(Minghui.org) Dos campañas iniciadas por el Partido Comunista Chino (PCCh) en 1999 siguen desarrollándose en la actualidad. En febrero de ese año, dos oficiales del Ejército Popular de Liberación publicaron el libro Guerra sin restricciones: dos coroneles superiores de la Fuerza Aérea analizan escenarios de guerra y el arte operacional en la era de la globalización. En julio, el PCCh comenzó a perseguir a Falun Gong, un grupo de 100 millones de personas que practican los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
Dando un paso atrás, uno puede darse cuenta de que estos acontecimientos no son una coincidencia. Tras décadas de brutalidad, terror y mentiras, el PCCh estaba listo para pasar al siguiente nivel: llevar adelante su programa comunista de una manera que trasciende los límites militares, políticos, legales, ideológicos y morales.
Un cuarto de siglo después, ambas campañas persisten. La extensión de la persecución del PCCh contra Falun Gong en el extranjero en 2024 -incluyendo ataques contra Shen Yun Performing Arts a través de una serie de artículos de un importante medio de comunicación occidental, junto con batallas legales- es vista por algunos como una nueva ola de guerra sin restricciones. Según información privilegiada, esta campaña no se limita «en absoluto» a Shen Yun y Falun Gong, ya que el plan del PCCh va mucho más allá de esos objetivos.
Aunque la guerra sin restricciones es un término nuevo, estas tácticas se han utilizado a lo largo de la historia del PCCh, en particular su «frente unido» y su ideología de lucha de clases. Por ejemplo, el régimen adoptó un enfoque sistemático a varios niveles para desintegrar el gobierno de la República de China de Chiang Kai-shek. Tras tomar el poder, el PCCh lanzó numerosas campañas, como la reforma agraria, el movimiento antiderechista, el Gran Salto Adelante, la destrucción de los Cuatro Viejos (viejas ideas, vieja cultura, viejas costumbres y viejos hábitos) y la Revolución Cultural. A través de estas campañas, el régimen llegó a controlar completamente a la población desde el punto de vista material, cultural e intelectual.
Dado el importante papel de Estados Unidos en el mundo libre, el PCCh siempre lo ha considerado un gran obstáculo y un enemigo mortal. Una forma en que el PCCh busca debilitar a Estados Unidos es utilizando la guerra sin restricciones para maximizar las divisiones entre los partidos políticos, las familias y la sociedad. Al iniciar acciones legales contra Shen Yun y Falun Gong en Estados Unidos, el PCCh empuja a Estados Unidos a oponerse a la gente de fe. Si Estados Unidos se pone del lado de la ideología atea del PCCh, el país dejaría de ser bendecido por Dios.
La ambición del PCCh
Tras décadas de fuerte crecimiento económico, el PCCh ganó confianza en su fuerza y cambió su enfoque a largo plazo de «mantener un perfil bajo y esperar el momento oportuno» para operar con la mentalidad de «un Oriente en ascenso, un Occidente en declive». Utilizando la guerra sin restricciones para sembrar la división y el caos en Occidente, el PCCh podría debilitar la posición de liderazgo de Estados Unidos en el mundo y, en última instancia, ocupar su lugar.
En consonancia con la misma mentalidad, el actual líder del PCCh adoptó un enfoque de «guerrero lobo» en la diplomacia después de asumir el poder en 2012. Los diplomáticos guerreros lobo han utilizado un lenguaje como «El incidente del 11-S es una lección no muy lejana, EE.UU. no debe olvidar el dolor después de que la cicatriz se cure» y «Ten cuidado de que no te saquen los ojos».
A otros líderes mundiales les resulta difícil entender el comportamiento del PCCh porque muchos de ellos carecen de una comprensión profunda de la cultura del PCCh y de la naturaleza del régimen, incluso después de décadas de interacción. Por ejemplo, reemplazar a Estados Unidos como la principal potencia mundial ha sido el objetivo del PCCh desde 2018, pero muchos líderes del gobierno estadounidense aún no han reconocido esta amenaza.
De hecho, incluso los líderes del PCCh han sufrido un lavado de cerebro a fondo por la cultura del Partido. Creen que, a través del totalitarismo, el PCCh puede transferir la presión económica externa al pueblo chino y convertir la presión externa en una herramienta para lavar el cerebro del pueblo chino. El Partido pretende utilizar estas crisis para consolidar su propio liderazgo.
Una «habilidad única» de la cultura del partido único
Según los autores de Guerra sin restricciones, la estrategia hace caso omiso de la humanidad, los derechos humanos, la conciencia y la moral. Con su arraigada ideología comunista y su filosofía de lucha, el PCCh no teme a lo divino ni a los límites morales, lo que le confiere una «habilidad única» en la guerra sin restricciones que los países occidentales no pueden imaginar ni aprender. Esta es el deseo del PCCh.
Tras la publicación de Guerra sin restricciones en 1999, se reimprimió diez veces al año siguiente. En 2016, los dos autores publicaron Guerra sin restricciones y contraataque a la guerra sin restricciones, en los que el enemigo imaginario es sin duda Estados Unidos. El PCCh ha llevado a cabo a fondo esta guerra sin restricciones en la vida real desde 1999.
La guerra sin restricciones arma todos los recursos y tecnologías en todos los campos, y puede utilizar cualquier medio para alcanzar sus objetivos bélicos. No hay distinción entre «frente y retaguardia», «soldados y civiles», países y territorios. No hay restricciones morales ni éticas. Se puede atacar a cualquier persona o instalación. Dado que la mayoría de la gente tiene un conjunto de valores morales, la aplicación de la guerra sin restricciones requiere un autoritarismo extremo y el lavado de cerebro de toda la población. Sin embargo, fuera de este entorno, es de esperar que la gente se escandalice por las formas que adopta la «guerra sin restricciones».
Un artículo en línea titulado La herencia histórica de la guerra sin restricciones y una advertencia al hegemonismo analizaba si Estados Unidos o Taiwán podrían adoptar un enfoque similar. Concluía: «La guerra sin restricciones es una habilidad única del PCCh. Sólo los antecedentes del Partido Comunista Chino pueden producir tal pensamiento estratégico, táctico y de combate. Otros no pueden aprenderla aunque quieran».
He aquí un ejemplo. Tras los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos, un escritor que vivía en Estados Unidos tenía un amigo de visita procedente de China continental. El amigo chino expresó franca y sinceramente su admiración por los planificadores y comandantes del ataque del 11 de septiembre, calificándolo de «modelo de derrotar a los fuertes con los débiles, derrotar a los muchos con los pocos, y tomar al enemigo por sorpresa y atacarlo cuando no está preparado». Sólo hicieron falta trece personas para matar a tres mil en el otro bando y dañar gravemente la industria financiera del otro país. Y lo que es más importante, fue imposible que el otro bando contraatacara de la misma manera.
De hecho, este amigo suele apoyar la reforma y la democratización, pero en esta conversación quedó claro que su percepción del bien y del mal se había distorsionado gravemente, si es que aún existía. En su lugar, hablaba completamente desde la perspectiva de la dictadura del PCCh.
Este ejemplo ilustra las consecuencias del lavado de cerebro realizado por el PCCh a escala nacional mediante la reforma del pensamiento durante el siglo pasado, así como su peligro tanto para China como para la comunidad internacional.
(Continuará)
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Categoría: Opinión y análisis