(Minghui.org) El 13 de Mayo de este año marca el 25 aniversario del Día Mundial de Falun Dafa. Estoy agradecido al misericordioso Shifu por presentar Dafa y salvar a los seres conscientes cuando la moralidad humana está corrompida y en decadencia.

Shifu nos sacó del mar del sufrimiento y nos dejó ver el futuro. Nos enseñó a discernir el bien del mal, nos dio sabiduría y nos condujo hacia la luz. Tengo la fortuna y el honor de ser una partícula de Falun Dafa.

Comencé a practicar en abril de 1995. A lo largo de los años, aprendí a dejar de lado la fama y la fortuna, a poner a los demás en primer lugar, y me convertí en una persona con buenos valores. En medio del mundo caótico, Dafa me remodeló para que pudiera recuperar mi naturaleza bondadosa.

Me gustaría compartir cómo mejoré mi xinxing mientras cuidaba de mi suegro, que estuvo postrado en cama durante cinco años.

Pasé cuatro años y medio cuidando de mi suegro porque mi marido tenía que trabajar. Fue hospitalizado 22 veces, la mayoría durante la pandemia de COVID. La ciudad estuvo bloqueada durante tres años, así que se pueden imaginar las dificultades que tuvimos.

Si no fuera por la guía de Shifu, no hubiera sido capaz de manejarlo. Yo era la principal cuidadora, pero mi marido y yo no nos ocupábamos de los bienes de su padre. Su hermano y su hermana no se ocupaban de su padre ni ayudaban con los gastos médicos. Tuvimos una discusión con sus hermanos y manejamos los asuntos financieros. Elogiaron a los practicantes y la historia se compartió entre los familiares.

Cuidar de mi suegro puso al descubierto mis apegos

Mi suegro tenía 90 años cuando se cayó en la ducha en noviembre de 2017. No podía cuidar de sí mismo, así que mi marido me pidió ayuda. Previamente le dije: "Aunque me des una montaña de oro, no tocaré las heces y la orina de tu padre. No haría un trabajo tan sucio".

Pero tuve que enfrentarme a la realidad. Recordé que Shifu quería que fuéramos buenas personas, así que debía seguir sus enseñanzas y hacer las cosas según los principios de Verdad- Benevolencia- Tolerancia.

Cuando mi suegro estaba hospitalizado, mi marido y yo trabajábamos en turnos separados. Yo trabajaba en el turno de día y él en el de noche. Era inevitable que yo tuviera que limpiar las heces del anciano. Sentí náuseas, vomité y perdí el apetito. Surgieron mis apegos a evitar las cosas que detesto, la aversión a la suciedad, el deseo de quejarme, la búsqueda de reputación, la combatividad, la ostentación y los celos.

Estos apegos provenían de un corazón egoísta, y yo estaba decidida a cambiar mis nociones humanas, deshacerme del egoísmo y ponerme en el lugar de otra persona. En la sociedad actual, cuando los padres están enfermos, sus hijos suelen pelearse entre sí por sus bienes, y nadie quiere cuidar de los padres.

Preparé tres comidas nutritivas al día para que mi suegro pudiera tener una recuperación saludable. Todos los días compraba ingredientes frescos y le preparaba la comida. Darle de comer era todo un reto, porque si se atragantaba y las partículas de comida le entraban en los pulmones, luego tendría fiebre. Por eso tenía que darle comida líquida con una sonda gastrointestinal.

Limpiaba las ollas, sartenes y exprimidor después de cada comida, y le daba agua y medicinas a tiempo. Entre las comidas le daba fruta, que cocinaba al vapor y luego exprimía. Tenía un horario muy ajetreado. Cuando me iba a la cama por la noche, mi suegro golpeaba el cabecero diciendo que estaba cansado de estar tumbado y quería sentarse. Poco después de ayudarle a sentarse, se cansaba y quería tumbarse.

Normalmente orinaba de tres a cinco veces a lo largo de la noche. Si tomaba diuréticos por vía intravenosa, orinaba ocho veces esa noche. A veces me despertaba en mitad de la noche con ganas de defecar. Me levantaba para ayudarle, pero a menudo no hacía nada. Estaba agotada levantándome varias veces y apenas podía descansar. Sin embargo, tenía que mantener la amabilidad y la calma.

En la familia de mi marido hay más de cien parientes. Vieron los cambios que experimenté después de practicar Dafa, y muchos de ellos acordaron renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas. Cuando nos reuníamos para el cumpleaños o la boda de algún familiar, decían: "¡Falun Dafa es bueno! Verdad- Benevolencia- Tolerancia es bueno" cuando me veían.

Somos tan afortunados de estar aquí con Shifu. Espero que más gente conozca Falun Dafa, entienda las mentiras del PCCh, discierna entre el bien y el mal, renuncie al PCCh y elija un futuro brillante.

(Envío seleccionado en celebración del Día Mundial de Falun Dafa en Minghui.org)