(Minghui.org) Nací en el seno de una familia de agricultores. Mi padre falleció cuando yo tenía tres años. Mi madre nos crió sola a cinco hermanos. Sufrí de mala salud y pasé por muchas dificultades. A menudo me preguntaba: "¿Por qué la vida es tan injusta? ¿Por qué vivo en tanta miseria?".

Perdí la esperanza y viví pasivamente así hasta que un día de marzo de 1997, fui a casa de un amigo. Cuando escuché a mis amigos leer las enseñanzas de Falun Dafa, sentí una sensación indescriptible y maravillosa. Shifu dijo que, mientras realmente practiques la cultivación, él te considerará como un discípulo, limpiará tu cuerpo y cambiará tu destino. Poco a poco entendí muchas cosas a través del estudio de las enseñanzas y comencé a practicar la cultivación.

Cuando los otros aldeanos vieron la espectacular mejoría en mi salud, me creyeron cuando les dije lo increíble que es Dafa. Ofrecí mi casa como lugar de práctica. La gente trabajaba en el campo durante el día y después de la cena, yo ponía la música de los ejercicios y la gente venía y hacía los ejercicios. Pronto, dos mujeres de más de 70 años sintieron menos dolor en sus cuerpos. Mucha gente dijo lo grandioso que es Falun Dafa. Cuando los practicantes venían a mi casa a estudiar el Fa y yo no estaba allí, mi hijo les leía el Fa.

Después de que comenzó la persecución en 1999, algunas personas estaban demasiado asustadas para seguir practicando. Solo doce practicantes persistieron en venir a mi casa a estudiar el Fa. Shifu dijo que debíamos estudiar el Fa sólidamente, hablarle a la gente acerca de Dafa y salvar a los seres conscientes. Aprovecho cada oportunidad para decirle a la gente que el Partido Comunista Chino (PCCh) difundió mentiras para vilipendiar a Dafa y les pido que recuerden: "Falun Dafa es bueno; Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno".

Siempre que tenía tiempo, llevaba una bolsa de materiales informativos y los repartía. Una noche, después de las 9 p. m., cuatro de nosotros, incluyéndonos a mi esposo y a mí, fuimos a un área remota en las montañas para repartir información sobre Dafa. Dividimos el área en cuatro secciones y cada uno de nosotros tomó un área. Mientras esperaba a mi esposo después de que distribuí todos los materiales, sucedió un milagro. Una luz brillante apareció en el cielo oscuro. El cuerpo de Fa de Shifu apareció frente a mí, alto y digno. Sonrió y me hizo un gesto. Mi esposo se llenó de alegría cuando se lo conté.

Regresamos a casa pasadas las 3 de la madrugada. En el camino de regreso, nos dimos cuenta de que el camino estaba lleno de baches grandes y pequeños. Nos sorprendió que hubiéramos logrado subir con seguridad por la carretera de montaña montando una motocicleta por la noche.

Soy perseguida

Mi familia fue armoniosa y me apoyó en la práctica de Falun Dafa. No había un día en que no hiciera los ejercicios y estudiara el Fa. Le contaba a la gente los hechos sobre la persecución cada vez que podía y la gente escuchaba. No tenía miedo de ser arrestada y solo quería salvar a la gente. Cada vez que salía a distribuir materiales o a contarle a la gente acerca de Dafa, nunca encontraba ningún problema. Sin embargo, un día de 2012, fui con cuatro practicantes a dar información sobre Dafa. Fuimos denunciados y posteriormente detenidos.

En el centro de detención, me interrogaron, pero me negué a cooperar, ya que sabía que no había hecho nada malo. Estuve en huelga de hambre durante siete días. Una noche, me ataron a un banco de tigre y me interrogaron. Recordé las palabras de Shifu:

"…con el Maestro y el Fa aquí, ¿a qué le pueden temer?" (Exponiendo el Fa en Sidney).

Vi un cable de dos pulgadas de grosor en mi lado izquierdo. El Rey Mono Sun Wukong, vestido de amarillo, trepó por el cable y me sonrió. Esto fortaleció mi fe en Shifu y Dafa. A partir de ese día, cada vez que me interrogaban, simplemente les decía a los guardias lo maravilloso que es Dafa. Una mujer guardia decidió renunciar al PCCh. La joven dijo con lágrimas en los ojos: "Acepto renunciar al Partido después de ver lo sincera que eres".

Los guardias que me vigilaban me preguntaron qué quería hacer cuando me negaba a comer o beber. Les dije que quería cantar canciones. Estuvieron de acuerdo. Canté: "Falun Dafa es bueno". Aplaudieron cuando terminé. Luego canté otras canciones. Los guardias aplaudieron como si se hubieran olvidado de que estaban allí para hacerme dejar de practicar Falun Dafa.

Más tarde me condenaron a tres años de prisión. Posteriormente, mi condena fue reducida a dos años y medio. Me enviaron a una cárcel de mujeres y me torturaron brutalmente. Los guardias de la prisión incluso me metieron un cepillo de inodoro en la boca. Estaba tan débil por la tortura que cuando mis familiares llegaban a visitarme, solo podía arrastrarme hasta la puerta para verles. Cuando me liberaron, estaba en tan mal estado que no podía enderezar la espalda. Sin embargo, nada podía detenerme de practicar Falun Dafa.

Después de regresar a casa, leí Zhuan Falun y otras conferencias de Shifu todos los días. No dejaba de reflexionar sobre mis defectos. Descubrí que estaba apegada a hacer cosas y que estaba resentida con los que me torturaban. Mi resentimiento hizo que me persiguieran severamente. También me di cuenta de que solo cuando tenía compasión, podía salvar verdaderamente a la gente.

Estos son mis entendimientos personales en mi nivel de cultivación actual. Por favor, señalen cualquier cosa inapropiada.

(Presentación seleccionada en celebración del Día Mundial de Falun Dafa en Minghui.org)