(Minghui.org) La cultura tradicional china es vasta y profunda. Pero algunos piensan que sus valores están obsoletos. Alguien me preguntó una vez: "¿Cómo nos ayudan estos valores ancestrales en la era de la ciencia moderna y la inteligencia artificial?”.

Esta es una pregunta importante porque nos invita a explorar la conexión entre la sabiduría antigua y la sociedad moderna.

(Continuación de la Parte 1 )

Tao Te Ching y su sabiduría

El antiguo sabio chino Lao Zi escribió el Dao Te Ching. El libro se tradujo a muchos idiomas y está disponible en todo el mundo. En 5000 palabras, aborda el origen del mundo, como gobernar un país, la estrategia militar, las relaciones humanas y mucho más. Su significado es profundo.

La primera mitad del libro se centra en el Dao, mientras que la segunda mitad se centra en la (virtud). Como fundamento del mundo, el Dao no es visible ni tangible, pero está presente en todas partes. «Eso era algo caótico que existía antes del cielo y la tierra... sirvió como origen del cielo y la tierra. No sabía cómo se llamaba, así que lo llamé Dao», escribió Lao Zi.

El cielo, la tierra y todo lo que hay en este mundo funciona gracias al Dao, incluidos el día y la noche, el sol y la luna, las cuatro estaciones y nuestro entorno.

La virtud también es muy importante. Las cosas se originan en el Dao, pero son nutridas por la virtud; aunque tienen formas individuales, su crecimiento depende de su entorno, como explicó Lao Zi en el Dao Te Ching. El Dao guía nuestro mundo a un nivel fundamental, mientras que la virtud regula el crecimiento o el declive de forma práctica.

El Dao Te Ching incluye algunos principios fáciles de entender y seguir, que se convirtieron en proverbios chinos muy conocidos. Uno de ellos es: «La bondad suprema se manifiesta como el agua: beneficia a todos sin rivalizar y se mantiene discreto ante todos sin quejarse». Otro es: «La ley celestial no tiene preferencias y tiende a cuidar de quienes son bondadosos».

Lao Zi enfatiza que el Dao es el principio fundamental, pero la virtud es la esencia. Cuando uno abraza la virtud, trata a los demás con bondad.

Una visión holística

Con esto en mente, se obtendría una perspectiva diferente a la del pensamiento moderno. En consonancia con la relación de Lao Zi con el Dao y la virtud, los antiguos chinos creían en la armonía entre el cielo, la tierra y la humanidad. La medicina china aplica esta concepción a nuestro cuerpo físico. Por ejemplo, el yin y el yang están en equilibrio, al igual que los cinco elementos conectados con nuestro mundo. El cuerpo humano también tiene mecanismos correspondientes que involucran a nuestros órganos internos. Cuando este equilibrio se altera, la persona enferma. La medicina china ajusta el cuerpo y restablece el equilibrio para mejorar la salud.

El sistema de meridianos del cuerpo humano no es visible a simple vista, pero puede detectarse mediante instrumentos. Métodos como la acupuntura pueden corregir el desequilibrio en los pacientes y restaurar la salud. La hipótesis de Gaia también cree que los seres vivos de la Tierra interactúan con su entorno para formar un sistema complejo que mantiene las condiciones para la vida en la Tierra.

Esto concuerda con la perspectiva holística propuesta por Lao Zi en el Dao Te Ching. «Los seres humanos siguen a la tierra, la tierra al cielo, el cielo al Dao y el Dao a la naturaleza». Los seres humanos son parte de la naturaleza. Solo obedeciendo la ley natural puede un individuo o una comunidad prosperar.

Los habitantes de la antigua China tenían esta percepción. En lugar de depender de instrumentos científicos modernos, exploraban la naturaleza con respeto y tendían a considerar cuestiones fundamentales. «Todo en este mundo surge de la sustancia que podemos ver; las sustancias que podemos ver se originan a partir de la existencia que no podemos ver», escribió Lao Zi. Por lo tanto, para comprender nuestro mundo a un nivel más profundo, necesitamos conocer la existencia que lo sustenta.

Esta concepción se ve en otro antiguo clásico chino, el I Ching, que dice: “Lo que está más allá de lo que podemos ver se llama Dao; lo que podemos ver se llama implemento”.

Esta interesante relación también fue reconocida por los científicos occidentales. Cuando el renombrado físico danés Niels Bohr recibió la Orden del Elefante en 1947, su escudo de armas contenía el símbolo del yin y el yang y la frase en latín «contraria sunt complementa» (los opuestos son complementarios).

Uno de sus mayores logros fue en el campo de la mecánica cuántica, ya que los elementos podían analizarse por separado para determinar sus propiedades contradictorias. Esta comprensión representó un avance fundamental en el análisis de la estructura atómica, la ciencia y la naturaleza.

Se puede obtener una nueva perspectiva al seguir este camino, desde la teoría cuántica hasta las relaciones entre el cuerpo humano, la sociedad y el cuerpo cósmico. La conexión del sistema binario y el I Ching puede servir de puente entre la ciencia y la filosofía. Esta es también la encrucijada de dos caminos en el estudio de los fenómenos naturales y el propósito de la vida. Se puede encontrar la valiosa guía que brinda la sabiduría ancestral.

Casos prácticos

El concepto de Dao en la antigua cultura china puede interpretarse como los principios fundamentales de nuestro mundo físico y la sociedad humana. En la era moderna, también se manifiesta en dos pilares de nuestra sociedad: la tecnología científica y las operaciones comerciales.

Shibusawa Eiichi, magnate empresarial japonés conocido como el "Padre del capitalismo japonés", fundó y construyó más de 500 bancos y corporaciones. Creía que la moral y la economía son compatibles y, de hecho, inseparables.

En Las Analectas(colección de fragmentos literarios) (y el Ábaco, el símbolo de la economía), Shibusawa hace referencia a la moralidad en Las Analectas de Confucio y a la economía como el ábaco. Consideraba que existen dos tipos de moralidad: pasiva y activa. La primera consiste en abstenerse de hacer el mal y la segunda en hacer el bien. Afirmaba que la moralidad es esencial para la economía y la economía es esencial para la moralidad activa. En otras palabras, no hay economía sin moralidad, ni moralidad sin economía (ya que la vida de las personas debe estar libre de preocupaciones económicas).

Otro ejemplo son las economías de los Cuatro Tigres Asiáticos: Corea del Sur, Taiwán, Singapur y Hong Kong. Todas estas entidades económicas crecieron rápidamente entre las décadas de 1950 y 1990. De hecho, estuvieron fuertemente influenciadas por la cultura tradicional china, especialmente por los valores confucianos. Desde la gobernanza social y la educación hasta la ética empresarial, enfatizan la integridad, la diligencia, la templanza, el respeto a los maestros y la responsabilidad familiar. Esto sentó una base sólida para la estabilidad social y el desarrollo económico.

La cultura tradicional china es inclusiva y abierta. Durante las dinastías chinas, coexistieron diversos sistemas de creencias, como el budismo, el cristianismo, el confucianismo y el Daoísmo. De igual manera, los éxitos de los Cuatro Tigres Asiáticos confirmaron que la cultura tradicional proporciona un terreno fértil para la sabiduría, la productividad y la sostenibilidad en la civilización moderna.

El tercer ejemplo es Falun Dafa, un sistema de meditación que surgió en China y que practican cerca de 100 millones de personas en todo el mundo. Con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y cinco series de ejercicios, esta práctica ha mejorado la mente y el cuerpo de personas de todos los ámbitos. Esto, a su vez, ha traído prosperidad y estabilidad a las sociedades de todo el mundo.

Aunque Falun Dafa ha sido reprimido por el Partido Comunista Chino (PCCh) durante los últimos 26 años, los practicantes han perseverado en su fe y defendido los valores tradicionales. Su oposición pacífica a la dura persecución dentro y fuera de China no solo ha demostrado su valentía y fuerza interior, sino que también ha sentado un buen ejemplo para nuestra sociedad y el futuro.