(Minghui.org) La Sra. Zhang Yueqin, de la ciudad de Tangshan, provincia de Hebei, murió a los 78 años el 10 de abril de 2024, después de sucumbir a los daños a la salud que sufrió como resultado de la tortura durante sus dos condenas en prisión (julio de 2008 a julio de 2013) y (abril de 2017 a octubre de 2020) por su fe en Falun Gong, una disciplina espiritual perseguida por el Partido Comunista Chino desde julio de 1999.

La Sra. Zhang Yueqin

La Sra. Zhang fue brutalmente torturada durante ambas penas de prisión. Después de ser liberada de su segunda condena en prisión en octubre de 2020, le contó a su familia lo que había soportado. Notaron que le temblaban las piernas involuntariamente y le costaba organizar su discurso. Dijo que los guardias de la Prisión de Mujeres de la provincia de Hebei le pusieron drogas desconocidas en la comida. Luchó contra el deterioro de su salud mental en sus últimos años. También tenía dificultades para comer y vomitaba con frecuencia, además de tener diarrea, lo que le provocaba una pérdida de peso significativa.

Al enterarse de su muerte el 10 de abril de 2024, una practicante de Falun Dafa que una vez estuvo encarcelada junto con ella durante su primera condena en prisión, contó cómo el abuso carcelario arruinó su salud. A continuación el relato personal de la practicante:

***

Conocí a la Sra. Zhang Yueqin por primera vez alrededor de 2010 o 2011, cuando ambas estábamos encarceladas en la División Seis de la Prisión de Mujeres de la provincia de Hebei [por nuestra fe en Falun Gong]. Ella ya tenía más de 60 años en ese momento, pero su piel era delicada y brillante. Ella también gozaba de buena salud. Estaba vigorosa y caminaba rápidamente. Cada vez que nos ordenaban hacer tareas domésticas, ella siempre se ofrecía voluntaria para hacer más y lo hacía rápido y bien. Pronto se ganó el respeto y el cariño de todos. Ella también era educada y siempre tenía una sonrisa en su rostro.

En aquella época era verano y los guardias de la prisión nos ordenaban trabajar sin dormir la siesta. Un día, la Sra. Zhang se acostó en el suelo para tomar una siesta y un guardia la reprendió. Dijo que todos tenían derecho a tomar una siesta según las reglas de la prisión. Luego el guardia la dejó sola.

Posteriormente, la prisión estableció un equipo de gestión estricto para atacar a las practicantes firmes de Falun Gong. La Sra. Zhang fue puesta en una celda de aislamiento y no la vi ni supe nada de ella durante varios meses.

Cuando finalmente volví a ver a la Sra. Zhang después de que la liberaron de su confinamiento solitario, me sorprendió ver a una persona completamente diferente. Estaba catatónica y parecía apagada y aturdida. Ya no había ninguna sonrisa en su rostro. Ella no respondió cuando intenté hablarle. Me dolía el corazón ver su figura frágil, delgada y solitaria.

Más tarde supe por una reclusa de servicio que Wu Hongxia ordenó a las reclusas Zhou Anshu y Li Na que golpearan  a la Sra. Zhang en la cara y la pincharan con agujas mientras estaba retenida en la celda de aislamiento. Zhou me dijo más tarde que “Wu nos ordenó golpear [a la Sra. Zhang] y no tuvimos más remedio que hacerlo”.

Zhou también reveló que cuando fue su turno de vigilar a la Sra. Zhang en la celda de aislamiento, los guardias la privaron de dormir durante cuatro noches seguidas. Como resultado, perdió el conocimiento y Zhou estaba aterrorizada al ver lo que sucedía.

Después de eso, los guardias se refirieron a la Sra. Zhang como “enferma mental”. Yo también había experimentado diversas formas de tortura y estuve al borde de la muerte algunas veces. En numerosas ocasiones sentí que casi me volvía loca cuando me ordenaron repetidamente que renunciara a mi fe. Si bien es más fácil describir el castigo corporal, el tormento mental a los practicantes de Falun Gong va más allá de las palabras. Sólo aquellos que lo experimentaron pudieron comprender la intensa presión y la profunda agonía involucrada.

La noticia del fallecimiento de la Sra. Zhang me recordó cómo era cuando la conocí por primera vez. Es triste que una mujer tan optimista y amable muriera a manos del Partido Comunista Chino.

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