por los pensamientos y apegos humanos negativos, y pude superar esta prueba de xinxing. Por supuesto, como practicante de Dafa, aún me queda un largo camino por recorrer. No he alcanzado un estado de tranquilidad perfecta. Intensificaré mi estudio del Fa y me cultivaré para ser un practicante genuino que trate a los demás con bondad y compasión.