(Minghui.org) Soy acupuntora en un hospital rural. Un día de octubre de 1996, iba en bicicleta al trabajo cuando choqué con una motocicleta. Mi cabeza golpeó con fuerza el suelo, lo que me provocó un hematoma en el cráneo y una conmoción cerebral leve. Más tarde, empecé a experimentar latidos intermitentes e irregulares y a veces sentía que mi corazón oscilaba como un péndulo dentro de mi pecho.

Una amiga vino a visitarme y me contó que muchas personas habían mejorado su salud practicando Falun Dafa. Uno de sus hijos tenía fiebre y no se le quitaba con medicinas, pero se recuperó escuchando las conferencias de Falun Dafa.

Yo era escéptica, pero aun así le pedí que me trajera un libro de Falun Dafa. Una semana después de leer el libro, dejé de tomar la medicina y fui a un lugar de práctica.

Poco a poco, todas mis enfermedades desaparecieron, incluida la artritis reumatoide, la anemia, la sinusitis y las enfermedades del corazón. Me sentí muy feliz.

Dafa también me dio sabiduría. Cuando los pacientes describían sus síntomas, yo sabía naturalmente qué hacer, y los resultados eran muy buenos. Mis pacientes aprecian y confían en mi sinceridad, mi amabilidad y mis habilidades médicas. Me recomiendan a sus familiares y amigos, y mucha gente viene de ciudades y condados vecinos para verme.

Gracias a su confianza, a lo largo de los años he conseguido aclarar la verdad y persuadirles para que renuncien el Partido Comunista Chino (PCCh) y sus organizaciones afines.

Tengo material informativo sobre Dafa en mi consulta. Mis pacientes pueden leerlo mientras reciben tratamiento. Algunos también se lo han llevado a casa para compartirlo con más gente. A veces, de repente me acordaba de alguien a quien no había visto en años y quería hablar con esa persona, entonces él o ella venía al cabo de una semana, lo cual era asombroso.

A continuación, algunas historias inspiradoras de mis pacientes.

Recuperación de una parálisis de piernas

El invierno en el noreste es frío. Las carreteras suelen estar heladas y muy resbaladizas. Una anciana de unos 70 años se cayó y se sentó en el suelo. Su dolor de piernas empeoró y tenía dificultades para caminar. La resonancia magnética mostró que su columna vertebral estaba muy desalineada y comprimía los nervios. Fue al hospital provincial, que disponía de mejores equipos. Pero tras el accidentado viaje de vuelta a casa, quedó completamente paralizada de la parte inferior del cuerpo.

Su nuera era mi paciente y me contó su situación. La anciana tenía cuatro hijas y un hijo; tras hablarlo entre ellas, decidieron renunciar a la operación por el alto riesgo y turnarse para cuidar de su madre.

Visité a la mujer en el hospital. Le toqué las piernas, pero no podía sentirlas ni moverlas. Le hablé de Falun Dafa y la insté a recitar "Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno". También le conté muchos ejemplos de personas que se habían recuperado de diversas enfermedades recitando las palabras auspiciosas. La anciana seguía diciendo: "Lo creo, te creo. Disfruto escuchándote". Entregué a sus hijas materiales informativos y les pedí que se lo leyeran a su madre. También ayudé a todas ellas a renunciar al PCCh y a las organizaciones afines.

Tres meses después, me enteré de que la mujer ya podía andar. Podía hacer algunos trabajos livianos de jardinería e ir a comprar alimentos por sí misma durante la primavera. Su familia estaba profundamente agradecida a Falun Dafa y a Shifu.

Tumor de hígado desaparece

Mi vecina, otra mujer de unos 70 años, llamó a mi puerta un día y me dijo que le dolía el hígado. Ya había tenido hígado graso y estaba preocupada por su estado. Le sugerí que viniera al hospital para hacerse una ecografía hepática.

El resultado de la ecografía mostró que tenía un tumor de unos seis centímetros de diámetro; le pedí a su hijo que la llevara a un gran hospital ya que disponían de mejor equipamiento para un mejor diagnóstico. Su hijo la llevó al día siguiente y le diagnosticaron cáncer de hígado.

La consolé: "No tengas miedo. Tengo una forma de ayudarte. Si recitas sinceramente 'Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia, y Tolerancia es bueno', te recuperarás". Ella aceptó. También me pidió que la ayudara a renunciar a la liga juvenil a la que se había afiliado.

Siempre que me la encontraba por el barrio, la saludaba y la animaba a seguir recitando las frases auspiciosas. Cuando le hicieron otra ecografía 7 meses después, el resultado mostró que el tumor se estaba reduciendo. Y 11 meses después, ¡había desaparecido! Su alegría era indescriptible y no dejaba de darme las gracias. Le dije: "¡Deberías dar las gracias a Falun Dafa!".

Recuperada de un cáncer de mama terminal

A Wang le diagnosticaron cáncer de mama en 2002. Fue operada para extirparle la mama izquierda, el músculo pectoral y los ganglios linfáticos circundantes.

En 2011 le aparecieron masas linfoides del tamaño de un huevo de codorniz a ambos lados del cuello, por encima de la clavícula y bajo las axilas.

Cuando la conocí, estaba delgada y no tenía apetito. Tenía la cara oscura. El médico del hospital oncológico dijo que su cáncer había hecho metástasis en linfoma y sugirió cuidados paliativos. Ese año tenía 78 años.

Le conté cómo la gente se recupera de enfermedades terminales recitando "Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno". Empezó a recitar las frases auspiciosas todos los días. Poco a poco, recuperó el apetito, su tez se tornó sonrosada, el tumor desapareció y ¡se recuperó por completo! Estaba profundamente agradecida por la gracia salvadora de Dafa.

Cáncer de cuello de útero avanzado curado

A Wen, trabajadora de un hospital, le diagnosticaron cáncer de cuello de útero. Su vida era dura; su marido tenía necrosis bilateral de cadera y estaba incapacitado. Su suegra padecía una enfermedad mental. Ella era el único sustento de su familia.

También me enteré de que era inoperable debido al avanzado estado del cáncer. Quería ayudarla. Tres días después, la vi salir de otra consulta y le pedí que viniera a la mía.

Le expresé mi preocupación por su enfermedad, le aclaré la verdad sobre Dafa y le conté las historias sobre cómo otros superaron las enfermedades terminales recitando "Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno". También le conté más cosas sobre la persecución y la ayudé a renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas. Me dio las gracias por mi amabilidad y dijo que seguiría mi sugerencia.

Poco después me jubilé y me fui de la ciudad durante un año. Cuando volví a casa, me encontré con una pariente de Wen y le pregunté por su situación. Me dijo que Wen se había recuperado completamente y que acababa de ir a Pekín a cuidar de su nieto.

Mi gratitud a Shifu y a Dafa va más allá de las palabras. Continuaré cultivando diligentemente para devolver la salvación compasiva de Shifu. ¡Que más gente sea bendecida por Dafa!

(Experiencia seleccionada para celebrar el Día Mundial de Falun Dafa en Minghui.org)