(Minghui.org) Antes de empezar a practicar Falun Dafa en 1995 tenía muchas enfermedades crónicas, como fiebre baja, insomnio, asma y artritis reumatoide. Probé todo tipo de tratamientos, pero nada me ayudó. Tenía tres hijos pequeños y tenía que trabajar para mantener a mi familia. Me sentía agotada todos los días.

Un día, mi prima me pidió que la acompañara a ver la serie de conferencias del Shifu. Me dijo que esta práctica era un método para cultivar tanto el cuerpo como la mente y que algunas personas habían resuelto sus enfermedades.

Aunque era escéptica, llamé a una persona de mi pueblo que tenía una fístula urinaria para que me acompañara y le propuse que "probáramos". Esa noche fuimos a casa de mi prima.

También estaban allí tres familiares de mi prima, y todos practicaban Falun Dafa. En cuanto comenzó el vídeo, sentí que alguien me presionaba firmemente el pecho, y sentí mucho frío y temblores por todo el cuerpo. Les dije que tenía que irme a casa porque me sentía fatal.

Todos sonrieron y me dijeron que tenía una relación predestinada con Falun Dafa y que me sentía así porque Shifu estaba limpiando mi cuerpo. Así que volví a sentarme y terminé de ver la primera conferencia.

Esa noche dormí muy bien, lo que me sorprendió gratamente. Vi el resto de la serie de conferencias todos los días durante nueve días. Mientras veía los vídeos, a veces me quedaba dormida sin darme cuenta, pero oía todo lo que decía el Shifu con claridad, sin perderme ni una sola palabra. Pensé que era extraño, ¿cómo podía oírlo todo a pesar de estar dormida?

A veces temblaba y sentía frío mientras veía los vídeos. Pero lo más asombroso era que ya no tenía fiebre baja y el asma había desaparecido. Después de practicar los ejercicios durante un mes, todas mis enfermedades desaparecieron. Me sentía ligera y con energía.

La aldeana con la fístula urinaria empezó a vomitar en cuanto salió de casa de mi prima aquella primera noche. Vomitó varias veces de camino a casa. Poco después de que empezó a estudiar el Fa y a practicar los ejercicios, su fístula urinaria desapareció.

Nuestras historias asombraron a todo el pueblo y mucha gente empezó a practicar Falun Dafa. Gente de otras aldeas también vino a aprender, y la noticia voló de persona a persona por todos los municipios, pueblos, condados y ciudades a nuestro alrededor. Falun Dafa gradualmente se convirtió en un nombre familiar en nuestra zona, y uno tras otro se establecieron sitios para practicar Falun Dafa. Todas las mañanas se podía ver a la gente haciendo los ejercicios en los parques y plazas.

Nuestro municipio fue el primero y el más poblado en practicar Falun Dafa. A veces, entre 300 y 400 personas hacían los ejercicios juntos, y estaban muy entusiasmados con la práctica. El viento, la lluvia o la nieve no nos detenían. Recuerdo que había veces en que la nieve nos llegaba a las pantorrillas, pero aun así practicábamos los ejercicios.

A mi marido le salió un bulto en el cuello y empezó a practicar. El bulto desapareció pronto. Ahora nos coordinamos bien y hacemos las tres cosas que nos pide Shifu.