(Minghui.org) A Qin Xiujuan, de 69 años, encarcelada por practicar Falun Dafa, le denegaron las visitas familiares y le restringieron la posibilidad de comprar artículos de primera necesidad en el economato desde que fue trasladada a prisión hace unos meses.
No es la primera vez que Qin es encarcelada por su fe. En 2012, el tribunal del distrito de Qingshan, en Wuhan, la condenó a 3,5 años de prisión. Sufrió diversas formas de tortura en la misma prisión. Su cabello se volvió gris y a menudo sufría calambres en manos, piernas y pies.
Antes de su primera condena, Qin también fue objeto de repetidos ataques cuando aún vivía en su ciudad natal, Tangshan, provincia de Hebei. Fue detenida durante 15 días tras acudir a Beijing para hacer una apelación en favor de Falun Dafa el 22 de julio de 1999. Tras otra detención a principios de 2000, permaneció retenida en un centro de lavado de cerebro durante 20 días. En 2001, fue llevada al mismo centro de lavado de cerebro y retenida durante dos meses. Mientras no estaba detenida, su empleador, la Tangshan City Printing and Dyeing Factory, enviaba personas a vigilarla a su casa o a llevarla a su lugar de trabajo y retenerla allí durante días. Un supervisor llamado Li Yushun también hizo que la acosaran en casa en numerosas ocasiones.
Tras jubilarse en 2012, se trasladó a vivir con la familia de su hijo en Wuhan, provincia de Hubei, donde fue detenida y condenada en dos ocasiones. Para más detalles sobre su persecución, véanse los siguientes informes.
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