(Minghui.org) Una mujer de 62 años del condado de Songming, provincia de Yunnan, fue sentenciada el 29 de septiembre de 2025 a 2 años de prisión y una multa de 5.000 yuanes (704 dólares) por practicar Falun Gong.
La condena de prisión de la Sra. Xu Chunfeng se originó por el uso de billetes con mensajes escritos sobre Falun Gong, para comprar productos en un mercado agrícola el 28 de marzo de 2024. Fue arrestada en su domicilio a medianoche del 25 de abril de 2024. Agentes del Departamento de Policía del distrito de Chenggong, en la ciudad de Kunming (que supervisa el condado de Songming), confiscaron sus libros de Falun Gong, reproductores de música, memorias USB y reproductores de vídeo. Su hija y su yerno, quienes comparten la misma residencia y no practican Falun Gong, también fueron arrestados.
Los tres familiares fueron llevados a la Estación de Policía de Yanglin para ser interrogados. La hija y el yerno de la Sra. Yang fueron liberados horas después. Ella fue trasladada al Departamento de Policía del distrito de Chenggong por los agentes Ma Linwen (+86-13518755780) y Wang Dong (+86-13678786262).
A partir de las 8:00 a. m. del 26 de abril de 2024, la policía interrogó a la Sra. Xu durante aproximadamente cinco horas. La obligaron a firmar las actas del interrogatorio. Posteriormente, la llevaron al Hospital Xinhua para un examen físico. Cuando la trasladaron al Centro de Detención de la ciudad de Kunming, ya eran más de las 10:00 p. m. Dado que el examen físico indicó que no estaba en condiciones de permanecer detenida, se le negó el ingreso.
El oficial Wang llevó a la Sra. Xu de vuelta al Hospital Xinhua para un nuevo examen. Los resultados fueron los mismos y el centro de detención volvió a negarle el ingreso. Wang solicitó un tercer examen físico para la Sra. Xu. Como eran las 2:00 a. m. del 27 de abril de 2024, la llevó de regreso a la comisaría.
Al amanecer, el oficial Ma llevó a la Sra. Xu a otro hospital para un tercer examen físico. Los médicos recomendaron su hospitalización inmediata. Sin embargo, Ma pidió a los médicos que le administraran inyecciones y pastillas a la Sra. Xu para poder ingresarla en el centro de detención. Los médicos le advirtieron que la Sra. Xu padecía diabetes severa y se encontraba en estado grave.
Ma ignoró a los médicos y llevó a la Sra. Xu al centro de detención, donde se negaron a admitirla. Ma no tuvo más remedio que llevarla de vuelta a la comisaría. Consultó con sus superiores y la liberó bajo fianza. Su hija fue citada a la comisaría para pagar la fianza de 2000 yuanes (282 dólares) y firmar la documentación como garante.
Durante sus tres días de detención (del 25 al 27 de abril de 2024), la policía no le proporcionó comida a la Sra. Xu. Tras su liberación, los funcionarios judiciales y la policía local continuaron acosándola en su domicilio.
El 16 de julio de 2024, el oficial Ma llamó a la hija de la Sra. Xu y le ordenó que avisara a su madre para que se presentara ante ellos o la volverían a detener. La Sra. Xu acudió a la Procuraduría del condado de Yiliang y recibió una notificación informándole de su acusación formal. Su caso fue remitido al Tribunal del condado de Yiliang al día siguiente.
La Sra. Xu fue juzgada el 23 de septiembre de 2025. Huang Caikuan, abogado de oficio, la representó. No se permitió la presencia de espectadores en la audiencia. El juez le preguntó a la Sra. Xu si admitía su culpabilidad, a lo que ella respondió que no había infringido ninguna ley al ejercer su derecho constitucional a la libertad de culto. El juez ordenó al alguacil que le quitara el micrófono a la Sra. Xu para impedirle hablar. Acto seguido, con un golpe de mazo dio por finalizada la audiencia, que duró menos de 20 minutos.
La Sra. Xu recibió una copia de su veredicto de culpabilidad por correo el 29 de septiembre de 2025. Se desconoce cuándo será puesta en prisión preventiva para comenzar a cumplir su condena.
Esta no es la primera vez que la Sra. Xu es sentenciada por su fe. Fue condenada a tres años de prisión y a una multa de 10.000 yuanes (1.409 dólares) tras un arresto previo en noviembre de 2016. Durante su estancia en la Segunda Prisión de Mujeres de la provincia de Yunnan, se vio obligada a tomar medicamentos desconocidos 3 veces al día (entre 10 y más de 30 pastillas cada vez) durante casi dos años. Tras la ingesta de las pastillas, sufría debilidad y dolores; además, tenía pérdida de memoria y diarrea severa. Tras su liberación, continuó sufriendo acoso policial constante.
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