(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 2017. Antes de esto, era de carácter débil, autodespreciativa y callada. Mi infeliz matrimonio me hizo aún más tímida, y rara vez me relacionaba con la gente. Después de empezar a practicar Falun Dafa, mi visión de la vida cambió radicalmente. Mi personalidad se volvió más alegre. Ya no tengo el corazón pesado y me siento realizada y feliz. La alegría de obtener el Fa está más allá de las palabras; incluso siento ganas de saltar mientras camino, y realmente quiero gritar a los cielos: «¡Ahora tengo a Shifu y a Dafa!».

Me gustaría compartir cómo la cultivación de Falun Dafa me ayudó a superar eventos familiares desafortunados, y cómo mejoré en el proceso.

El fallecimiento de mi hermano

Mi madre empezó a practicar Falun Dafa muy pronto, y siempre me animó a hacer lo mismo. Sin embargo, yo tenía miedo del dolor que suponía sentarse a meditar, y no creía que pudiera soportar las dificultades. Así que no empecé a practicar entonces.

Más tarde se produjo un acontecimiento importante en nuestra familia. A mi hermano, que era el pilar de nuestra casa, le diagnosticaron cáncer de hígado y huesos. Los médicos dijeron que sólo le quedaban dos meses de vida. Mi madre instó a mi hermano a practicar Falun Dafa, pero él no estaba dispuesto. Más tarde, mi tía, también practicante, vino a casa con un ejemplar de Zhuan Falun y persuadió a mi hermano diciéndole: «Si realmente practicas, Shifu limpiará tu cuerpo. Lo entenderás cuando leas el libro».

Mi hermano hizo caso a nuestra tía y empezó a hacer los ejercicios con mi madre. Yo le animaba a menudo, diciéndole: «Por favor, inténtalo, asegúrate de intentarlo». Esperaba un milagro para su salud.

Otros practicantes visitaron a menudo a mi hermano y a mi madre durante ese periodo. En una ocasión, un practicante me dijo: «Tú también deberías practicar. Este Fa es muy bueno. Qué maravilloso sería que toda tu familia practicara junta». Cada vez que me visitaba, me animaba. Finalmente, un día, tomé el libro de Zhuan Falun.

La primera vez que vi el vídeo de las Conferencias de Shifu en Guangzhou, inesperadamente estuve llorando todo el tiempo. En aquel tiempo, sólo estudiaba el Fa y hacía los ejercicios, y no entendía cómo cultivar mi carácter. Más tarde oí de otros practicantes que memorizar el Fa ayuda a mejorar rápidamente, así que empecé a memorizar el Fa.

Durante el proceso, a menudo se me escapaban palabras o líneas. Y cuando conseguía memorizar un pasaje, al día siguiente lo olvidaba y tenía que volver a empezar. Sin embargo, no me asustaban las dificultades y persistía a diario. Con el apoyo de Shifu, memoricé Zhuan Falun seis veces. Como resultado, entiendo más principios del Fa, y mi cuerpo ha cambiado significativamente desde entonces. Parientes han comentado: «Pareces por lo menos diez años más joven que tus compañeros». Mi madre dijo: «Tu cutis es muy bonito, incluso mejor que el de tu hija».

Aunque mi hermano hacía los ejercicios, no podía cultivarse de verdad. Falun Dafa consiste en cultivarse, no en curar enfermedades. Pero aunque mi hermano no podía soltar los apegos, Shifu le alargó la vida y le dio una oportunidad: los médicos dijeron que le quedaban «como mucho dos meses» de vida, pero vivió más de un año antes de fallecer tristemente.

Cuando murió mi hermano, nuestra familia perdió a su pilar. Mis padres tenían casi 80 años, y todas las responsabilidades familiares recayeron entonces sobre mí. Cuando mi hermano vivía, se ocupaba de todo para nuestra familia. Confiaba en él, le consultaba todo y le trataba como a un hermano mayor. Era tolerante y se preocupaba por mí como un hermano. Cuando se fue, me sentí perdida y triste.

Después de su muerte, a menudo veía su imagen en mi mente. Era amable y recto, siempre dispuesto a ayudar a los demás y muy querido. Tras su muerte, derramé innumerables lágrimas echándole de menos. Sabía que la emoción era un apego y que sólo podría mejorar si lo dejaba ir. Seguí estudiando y memorizando el Fa, lo que me ayudó a dejar atrás el apego a mi hermano.

Mi madre me hizo la misma pregunta durante mucho tiempo: «¿Dónde está tu hermano? ¿Por qué me ha dejado?». Al verla llorar, me dolía el corazón. Me contuve y pensé: «Ahora soy diferente a antes. Soy una practicante». Mi hermano falleció antes de completar su viaje, lo que significaba que su relación predestinada con la familia era limitada. Consolé a mi madre diciéndole: «No pienses más en esto. Mejórate rápidamente. Todos los dioses y budas del cielo nos observan».

Aunque la consolaba de este modo, a veces las olas de la emoción rompían el dique de la razón. Durante el Festival Qingming, mientras visitaba su tumba, lloré desconsoladamente. Mirando el montículo de tierra, pensé que no era su última morada; debía de haber ido a un lugar mejor. Mi ánimo fue mejorando a medida que me desprendía de mi apego. Desde el fondo de mi corazón, sentí que  Shifu me había guiado en aquellos días difíciles.

Una vez, un amigo de mi hermano, que también es practicante, dijo que había soñado con mi hermano flotando en el cielo, vestido con las ropas blancas de un ser celestial. El practicante dijo que Shifu quería que soltara mi apego y no estuviera triste, porque mi hermano se había ido a un lugar hermoso. Yo también pensé que eso era cierto. El ciclo de la vida y la muerte, ir y venir, consiste en saldar deudas y cumplir lazos kármicos. Cuando una persona muere, sus vínculos mundanos terminan. Aferrarse a estos apegos no hace más que torturarse a uno mismo. Practicar Falun Dafa puede cambiar el destino y conducir a un futuro brillante.

Mi esposo me abandona

Menos de un año después de la muerte de mi hermano, me encontré con otro acontecimiento desgarrador: mi esposo me abandonó.

Cuando me casé con él, no éramos los primeros cónyuges. Él estaba divorciado y su familia pasaba apuros económicos, sin casa ni coche. Nunca contribuyó con su sueldo a los gastos del hogar.

Tras el fallecimiento de mi hermano, mi esposo insistió en que la escritura de propiedad de mi padre debía incluir su nombre. Le dije: «Mi hermano acaba de fallecer y nuestros padres aún están de duelo. Por favor, no saques el tema ahora». No estuvo de acuerdo y exigió 200.000 yuanes a mi padre. Discutió conmigo, trató a mis padres con rudeza e insistió en conseguir el dinero. En aquella época, yo acababa de empezar a practicar Falun Dafa, y mi xinxing no era alto. Me sentí profundamente herida y me di cuenta de que no era alguien en quien pudiera confiar de por vida. Le di 100.000 yuanes y nos divorciamos.

Después de que se fuera, me sentí muy amargada y resentida con él durante mucho tiempo. Sin un hombre en casa, no me derrumbé, me limité a mantener tranquilamente unida a la familia.

Mirando atrás, me doy cuenta de que mi esposo era lamentable. Era una situación triste, y con mi xinxing actual, podría haberme quedado con él. Falun Dafa me ha enseñado que desprenderse de los apegos es la clave para mejorar.

El fallecimiento de mi padre

Tras la muerte de mi hermano, mi padre estaba muy decaído. A menudo se sentaba solo, sumido en sus pensamientos y lágrimas. A finales de 2020 empezó a tener hemorragias rectales graves, que empeoraron con el tiempo. Más tarde, mi padre quiso practicar Falun Dafa. Mi madre y yo nos alegramos mucho de que quisiera practicar.

Después de empezar a practicar Falun Dafa, la salud de mi padre mejoró significativamente y dejó de necesitar medicamentos. Sus enfermedades crónicas, como la rinitis, la hipertensión y la angina de pecho, mejoraron. Antes de practicar Falun Dafa, le diagnosticaron un cálculo en el uréter. Los médicos habían dicho que no se podía tratar con láser y que había que operar, cosa que mi padre no quería. Cuando empezó a practicar Dafa, el cálculo desapareció de su cuerpo de forma natural. Mi padre dijo: «Esto es verdaderamente milagroso».

Mi padre sólo había asistido a la escuela durante dos años. Por eso, cuando empezó a leer el Fa, a menudo añadía o se saltaba palabras, y su lectura era lenta. Cuando le corregía, se mostraba reacio y a veces discutía conmigo. Después de muchas correcciones, se enfadaba y se quejaba.

En una ocasión, mi padre hacía mal los ejercicios. Se lo señalé y, aunque lo corrigió en ese momento, volvió a cometer los mismos errores al día siguiente. Cuando volví a corregirle, se resistió, diciendo: «¿Crees que estás practicando tan bien? Es como la sartén por el mango». También dijo: «Los movimientos son secundarios; debes cultivar tu xinxing, tu xinxing, tu xinxing...». Lo repetía como un disco rayado. Sabía que Shifu utilizaba sus palabras para iluminarme.

De verdad quería ayudar a mi padre a mejorar rápidamente y a superar su enfermedad, pero mis palabras no sirvieron de nada y acabaron perjudicándole. Su salud empeoró bruscamente y sólo podía estar acostado.

Mi padre falleció el quinto día del Año Nuevo Lunar. El fallecimiento de mi padre y de mi hermano me mostró la seriedad de la cultivación.

Ayudar a mi madre a superar el ye de enfermedad

Después de la muerte de mi padre, mi madre sufrió mucho. Habíamos perdido a dos miembros de la familia en pocos años. Mi madre decía a menudo: «Siempre siento su presencia. ¿Me están llamando?». Yo le decía: «Mamá, esto es una gran brecha. Tienes que tener pensamientos rectos. Deja que Shifu cuide de nosotros. No dejes que ningún demonio te tiente. Envía pensamientos rectos para eliminar la interferencia».

Sin embargo, la salud de mi madre siguió empeorando. Se debilitó, tenía una tos persistente, perdió el apetito y se sentía frágil. Al ver su estado, pensé que sólo Shifu y Dafa podrían salvarla. Le dije: «Tus apegos a tu hijo y a tu esposo crean una gran brecha. Debes desprenderte de ellos rápidamente, o podría ser peligroso». Ayudé a mi madre a enviar pensamientos rectos durante mucho tiempo, la animé a ser firme en Dafa, le puse las conferencias de Shifu y la puse a leer artículos sobre la superación del ye de enfermedad. Tenía mucha fuerza de voluntad. Soportó la incomodidad física y persistió en estudiar el Fa y hacer los ejercicios.

Durante este tiempo, también luché con pensamientos inestables. A menudo tenía pensamientos negativos: «¿Qué será de esta familia si mi madre fallece? ¿Qué haré?». Tenía miedo y no me atrevía a pensar más en ello. Sin embargo, sabía que no era un pensamiento recto, y ¡rechacé enérgicamente esos pensamientos!

Mi madre empezó a vomitar, tenía la cara y las piernas hinchadas y una expresión de dolor. Un día, un compañero me visitó y me dijo: «Si no va al hospital en este estado, la gente común no lo entenderá y Dafa quedará mal. No debemos llegar a extremos». Mi madre fue hospitalizada. Los médicos dijeron que su estado era peligroso. Ante esta situación, pedí ayuda a Shifu. Envié pensamientos rectos para negar completamente los arreglos de las viejas fuerzas y la persecución de su cuerpo. Creía firmemente que mi madre estaba bajo el cuidado de Shifu, y lo que dijeran los médicos no importaba.

Mi madre permaneció en la unidad de cuidados intensivos durante tres días, y su estado se estabilizó. Al cuarto día la trasladaron a una sala normal.

Una noche, mi madre parecía aterrorizada y me pidió que mirara a su derecha. Vi a otra paciente acostada en la cama, pero no había nada raro. Sin embargo, mi madre no dejaba de hacerme gestos urgentes. Supuse que podía estar viendo algo de otra dimensión. Así que escribí en un papel: «Recita: “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”, y pide a Shifu que te salve». Mi madre siguió mis instrucciones e inmediatamente se calmó. Más tarde me dijo: «Vi a una persona vestida de negro, con cara feroz, que empuñaba un cuchillo y me lo agitaba».

Al quinto día, los resultados de los análisis de mi madre eran normales. Dijo: «Vámonos a casa. Llevo varios días sin estudiar el Fa ni hacer los ejercicios. Necesito ponerme al día». Sin embargo, los médicos no estaban de acuerdo y querían mantenerla en observación unos días más.

Mi madre fue dada de alta el décimo día. Antes de irse, le enviaron muestras de sangre a un hospital provincial para que las analizaran y determinaran si había células cancerosas. Los resultados fueron normales. Fue el compasivo Shifu quien salvó a mi madre.

Conclusión

Inicialmente no tenía intención de escribir este artículo, pero Shifu me dio dos veces pistas para que escribiera sobre mis «experiencias y comprensiones». Pensé que ya que Shifu me había dado pistas, debía hacerlo. Es la primera vez que escribo un artículo, y varias veces quise renunciar a hacerlo. Un compañero me animó, y finalmente conseguí terminarlo.

Comprendo profundamente que sin practicar Falun Dafa y sin la guía de Shifu, con tantos acontecimientos importantes sucediendo en mi familia uno tras otro, como mujer débil, no sé si habría sobrevivido hasta hoy. El camino tormentoso que he recorrido me ha hecho apreciar aún más la maravilla de Dafa y la compasión de Shifu. Estoy agradecida a Shifu.

Los discípulos de Dafa son como una tierra pura. Los compañeros practicantes que he encontrado son todos amables, sencillos y desinteresados. Ayudan a los demás sin esperar nada a cambio. Un compañero practicante incluso me dio un ordenador gratis para que pudiera acceder al sitio web de Minghui, lo que fue incluso más amable que algunos de mis parientes.

Practicar Falun Dafa es lo único que puede liberar a las personas, elevarlas y liberarlas del ciclo de la reencarnación. Cada mañana, cuando ofrezco incienso en el retrato de Shifu, lo hago con reverencia y profunda gratitud, ¡agradeciendo a Shifu por salvarme! Me siento honrada, feliz y orgullosa de ser una discípula de Dafa.

(Envío seleccionado en celebración del Día Mundial de Falun Dafa en Minghui.org)