(Minghui.org) Recientemente se supo que una residente de 51 años de la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, había sido condenada a tres años y nueve meses de prisión por su fe en Falun Gong, una disciplina espiritual perseguida por el Partido Comunista Chino desde julio de 1999.
Zhou Hongyan fue arrestada el 27 de marzo de 2023, tras ser denunciada por distribuir material informativo sobre Falun Gong en un complejo de apartamentos. No está claro cuándo fue acusada, juzgada o condenada. Su familia no sabe dónde está detenida. Sólo saben que una procuradora llamada Liu Lan, de la Procuraduría del distrito de Hongshan, y un juez llamado Liu Yufei, del Tribunal del distrito de Hongshan, están implicados en su caso.
Esta es la segunda vez que la Sra. Zhou ha sido condenada por su fe. Anteriormente fue arrestada el 6 de noviembre de 2016 y condenada a tres años y medio el 5 de septiembre de 2017.
La última condena de la Sra. Zhou puso más presión sobre su familia, cuyo apoyo a su práctica de Falun Gong ya ha ido disminuyendo como resultado de la propaganda de odio del régimen comunista y la política de implicación.
Zhou empezó a practicar Falun Gong en marzo de 1999, cuando tenía 26 años. Su esposo y sus dos familias la apoyaron entonces, al ver cómo Falun Gong la había convertido en una persona más sana y tranquila. Sin embargo, su actitud cambió cuando el régimen comunista empezó a perseguir a Falun Gong cuatro meses después. Se dejaron engañar por la propaganda de odio y temían verse implicados. Zhou dejó de practicar Falun Gong bajo su presión.
En los años siguientes, su salud empeoró y sufrió espondilosis cervical, bronquitis crónica, rinitis, mareos y fatiga. Volvió a practicar Falun Gong en 2012. Todos sus síntomas desaparecieron en cuestión de dos meses. Su esposo volvió a apoyar su práctica, pero cambió de opinión después de que fuera arrestada en enero de 2014, cuando los guardias de seguridad de la Facultad de Ingeniería Biológica de Wuhan la sorprendieron distribuyendo material informativo sobre Falun Gong en el campus.
Zhou fue llevada a la estación de policía e interrogada. Un agente la amenazó con atarle las extremidades y otro la amenazó con hacerle un análisis de sangre (más tarde supo que muchos practicantes de Falun Gong eran obligados a someterse a análisis de sangre para ver si eran buenos candidatos para la sustracción de órganos mientras están vivos).
La policía también confiscó el teléfono móvil de la Sra. Zhou, que no pudo ponerse en contacto con su hijo, entonces estudiante de secundaria, que había estado esperando en casa a que ella regresara para preparar la cena. Más tarde consiguió recuperar el teléfono cuando la policía no estaba mirando. Llamó a su esposo, que acudió a pedir su liberación. La policía le exigió 500 yuanes (70 dólares) antes de dejarla marchar. Para entonces, eran más de las 10 de la noche.
El esposo de Zhou estaba aterrorizado por el incidente y temía verse implicado. Pidió separarse de ella a pesar de que siempre habían disfrutado de un matrimonio armonioso. Se mudó y rara vez volvía a casa para ver a su hijo. Más tarde incluso dejó de pasarle la pensión alimenticia. La Sra. Zhou, excontable, hacía trabajitos para llegar a fin de mes.
En diciembre de 2014, el esposo de Zhou solicitó el divorcio alegando que ella practicaba Falun Gong. Ella no estuvo de acuerdo. Su esposo y su suegra le exigieron entonces que dejara de practicar Falun Gong. Ella se mantuvo firme en su fe, ya que Falun Gong sólo le enseñó a ser una esposa y madre más cariñosa y atenta. No está claro si su esposo retiró la solicitud de divorcio o si realmente se divorció.
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Categoría: Hechos de la persecución