(Minghui.org) Nací en 1924 y cumpliré 100 años a finales de este año. Debido a mi creencia en Falun Dafa, Shifu me bendijo con una gran salud. Me convertí en practicante de Falun Dafa en 1997, y desde entonces no he necesitado gafas para leer, ni he tomado ninguna medicina. Puedo cuidarme bastante bien. En un momento dado también cuidé de mi hija menor, que estaba paralítica como consecuencia de la persecución. Hasta el año pasado, iba andando al mercado todos los días a comprar alimentos. La gente que me conoce dice que parezco tener 70 años.

Mi hija mayor practicó Falun Dafa antes que yo. Un día me hice daño en la espalda, y ella me dijo que recitara sinceramente «Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia, Tolerancia son buenos». Lo hice y, justo después, pude enderezar la espalda como si nunca hubiera pasado nada. Recuerdo que pensé: «¡Esto es increíble! Mi hija debería seguir con esta práctica». Más tarde me hice practicante, cuando tenía 73 años, y durante mucho tiempo estudié las enseñanzas e hice los ejercicios con mi hija todos los días. En los últimos 27 años he gozado de buena salud, gracias a la inmensa gracia de Shifu.

Dos años después de que comenzara a practicar, el Partido Comunista Chino (PCCh) inició la persecución de Falun Dafa en julio de 1999. Mi hija y yo salimos a aclarar la verdad sobre Falun Dafa a quienes estaban engañados por la propaganda del PCCh que calumniaba la práctica. Un día me detuvieron mientras repartía folletos y me llevaron a la estación de policía. El oficial me liberó más tarde y me ordenó que no practicara Falun Dafa en público.

Unos años después, mi hija menor, que también practicaba Falun Dafa, y otra practicante fueron detenidas en un autobús y sentenciadas a prisión. La otra practicante inició una huelga de hambre y fue alimentada a la fuerza. La sonda de alimentación estaba mal insertada y, en lugar de entrar en su estómago, penetró en su pulmón y la mató inmediatamente. A mi hija la ataron a una silla y le aplicaron descargas eléctricas con picanas eléctricas hasta que se desmayó. Ninguno de mis familiares fue informado de la detención y encarcelamiento de mi hija. Contraté a un abogado y tardó seis meses en averiguar en qué prisión estaba encarcelada. Para entonces ya estaba paralítica y había perdido la vista debido a las intensas descargas eléctricas.

Después de llevarla a casa, no podía cuidar de sí misma. Todos los días estudiaba con ella las enseñanzas de Dafa. Seis meses después, podía levantarse lentamente, pero seguía sin ver bien. Seguimos estudiando las enseñanzas y un año después se recuperó por completo. Estamos muy agradecidas a los practicantes que la ayudaron en la cárcel, y damos las gracias a Shifu por salvar su vida.

Ofrecí mi casa para que los practicantes pudieran reunirse y aprender a utilizar los ordenadores para el trabajo de esclarecimiento de la verdad. Cocinaba para ellos y les proporcionaba material de oficina para su trabajo. Cuando tenía 85 años, un practicante me enseñó a utilizar ordenadores. Aprendí rápido y no tuve problemas para leer en la pequeña pantalla. Cuando una de las máquinas se estropeó, pedí ayuda a Shifu y funcionó enseguida. Continué trabajando en este proyecto hasta los 96 años.

A los 92 años, un día me puse muy enferma. Con una gran fe en Shifu, me recuperé en 20 días. Hace cuatro años me mudé con mi hija menor, que no quería que viviera sola. Aún ahora estudio las enseñanzas y hago los ejercicios todos los días, y estoy decidida a seguir a Shifu a casa.

(Seleccionado de envíos por la celebración del Día Mundial de Falun Dafa en Minghui.org)