(Minghui.org) Durante 26 años no he dudado de mi fe en Shifu y en Dafa a pesar de la brutal persecución del PCCh (Partido Comunista Chino). También estoy agradecido a mi bondadosa y valiente esposa que ha estado a mi lado y me ha animado todos estos años.

Antes de practicar Falun Dafa, sufría de ciática, rinitis y lumbalgia. Mi rinitis se desarrolló después de un resfriado, y mi nariz goteaba constantemente. No podía trabajar mucho ni exponerme a la luz del sol. Los medicamentos que me recetaban los médicos eran a base de hormonas y tenían poco efecto.

Para mantenerme en forma, empecé a practicar qigong cuando era adolescente. Me ataba sacos de arena a las piernas cuando caminaba y me los dejaba puestos incluso cuando dormía. Practicaba duro día y noche, aunque estuviera agotado, pero mi salud no mejoraba.

Comencé a practicar Falun Dafa en 1997, y poco después mis enfermedades desaparecieron. Dejé de ser competitivo y agresivo y me volví racional y tranquilo. Era considerado y comprensivo con los demás en casa y en el trabajo.

También ayudaba en las tareas domésticas, cuidaba de los niños e intentaba ser un padre paciente y comprensivo. Mi familia vio los cambios positivos en mí, se alegró y me animó a seguir practicando Dafa.

Mi esposa, en particular, está muy conmovida por mis cambios. Ella cree que Dafa es una práctica virtuosa que enseña a la gente a ser buena y amable, y siempre me anima cuando hago cosas relacionadas con Falun Dafa. Acoge a los practicantes siempre que vienen a casa. Es muy consciente de la naturaleza malvada del PCCh y nunca coopera cuando la acosan.

Un frío día de invierno, cuando nevaba copiosamente, un funcionario del PCCh llamó a mi mujer y le dijo que me dijera que tenía que ir a hacerme un análisis de sangre. Al oírlo, mi mujer gritó: "¡Estás loco! ¡Quieres que se haga un análisis de sangre en un día tan frío! No, no irá". También le dijo que su plan para detenerme no funcionaría.

Hace ocho años me detuvieron. La policía fabricó pruebas y un procurador me acusó ocho meses después. En mi juicio, ante el tribunal del distrito, había agentes judiciales dentro y fuera de la sala, y la galería estaba llena de personal de la procuraduría y de los departamentos judiciales. A mis amigos y familiares no se les permitió entrar en la sala, excepto a mi esposa.

Cuando el procurador empezó a leer las pruebas falsificadas contra mí, mi mujer ya no pudo contener su ira. Se levantó y dijo en voz alta: "¡Mi marido es un buen hombre!".

Creo que nadie esperaba que mi esposa, una mujer rural, tuviera el valor de defender a su marido ante un tribunal del PCCh. Su justa acción sorprendió a todos.

Los agentes judiciales se abalanzaron sobre mi mujer y la sacaron a rastras de la sala. Me sentí orgulloso de ella y al mismo tiempo triste por la ignorancia del personal del PCCh.

Después, un agente de la División de Seguridad Nacional la amenazó y le dijo: "¡Destruiremos a tu familia!". Mi mujer no se dejó intimidar lo más mínimo. Replicó: "¡Cuanto más nos persigan, más haré para proteger a mi familia!". Parecía desanimado.

Después de que mi padre y yo fuéramos condenados a prisión, mi mujer y mi suegra se ocuparon de todo en el ámbito doméstico. Mis dos hijos aún estaban en la escuela en aquel momento, y uno puede imaginarse la presión a la que estaba sometida mi mujer. Ella y mi suegra cargaban con el peso de criar a nuestros hijos y ocuparse de todo.

Mi esposa estaba atormentada por el dolor de estómago hasta el punto de que estaba postrada en cama y no podía hacer ningún trabajo. Nuestro vecino también tenía dolor de estómago, pero sus síntomas eran más leves. Fue al hospital a hacerse un chequeo y le diagnosticaron cáncer. Le operaron, pero sólo vivió dos años antes de fallecer.

Cuando mi suegra intentó persuadir a mi mujer para que fuera al hospital y le ofreció todos sus ahorros, ella se negó y dijo: "Practicaré Falun Dafa".

Ella comenzó a estudiar las enseñanzas de Falun Dafa y a hacer los ejercicios. Su dolor de estómago desapareció sin tratamiento.

Estoy profundamente agradecido a Shifu por haberme dado una esposa tan bondadosa y valiente.