(Minghui.org) ¡Saludos, Shifu! ¡Saludos, compañeros practicantes!
Tengo 60 años y comencé a practicar Falun Dafa en 1999. Me gustaría compartir algunas de mis experiencias de cultivación.
Odio profundamente arraigado
El secretario del Partido Comunista Chino (PCCh) de la aldea no escuchó las demandas irrazonables de algunos aldeanos, así que presentaron una queja en su contra porque creían que había asignado la tierra injustamente. Él y mi familia eran vecinos, no éramos originarios de la zona. Nos llevábamos bien.
Mi padre era tímido y evitaba los conflictos. Trabajaba con diligencia y soportaba las dificultades en silencio. No participó en la queja. Quienes presentaron la queja alegaron que el secretario del Partido había asignado más tierras a nuestra familia y enviaron a un anciano a hablar con mi padre. Mi padre estaba solo cuando llegó el hombre. Le explicó repetidamente que no había recibido tierras adicionales, pero este insistió en que sí. Lo amenazó y dijo que los aldeanos se las quitarían. Intentó obligarlo a escribir una declaración y le dijo que si se negaba, sería penalizado. Luego se fue.
Cuando mi madre llegó a casa, mi padre le contó lo sucedido con voz temblorosa. Se asustaba cada vez que veía a ese anciano. Con el tiempo, le entró tanto miedo que no salía. Mantenía las cortinas cerradas incluso durante el día. Se acurrucaba en el kang (una cama de ladrillos con calefacción) y murmuraba repetidamente: “Ya vienen. Me denunciaron a la policía. Vienen a arrestarme”. Lo llevamos al médico, quien dijo que padecía esquizofrenia.
Mi padre se ahogó al año siguiente. Cuando mi madre me contó lo sucedido, nos enfadamos mucho y corrimos a casa del anciano. Llamé a su puerta, pero no se atrevió a abrir. Tomé un palo largo y grité y lloré mientras destrozaba la puerta y las ventanas. El sonido de los cristales rotos y mis gritos desgarradores rompieron el silencio de la noche.
Estaba desesperada porque había perdido a mi padre y su amor. No sabía dónde encontrar justicia. La semilla del odio estaba plantada en lo más profundo de mi corazón.
Falun Dafa disolvió mi odio
Comencé a practicar Falun Dafa en 1999 y comprendí que Falun Dafa es una vía de cultivación avanzada de la escuela Fo que ayuda a las personas a encontrar su verdadero ser. Enseña a las personas a ser buenas y a tratar a los demás con bondad. Shifu habló sobre la mejora del xinxing y la transformación del yeli, lo cual me conmovió profundamente. Aprendí que había razones por las que las personas guardaban rencor y resentimiento: generaban yeli al hacer cosas malas vida tras vida, lo que causaba estos agravios. Después de comprender esto, decidí escuchar a Shifu y cambiar mi yo y mis ideas. Debía ver las cosas desde la perspectiva de una practicante y dejar atrás el odio. Quizás mi padre tenía una deuda con ese hombre en una vida anterior.
Dejar de lado el odio es fácil de decir, pero difícil de hacer. Simplemente no podía saludar a ese hombre ni a sus familiares cuando los veía. Perdía repetidamente la oportunidad de mejorar mi xinxing. Pero sabía que era hora de soltar mi odio y mi apego a guardar las apariencias, así que me armé de valor y los saludé en cuanto los vi. Al principio, se sintieron culpables, pero finalmente me correspondieron después de que los saludara con cariño cada vez que los veía. Más tarde, los llamaba respetuosamente "tío" o "tía" cada vez que los veía, y respondían con cortesía.
No sabían que mi hijo estaba a punto de casarse. La noche después de la boda, vinieron a vernos y nos trajeron un regalo. Aproveché la oportunidad para aclararles la verdad sobre la persecución y ayudarlos a renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas. Si no hubiera practicado Falun Dafa, mi odio profundamente arraigado nunca se habría disuelto. Los resentimientos entre nuestras dos familias se disiparon justo como Shifu dijo:
“Tantas cosas caóticas en el mundo humano
Gratitud y resentimientos una y otra vez se experimentan
Aquellos con corazones malvados y de enorme ye no tienen esperanza
Dafa resuelve todo desde su origen”.
(“Resolviendo el Gran Estrago”, Hong Yin II)
Disolviendo el odio de mis suegros
Mi esposo trabajaba para mi hermano, que era capataz de construcción. Un día, se enfermó y le pidió a mi esposo que buscara obreros para demoler la casa en la obra. La casa se derrumbó mientras la derribaban. Debido a la falta de medidas de seguridad, mi esposo y otro obrero quedaron sepultados bajo los escombros y murieron. Cuando la policía investigó, mi hermano culpó a mi esposo. No me lo dijo hasta que se fue la policía. No dije nada. Él y su esposa me prometieron que ayudarían a organizar la boda de mi hijo y le darían todo lo necesario para la boda y su nueva familia.
Mis suegros estaban muy enojados con mi hermano por culpar a mi esposo. Habían perdido a su hijo. Mi hermano no les dio ninguna compensación, ni a ellos ni a mí, y nos pidió que esperáramos hasta que mi hijo se casara. Mis suegros insistieron en que nos diera una declaración escrita de que pagaría la boda de mi hijo y le ayudaría a formar su familia. Si se negaba, lo demandarían. Como era mi hermano, no estuve de acuerdo. Dije: "Es mi hermano. ¿Necesitamos una garantía escrita?" La familia de mis suegros estaba muy insatisfecha conmigo y me evitaba. Solíamos ser muy unidos y nos llevábamos bien.
No les guardaba rencor ni los odiaba. Entendía que estaban preocupados por mi hijo y por mí, y querían una declaración escrita para asegurarse de que él pagaría los gastos de la boda de su nieto. Nos querían. También entendía el dolor que les causó la muerte de su hijo y cuánto lo extrañaban. Por mucho que me maltrataran, mantuve mi xinxing y no discutí con ellos sobre quién tenía razón o no. Manejé la situación como una practicante. Cuando saludaba a mi suegra, se negaba a mirarme, pero yo siempre la saludaba con cariño y le preguntaba: "Mamá, ¿cómo estás?" O decía: "Hermana [la hermana de mi esposo], ¿a qué hora llegaste?" para iniciar la conversación.
No importaba su actitud ni cómo me trataran, no me lo tomaba a pecho. Los trataba con amabilidad. Poco a poco, mi amabilidad y sinceridad los conmovieron. Cambiaron su actitud hacia mí y nos aceptaron sinceramente de nuevo a mi hijo, a mi hija y a mí en la familia. Nos cuidamos y respetamos mutuamente.
Tomando las emociones y el interés propio a la ligera
A los 42 años, me vi obligada a volver a trabajar para mantener a la familia. Dos meses después de la muerte de mi esposo, comencé a trabajar para mi hermano en la obra. Cocinaba para los obreros, limpiaba la obra, movía ladrillos y hacía otros trabajos de construcción. Trabajaba muchas horas y estaba agotada todos los días. Una noche, cuando fui a cobrar mi sueldo, descubrí que mi hermano le pagaba a la otra trabajadora que hacía el mismo trabajo cinco yuanes más por hora que a mí.
Esa noche, la mujer y yo nos fuimos juntas. Cuando estábamos en la puerta, mi hermano la llamó y le pidió que no me dijera que su salario por hora era de 85 yuanes. Apenas podía creer lo que oía. Mi esposo había muerto en un accidente en esa obra. Mi hermano no me dio ni un centavo de compensación y le echó toda la culpa a mi esposo. ¡Qué duro fue esto para mí y cuánto sufrí! Me obligaban a trabajar para él, pero luego ¡me trataba así!
Me sentí tan maltratada que no pude contener las lágrimas y lloré. La mujer fue muy comprensiva y me dijo: "Ya son las 10 de la noche. Por favor, váyase a casa. Todo el mundo sabe lo que pasó".
Me sequé las lágrimas y me fui a casa. Abrí la puerta sin hacer ruido porque no quería que mi hijo me viera. Mis hijos se oponían mucho a mi hermano por la forma en que nos trataba.
Fui a mi habitación y me acosté. Me tranquilicé y recordé que era una practicante y que debía evaluar todo según los principios del Fa.
Shifu dijo:
“He dicho que nada es “natural”, y que nada es “coincidencia”; todo tiene su causa.” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Europa)
Comprendí que debía eliminar mi afecto por la familia formada en esta vida y recordé que los principios de este universo son justos; el hecho de sentirme molesta demostraba que seguía pensando que era injusto. Tenía que evaluar mis acciones según los principios del Fa y asimilar las características universales de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Shifu aprovechó este incidente para mejorar mi xinxing y transformar mi yeli. Después de comprender esto, ya no me sentía triste.
Cuando fui a trabajar a la mañana siguiente, saludé a mi hermano y a su esposa amablemente, como si nada hubiera pasado. Cuando mi hijo se casó, no cumplieron su promesa y actuaron como si no tuvieran nada que ver con la boda. Les pedí ayuda para encontrar coches, pero se negaron. Mi hermano me llamó una mañana y me pidió que fuera a su casa. Cuando fui, me dio 3500 yuanes para la boda. Comprendí por el Fa que existía una relación predestinada entre nosotros y dejé de lado mis emociones y mis intereses personales. Mantuve la calma a pesar de su comportamiento.
Unos amigos pintaron el apartamento de mi hijo. Compré muebles, instalé cortinas, hice colchas y limpié el apartamento con mis dos hijos. Hice lo que pude y no le pedí nada a mi hermano. Mi madre, practicante, me dijo: "¿Por qué no les recuerdas a tu hermano y a su esposa que cumplan lo prometido?" Le dije: "Mamá, no se lo pediré. Somos practicantes que vinimos a este mundo para saldar nuestras deudas de yeli. Cuando tenemos experiencias desagradables, no debemos usar nuestros pensamientos y nociones humanas para juzgar quién tiene razón y quién no".
Shifu dijo:
“Por consiguiente, debes refinar gong según estándares altos, exigirte con estándares aún más altos.” (Cuarta Lección, Zhuan Falun)
Al recordar esto, me sentí más tranquila y mi odio desapareció. Con la ayuda de otros practicantes, mi hijo celebró una sencilla ceremonia de boda
Gracias a Falun Dafa, pude dejar de lado mis quejas y volverme altruista y considerada. He experimentado un cambio fundamental y me he convertido en una persona amable, considerada y segura de mí misma. ¡Este es el poder de Falun Dafa y la gracia salvadora de Shifu!
Cooperando con otros practicantes
La muerte de mi esposo, la presión de mis suegros, el acoso policial y todo tipo de dificultades nunca disminuyeron mi creencia en Falun Dafa. Otros practicantes me ayudaron y animaron enormemente. Seguí mejorando asistiendo al estudio del Fa. Sabía que aclarar la verdad y salvar a los seres conscientes era mi responsabilidad y misión, así como el voto prehistórico que le hice a Shifu antes de descender a la Tierra.
Los demás practicantes y yo trabajamos durante el día y asistimos al estudio grupal del Fa por la noche. Colgamos pancartas y distribuimos materiales por la noche. Aclarábamos la verdad a la gente y la ayudábamos a renunciar el PCCh y sus organizaciones afiliadas durante el día. A veces estábamos ocupados y cansados, pero nos sentíamos bien.
En invierno no hay trabajo en el campo, así que salí con otros practicantes a distribuir calendarios de escritorio, de pared y otros materiales para aclarar la verdad. Aling (alias) era meticulosa y confiable. Yo conducía mi triciclo y ella iba sentada atrás. Llevamos docenas de calendarios.
La mayoría de los aldeanos son puros y bondadosos. Nos escucharon y aceptaron renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas. Les aclaré la verdad y Aling anotó los nombres de quienes aceptaron renunciar al PCCh. Al terminar, Aling dijo que le había costado salir a hacerlo, pero se sintió más tranquila al terminar. Nos dimos cuenta de que Shifu nos había quitado el miedo. Nos sentimos muy felices por quienes habían renunciado al PCCh.
Un día llevamos muchos calendarios de escritorio. Vimos a docenas de obreros en una obra que estaban construyendo una gran fábrica en el extremo norte del pueblo. Mientras caminábamos hacia ellos con los calendarios, un obrero gritó: "¡Calendarios de Falun Dafa!" Otro gritó: "¡Por favor, denme uno!" Otro gritó: "¡Denme uno!" Pronto los repartimos todos. Regresamos a nuestro triciclo y conseguimos más. Cada persona recibió un calendario. Algunos accedieron a renunciar al PCCh en el acto. Aling era introvertida y tímida. Cuando le dio un calendario a alguien de su pueblo, le aclaró la verdad y lo ayudó a renunciar al PCCh. La aplaudí y nos reímos a carcajadas.
Ayudando a Shifu a salvar a la gente
Aclarar la verdad a la gente se ha convertido en parte de mi vida diaria. Aprovecho cualquier oportunidad para hablarles de Dafa y la persecución: cuando vienen a recoger basura, a revisar los servicios públicos o a comprar árboles o maíz.
Un hombre de la provincia de Anhui vino a recoger basura. Después de que la cargó toda en su camioneta, le pedí que entrara a casa a tomar algo porque hacía mucho calor. Acababa de almorzar y aún no había recogido la mesa. Quedaban panqueques y pescado, así que lo invité a comer algo.
Le dije: “Practico Falun Dafa. Nuestro Shifu nos enseña a ser considerados. Hace mucho calor hoy y trabajas mucho. Por favor, come”. Al ver mi sinceridad, aceptó mi invitación y se sentó. Mientras comía, le aclaré la verdad. Le dije: “Por favor, recuerda que Falun Dafa es bueno. Por favor, renuncia al PCCh y sus organizaciones afiliadas. El PCCh comete crímenes atroces. El Cielo lo castigará, pero estarás a salvo si renuncias”. Dijo que solo se había unido a la Liga Juvenil. Lo insté a que se retirara, y aceptó.
Oí a alguien gritar afuera, y dijo que era su hermana. La invité a pasar, preparé un plato de fideos instantáneos y le añadí dos huevos. Mientras comía, le aclaré la verdad y la ayudé a renunciar al PCCh. Les di unos folletos y les pedí que los leyeran.
Le di a su hermana ropa, zapatos y bufandas que ya no usaba, y se mostraron muy agradecidos. Me sentí muy feliz por ellos.
Cuando otros vinieron a recoger basura, les aclaré la verdad y les regalé calabazas grandes que había cultivado. Cuando vinieron a comprarme árboles, les aclaré la verdad, les ayudé a renunciar al PCCh y los invité a comer fruta antes de irse. Cuando vinieron a comprar maíz en invierno, preparé comida y los invité a almorzar. Mientras comían, les aclaré la verdad y les ayudé a renunciar al PCCh. Les di coplas y recuerdos con información sobre Falun Dafa. Se alegraron mucho.
Le aclaré la verdad a una señora que me escuchó, pero se negó a renunciar al PCCh. No me rendí y le dije: “¿Sabes que solo la gente buena escucha buenas noticias? Te di estas buenas noticias porque eres una buena persona. Están ocurriendo tantos desastres ahora: inundaciones, terremotos, guerras y plagas. La sociedad está sumida en el caos, ¿verdad? El Cielo está eliminando a la gente mala. Si te distancias del PCCh renunciando a él, el Cielo te protegerá. La oportunidad solo llama una vez. Si la pierdes, te arrepentirás”.
Mi amabilidad la conmovió, y ella aceptó renunciar al PCCh y me dio las gracias. Le dije que le agradeciera a Shifu.
Durante los años que trabajé como empleada doméstica, les aclaré la verdad a todos los que conocía. Siempre recordé que era practicante de Falun Dafa y actuaba estrictamente según los principios de Dafa. Trabajé duro y lo hice mejor que una empleada doméstica no practicante. Quería que recordaran que Falun Dafa es maravilloso. Todos mis clientes me felicitaron y no querían que me fuera. Me llamaron después y me preguntaron si volvería a trabajar para ellos.
Comentarios finales
Cuando me comparo con otros practicantes, me quedo muy atrás. Gracias a que Shifu me protege y me da consejos cada vez que tengo pruebas y dificultades, he podido seguirlo en el camino de la rectificación del Fa hasta el día de hoy y mejorar y elevarme en el Fa. Gracias, Shifu, por rescatarme del infierno, purificarme y convertirme en un ser envidiado por todos los seres divinos: una partícula del Fa.
¡Gracias, Shifu! ¡Gracias, compañeros practicantes!
(Presentación seleccionada para el 22º Fahui de China en Minghui.org)
Copyright © 1999-2025 Minghui.org. Todos los derechos reservados.