(Minghui.org) Cuando era niño, mis padres hacían todo lo posible por satisfacer todos mis deseos. Me gustaba recibir elogios de todos los que me rodeaban, por lo que era egoísta y malcriado. Como crecí bajo un régimen comunista, rasgos como la competitividad, la lucha contra los demás, la crítica a los demás y los pensamientos extremos estaban profundamente arraigados en mí. Todo esto sentó las bases de una personalidad egoísta que perseguía la fama y el beneficio.

Empecé a practicar Falun Dafa en 2002, cuando tenía 27 años. En Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, encontré respuestas a muchas preguntas, y supe que quería practicar. También me di cuenta de que, para convertirme en un verdadero cultivador, tenía que renunciar a mi ego, a mis ambiciones y a mis sentimientos; esto puede parecer fácil, pero es muy difícil. Surgieron bastantes pruebas en mi entorno familiar, en el trabajo y en la sociedad. Desafortunadamente, no siempre los superé con éxito, debido a la idea de que hacerlo me obligaría a soltar "parte de mí".

A medida que seguía leyendo las enseñanzas de Falun Dafa, me di cuenta de que quien sufría en esas situaciones era en realidad mi ego, no mi verdadero yo, y que lo que "perdería" en realidad eran sólo cosas malas.

En Zhuan Falun, Shifu menciona cómo la gente trata las piedras frente al oro. En mi entendimiento, las piedras son equivalentes a las oportunidades en la cultivación. La gente común no las quiere, pero para los cultivadores son como el oro verdadero. Entendí que debía tratar cualquier crítica, comportamiento inapropiado, o algo que hiere a mis sentimientos, o a mi reputación, como "piedras", u oportunidades valiosas de cultivación concedidas para cultivarme y cumplir bien mi papel durante el período de la rectificación del Fa.

Me di cuenta de que me resultaba más difícil aceptar las críticas de las personas que consideraba "indignas" de criticarme. Después de mirar hacia dentro, comprendí que tenía que ver con mis apegos a la arrogancia y el orgullo que no había eliminado. Me di cuenta de que debía corregir estas nociones, y empecé a tratar las críticas de cualquier persona como una oportunidad para mirar hacia dentro y mejorar.

Cuando empecé a cultivar, participé en varios proyectos de aclaración de la verdad (sobre Falun Dafa y la persecución), pero siempre seleccionaba los que requerían creatividad o implicaban un sentido de diversión. A medida que avanzaba, me di cuenta de que eso no debía ser importante para mí. Lo único importante era el impacto que tendría en la salvación de los seres conscientes. También, entendí que para cooperar bien debía ser capaz de desprenderme de mis propias opiniones e intenciones.

Cuando me levanto cada mañana, me recuerdo que se me ha concedido otro día precioso para completar mi papel histórico. Cuando me encuentro con pruebas difíciles, y cuando mis pensamientos y nociones humanas intentan vencerme, cito el poema de Shifu "Sólo para esta vez" de Hong Yin III. Mis pensamientos rectos se fortalecen y todo lo malo comienza a debilitarse.

Solo para esta vez
Sobrepasando el espacio-tiempo, la rectificación del Fa se apresura
La voluntad no se mueve por la gigantesca tribulación
No se pierde el camino por la locura de la maldad
Eliminar la maldad es como sacudir el polvo
Los dizi caminan rectamente el camino de Dafa
La luz ilumina el Cielo y la Tierra, la maldad es eliminada totalmente
Los discípulos del Fa, diligentes como flores de ciruelo en medio del frío
El sufrimiento penoso de decenas de miles años de antigüedad, sólo para esta vez
(Solo para esta vez, Hong Yin III)

Con infinita gratitud, ¡agradezco al venerable Shifu por la oportunidad de ser un practicante de Falun Dafa durante este período histórico!

(Artículo seleccionado para celebrar el Día Mundial de Falun Dafa en Minghui)