(Minghui.org) Después de presenciar la devastación durante el terremoto del 21 de septiembre de 1999 en Taiwán, vi lo efímera que es la vida. Entonces me comprometí a empezar a practicar Falun Dafa. Había un lugar de ejercicios matutinos en el parque cercano, así que me uní.

Levantarse temprano para hacer los ejercicios con otros practicantes es incluso mejor que estar en casa con el aire acondicionado. El aire es fresco y está impregnado del aroma de las flores. Sopla una suave brisa, y es realmente placentero.

Meditamos durante una hora y, un día, pregunté a los practicantes: "¿Deberíamos meditar durante hora y media?". No hubo respuesta. Pensé: "Pues que así sea". Como tenía este deseo, tal vez había un mecanismo que me ayudaba. Al día siguiente, después de meditar durante una hora, intenté levantarme cuando terminó la música, pero no pude. Parecía como si me sujetara una fuerza inmensa. Así que empecé a meditar 30 minutos más cada día.

Cuando venían los mosquitos, sentía que esas molestias eran algo bueno, pues estaba disolviendo yeli. Una vez, mientras meditaba, ¡un ratón correteó alrededor de mis pies! Pensé: Shifu dijo que somos los "...futuros reyes del Fa" (Saludo de felicitaciones, Escrituras esenciales para mayor avance (III)) ¿Cómo puedo tener miedo de este ratón? Permanecí impasible y seguí meditando.

Cuando el estado de cultivación de uno es bueno, incluso los no practicantes lo notan. Cuando llevé mi motocicleta a un taller, la dueña me dijo: "Tu tez se ha vuelto más lisa. Pareces mucho más joven". De hecho, estaba bronceada por practicar los ejercicios al sol todos los días. Sentí que sus palabras eran un estímulo de Shifu.

Otros practicantes me ayudan a mejorar

Más tarde me mudé a Taipéi, y el lugar de estudio del Fa en grupo estaba muy cerca de mi casa. Al estudiar el Fa y relacionarme con otros practicantes, me di cuenta de que podemos animarnos mutuamente. Un practicante estaba pasando por una tribulación muy difícil. Sufrió mucho y estuvo a punto de abandonar. Los otros practicantes lo animaron y acabó superándolo. El marido de otra practicante intentó impedirle que asistiera al estudio del Fa e incluso la amenazó con tirarse de un edificio si iba. Después de hablarlo con todos, pudo mirar hacia dentro y resolver el problema. Es muy importante que estudiemos el Fa con otros. Mientras planteemos preguntas e intercambiemos experiencias basadas en el Fa, nuestros problemas pueden resolverse.

El intercambio de experiencias durante el estudio del Fa es realmente precioso. Un practicante parecía inteligente, pero yo no podía llevarme bien con él. Después de mirar hacia adentro, vi que el problema era mío: estaba envidiosa. Sabía que no debía criticarlo, así que envié pensamientos rectos para él y esperé que tratara mejor a todos. Este pensamiento inadecuado tuvo consecuencias indeseables.

Mientras estaba en el trabajo, una gran sustancia negra brotó de mi cerebro. Normalmente no puedo ver nada a través de mi ojo celestial pero, en ese momento, vi esta sustancia negra en otra dimensión. Entonces apareció el poema de Shifu El corazón en sí está claro, (Hong Yin (II)), junto con la imagen de una doncella celestial del libro. Me sentí avergonzada y realmente agradecida por la guía de Shifu.

Miré en mi interior y comprendí que la cultivación consistía en cultivar los pensamientos y transformarlos. Las mentes de los cultivadores deben ser puras y limpias para que sus acciones sean rectas. Shifu siempre nos vigila, pero yo tenía pensamientos negativos sobre otros practicantes. Sentía que me había cultivado en vano.

Comprendo que, en el universo entero, no somos más que una mota de polvo, por lo que debemos ser humildes. No debemos tener opiniones negativas sobre los demás, sino pensamientos rectos. Nuestros corazones deben ser amplios e inclusivos, y debemos tener una mente abierta y abrazar a todo el mundo.

Animar a los demás

Después de convertirme en coordinadora, decidí dar lo mejor de mí en esta función y animar a otros practicantes a unirse a los ejercicios de grupo y al estudio del Fa. A veces los llamaba por teléfono. Me decían cosas como: "Vale, ya lo sé. No hace falta decir más". Comprendí que podían pensar que los estaba fastidiando, pero mi intención era ayudarlos, así que los invitaba insistentemente a participar en las actividades de grupo.

Un practicante siempre hacía los ejercicios con el grupo por la mañana, pero no venía al estudio del Fa. Lo seguíamos invitando, pero decía que prefería estudiar el Fa en casa. Después de más de una década, por fin vino a nuestro grupo de estudio. Me sentí feliz. Dar ese paso para salir e interactuar con otros practicantes es realmente extraordinario.

Eliminando mis apegos y ampliando mi tolerancia

Los conflictos entre practicantes son inevitables. Mientras coordinábamos una actividad de grupo, tuvimos dificultades para encontrarnos a la hora y en el lugar acordados. Al final conseguimos reunirnos, pero un practicante me señaló y dijo: "No lo has hecho bien". Sólo pude disculparme; realmente no tenía excusa.

Los coordinadores tenemos que planificar con antelación cuando organizamos actividades para conseguir los mejores resultados. Cuando otros practicantes encuentran dificultades, es importante no desarrollar opiniones negativas sobre ellos. Por ejemplo, cuando algunos practicantes no paraban de actualizar las medidas de la ropa o alguien llegaba tarde a las actividades, me quejaba en silencio. Me recordé que debía olvidarlo, ya que también forma parte del proceso de cultivación.

Comprendo que otros practicantes no hacen estas cosas intencionadamente; realmente necesitan las medidas correctas o pueden tener razones para llegar tarde. Con los años, he aprendido a dejar pasar estas cosas; realmente no importaban mucho y ya no me molestaban. Ahora, cuando las actividades de grupo requieren coordinación, estoy más que encantada de ayudar. Es una gran oportunidad para mejorar mi xinxing, así que ¿por qué no aprovecharla?

También ayudo todos los años en la formación de los caracteres. Preparar el evento implica trazar líneas, colocar colchonetas y garantizar las medidas de seguridad, entre otras tareas. Algunos practicantes tienen que ausentarse de sus trabajos habituales para ayudar, y todos hacen lo posible por cooperar.

Pasamos horas colocando colchonetas, sentándonos y levantándonos constantemente. A algunos practicantes se les cansan las piernas y les cuesta subir las escaleras. A pesar de las dificultades, todos se sienten honrados y magníficos. Esta oportunidad es preciosa, y todo el proceso de cultivación es extraordinario. Es una verdadera alegría.

Hacerlo bien en el trabajo

También nos esforzamos por hacerlo bien en la sociedad. Trabajo como contable en una empresa de comercio. En un momento dado, la actitud de mi jefe cambió; incluso el perro del lugar de ejercicios me ladraba sin cesar.

Miré hacia dentro y descubrí que mi estado de cultivación no era bueno. Albergaba algunos pensamientos negativos hacia algunos practicantes, descuidaba tareas menores y mi conciencia principal no era fuerte. Una vez que me mejoré, todo marchó sobre ruedas.

Antes de empezar a practicar, tenía un fuerte deseo de obtener beneficios personales. Cada vez que había horas extras, mi jefe y mis compañeros de trabajo se acercaban a mí y yo aceptaba encantada: estaba ansiosa por ganar más dinero. Sin embargo, después de que empecé a practicar la cultivación, mi apego al dinero disminuyó.

Shifu dijo:

"... nosotros los cultivadores hablamos de seguir el curso natural: si algo te pertenece, no lo pierdes, y si algo no es tuyo, no lo consigues por más que luches" (Séptima Lección, Zhuan Falun).

Así que me esforcé al máximo por desprenderme de este apego al beneficio personal.

Comprendo la importancia de valorar el camino que he recorrido, de valorar el proceso y mis oportunidades de cultivación. Perder una oportunidad de cultivarme significa que puede que no se repita. Aprovechemos el tiempo, cultivemos de verdad y caminemos bien nuestros senderos hasta que volvamos a casa con Shifu.