(Minghui.org) Soy una campesina de 62 años. Llevo más de 25 años cultivado Falun Dafa. Siento que es un gran honor haber encontrado Dafa.

Cultivándome mientras distribuyo materiales de aclaración de la verdad

En 2020, el número de muertos por el virus PCCh (también conocido como la COVID-19) creció muy rápido. El virus se extendió enseguida por todo el mundo. Por aquel entonces, mi marido se había marchado para ocuparse de un trabajo. Pensé que debía hacer lo posible para que la gente conociera la verdad sobre Dafa. Así que salí sola en bicicleta a las dos de la madrugada para colocar notas adhesivas de aclaración de la verdad.

Para disimular que estaba cumpliendo con mi misión, puse una cesta en el carro y fingí ser una recolectora de setas.

Tuve que recorrer una distancia muy larga cuesta arriba. Era plena noche y yo era una mujer que empujaba sola una bicicleta. Las montañas estaban desiertas. No había casas cerca, pero sí bosques por todas partes, y el camino estaba lleno de maleza. Avanzaba paso a paso, con la idea de salvar a la gente. No sentía ninguna dificultad, ni miedo, pues llevaba el Fa en mi interior y Shifu me cuida en todo momento.

Si esto hubiera sido antes de practicar Dafa, no me habría atrevido a tomar este camino sola a tan altas horas de la noche. Pero ahora incluso colocaba notas adhesivas de aclaración de la verdad mientras caminaba. El sol estaba saliendo cuando terminé. Así que me dirigí a casa.

Una vez, un practicante salió para aclarar la verdad y salvar a la gente. Las personas con las que habló dijeron que vieron las notas adhesivas que pusimos en los puentes y que eran tan coloridas y bonitas, que les animaron. En otra ocasión, una practicante me dijo que a la gente le encantaba ver esas notas adhesivas. Me di cuenta de que era Shifu quien hablaba a través de ella para animarme.

Shifu publicó "Por qué existen los seres humanos" el 20 de enero de 2023, lo que hizo que mi marido (también practicante) y yo, nos diéramos cuenta de la importancia de salvar a la gente. Por la noche, salimos a colocar las notas adhesivas de Dafa y a distribuir materiales de aclaración de la verdad. En cuanto llegamos a la entrada de un pueblo, un perro empezó a ladrar. Aunque no paraba, seguí dejando una copia de nuestros materiales en cada casa.

Antes de esto, cada vez que mi marido y yo repartíamos juntos folletos de aclaración de la verdad, siempre elegía lugares fáciles, es decir, donde no hubiera perros o sólo en los hogares cerca de la carretera. En cuanto oía ladrar a un perro, me marchaba, por miedo a que me vieran los dueños de la casa. Cuando mi marido distribuía los folletos casa por casa, me decía: "Los perros ladran, ¿de qué tienes miedo? Tienes que quitarte el miedo". Ahora que hago memoria, estaba pensando siempre en mi propia seguridad, lo que se reduce a ser egoísta. No le daba prioridad a salvar a la gente. Pero esa vez cambié y conseguí rectificarme. En cuanto me di cuenta de mis defectos dejé de sentir miedo.

Mi marido y yo seguimos adelante y llegamos a un pueblo. Dejamos los materiales casa por casa. A medida que nos adentrábamos en el pueblo, los perros ladraban cada vez más. Pero mi marido y yo no nos asustamos ni nos dejamos llevar por el pánico, a pesar de que todos los perros de la aldea ladraban. Bajo la protección de Shifu, nadie salió a impedirnos a hacer lo que hacíamos. Al final, repartimos todos los materiales de aclaración de la verdad que llevábamos.

Cada vez que los dejaba en una casa, lo hacía con mucha honestidad. Enviaba un pensamiento a los seres conscientes desde lo más profundo de mi ser: "¡Por favor, léanlos con atención! ¡Tienen que atesorarlos! Es nuestro Shifu quien les brinda esta oportunidad de salvarse. Por favor, atesórenla".

En el camino de vuelta, me encontré con otra prueba de xinxing. Mi marido caminaba tan rápido que no podía seguirle. Como habíamos viajado tanto, estaba cansada. Para seguirle, tuve que correr. En mis zapatos había entrado algo de arena, ¡y me dolían los pies con cada paso que daba!

Aunque caminamos así un kilómetro y medio, mi marido nunca se volvió para ver dónde estaba o si podía seguirle el ritmo. Aunque estaba muy cansada, no sentía el menor resentimiento hacia él. Me alegraba de que me ayudara a mejorar. Así que recité el Fa. Hasta que estábamos casi en casa mi marido no aflojó el ritmo.

El proceso de mejora de mi xinxing de esa noche, continuó mientras dormía. Sentía que no podía soportar el dolor que me producían las hemorroides. Me impedía dormir. Pero en ese momento, me iluminé: ¡Shifu estaba limpiando mi cuerpo!

Desde entonces, las hemorroides, que me atormentaron durante más de 30 años, han desaparecido. Shifu vio que mi xinxing mejoraba y limpió mi cuerpo, eliminándolas de raíz. Volví a ser testigo de la belleza y la naturaleza milagrosa de Dafa.

Abandonar los intereses personales

En 2023, mi marido se marchó a la ciudad para trabajar haciendo reformas. Me acerqué a visitarlo para cocinarle y echarle una mano. Cuando llegué, vi que todavía le quedaba una zona de una de las paredes donde no había puesto ni un solo azulejo. Se había dado cuenta de que algo andaba mal. Las baldosas que había puesto en el lado oeste del edificio no estaban bien. Los azulejos no estaban alineados con los de la otra pared. Estaban separados unos dos centímetros.

Mi marido llamó al dueño de la casa para que viniera a verlo y que decidiera al respecto. Después de que el propietario vino y echó un vistazo, no se mostró quisquilloso. Dijo que no era para tanto. Luego le pidió a mi marido que continuara con el resto de la obra y se marchó con prisas para volver a su trabajo. Pero a mí aquello no acababa de convencerme. Aunque el dueño de la casa no dijo nada, no me parecía bien. Le dije a mi marido que rehiciera todo el trabajo del lado oeste del edificio. Como los dos somos practicantes, deberíamos dejar de lado el interés propio. Como practicante, uno tiene que ser altruista. Shifu nos dijo en el Fa que pensáramos siempre primero en los demás. No le resultó fácil al propietario comprar esa propiedad. Si los azulejos no están en línea recta, cuando él o su familia cocinen, ¿no les resultará incómodo verla?

Mi marido estuvo de acuerdo. Le dije: No debemos dejar que nada nos cause remordimientos. Has sido albañil toda tu vida y nunca has cometido un error así. Esto no puede ser una casualidad, sino que va a servirnos para mejorar y que nos desprendamos de nuestros intereses personales.

Así que empezamos a arrancar los azulejos. Como estaban bien fijados a la pared, nos costó bastante esfuerzo quitarlos con un martillo y un cincel. Yo no llevaba guantes, y los trozos rotos eran puntiagudos y me pinchaban las manos. No nos tomamos ni un solo descanso en toda la mañana. Trabajamos empapados en sudor. No sentíamos ningún tipo de dificultad mientras rectificábamos aquellas deficiencias nuestras.

Cuando el trabajo estuvo terminado y el propietario se disponía a pagarnos, le dedujimos de la factura los costes de las baldosas y los demás materiales que empleamos en el segundo alicatado. Como muestra de gratitud, el propietario nos regaló una caja de uvas de su cosecha.

La prueba del sentimentalismo

Tengo dos hermanos. Desde la infancia, mi hermano mayor nunca se ha mostrado muy cercano. Pero mi hermano menor era todo lo contrario. En cuanto mi hermano menor ahorró algo de dinero, tras trabajar en grandes ciudades muchos años, empezó a comprarme regalos a menudo. También trataba con amabilidad a nuestros padres y los cuidaba.

La tarde del 4 de agosto de 2023, mi cuñada me llamó y me dijo: "Hermana mía, no sé qué le ha pasado a tu hermano. Ahora mismo está muy enfermo y recibiendo tratamiento de urgencia". Después de oír eso, mi marido y yo tomamos el autobús a la ciudad para visitarle.

De camino, nos llamaron para decirnos que acababa de fallecer. No pude contener las lágrimas, sintiendo una gran agonía. Lo sentí por él, porque dejara el mundo a una edad tan temprana y tan de repente. Me costó mucho aceptarlo.

En su funeral, todavía estaba muy triste y no pude contener las lágrimas. Después de calmarme un poco, pude recordar que soy una practicante y que tengo la misión de salvar a los seres conscientes. Al ver que había gente en su funeral que no había renunciado al Partido Comunista Chino (PCCh), aproveché la oportunidad para aclararles la verdad. Sin embargo, después de su funeral, cuando me quedé sola en casa, aparecieron en mi mente sus recuerdos. Durante esos días, siempre tenía ganas de llorar. Me encontraba en un estado de tristeza, incapaz de sonreír.

Más tarde, Shifu me iluminó en varios sueños. Me quedaba atascada en el barro. Entonces me iluminé a que no podía seguir así. Un día, hizo que una practicante local viniera a visitarme a casa. Cuando vio que volvía a llorar, me dijo: "Como practicante, no deberíamos derramar lágrimas tan fácilmente".

Fue una llamada de atención. Cuando era más joven pese a que vivía una vida difícil, nunca lloraba. Después de empezar a practicar, cuando pensaba en Shifu de vez en cuando, se me saltaban las lágrimas. Cuando sentía gratitud para con Él, también derramaba lágrimas de gratitud. Cuando no aprobaba una prueba de xinxing, lloraba. Antes nunca hubiera derramado ni una sola lágrimas por estas cosas. ¿Por qué lo hacía ahora? Lo hacía por el sentimentalismo y no podía soltarlo.

En ese momento, me aclaré. Entonces recordé lo que dijo Shifu:

“… no eres capaz de intervenir en las vidas de los demás ni de manipular sus destinos, incluidos los destinos de tu esposa, hijos, padres, hermanos, ¿acaso eso ya cuenta porque tú lo dices?” (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Usé mi fuerza de voluntad con persistencia para eliminar este sentimentalismo, para no pensar en ello. Entonces empecé a recitar partes del Fa, como "Lunyu". Lo recitaba cuando montaba en bicicleta o me ocupaba de las tareas domésticas. Poco a poco, bajo el poder de Shifu, abandoné la pena de haber perdido a un familiar cercano y mi xinxing se elevó. Como practicante, uno debe tener pensamientos rectos en el corazón. Sólo quería volverme bondadosa, compasiva y serena.

En ese momento sucedió que el sobrino de mi cuñada vino a visitarme porque estaba de vacaciones. No lo conocía. Después de saludarnos, le pregunté dónde trabajaba. Me dijo que había servido en el ejército. Le pregunté si era miembro del PCCh y reconoció que sí. Le pedí que renunciara al Partido, que se despojar del juramento tan perjudicial que había hecho, y aceptó. Entonces le aclaré la verdad sobre Falun Dafa, y le hablé de recitar las dos frases: "¡Falun Dafa es maravilloso!" y "¡Verdad-Compasión-Tolerancia es maravilloso!". Escuchó atentamente y lo aceptó todo.

La sobrina de mi cuñada trabajaba en el juzgado. En ese momento, su sobrina no se sentía bien y no se unió a una reunión que hicimos el cementerio. Cuando ella y yo nos vimos en casa de mi cuñada, aproveché la oportunidad para aclararle la verdad y la ayudé a abandonar a los Jóvenes Pioneros y la Liga Juvenil. Tdambién le advere tí que no participara en la persecución a Falun Dafa.

Conclusión

En la sociedad materialista actual, Shifu rectificó nuestros corazones para que no fuéramos a la deriva siguiendo la corriente. Cuando me quedé atascada en el fango, Él me dio benevolentemente pistas para que mejorara. No quiso que me quedara atrás. Gracias, Shifu.

Cuando miré hacia dentro, encontré muchos apegos que eliminar. Por ejemplo, mi resentimiento sigue siendo muy fuerte, también tengo envidia y otros tantos apegos. Sin duda eliminaré estos apegos y me convertiré en una practicante cualificada. Caminaré bien la etapa final de mi camino de cultivación, ¡y seguiré a Shifu en el período cuando el Fa rectifique el mundo humano!