(Minghui.org) Aunque he estado haciendo las tres cosas durante más de 20 años, mi xinxing no ha mejorado, y siento que me he topado con un muro en mi cultivación. Especialmente estos dos últimos años he sentido que mis esfuerzos por aclarar la verdad no han sido efectivos. Viendo a los demás practicantes a mi alrededor haciendo activamente las tres cosas, me sentía ansiosa y no sabía en qué me quedaba corta.

Después de algunos incidentes me di cuenta de que mi ego estaba interfiriendo conmigo. Debido a que no pude ver mi problema durante mucho tiempo, sin darme cuenta protegí y alimenté mi ego, y se expandieron muchos otros apegos que me costaba desprenderme. Tenía apegos como la competitividad, la mentalidad de presumir, envidia, mirar a los demás por encima del hombro, y más. Siempre quiero cambiar a los demás e imponerles mi forma de entender las cosas.

Me gustaría compartir algunas de mis conclusiones sobre el ego. Por favor, tenga la amabilidad de señalar cualquier cosa que no esté de acuerdo con el Fa.

Mi apego a mi padre

Mi padre, de 89 años, falleció el año pasado tras padecer una enfermedad causada por el yeli (karma) durante más de seis meses. Me entristecí profundamente, al mismo tiempo que me daba cuenta de que sentía un gran afecto por él. Le enviaba pensamientos rectos, pero lloraba cada vez que pensaba en él.

Recordaba su voz amable y su sonrisa, su honradez y amabilidad, y sus acciones rectas frente a la persecución que sufre Dafa. Lo que me resultó aún más difícil de aceptar fue que, a pesar de mis esfuerzos por ayudarle, falleciera.

Mi padre padeció un yeli de enfermedad grave cada año durante siete u ocho años. Él creía firmemente en Falun Dafa y soportó el dolor. Cumplí con mis responsabilidades como hija filial y le animé a mejorar su comprensión de los principios de Dafa.

Aumenté la cantidad de tiempo durante la cual enviaba pensamientos rectos para eliminar a los seres negativos y los factores malignos que le perseguían. Otros practicantes también compartieron con él basándose en los principios de Dafa. Cada vez que se ponía "enfermo", mi padre era capaz de superarlo y se ponía bien. Muchos de nuestros parientes y amigos fueron testigos del extraordinario poder de Dafa.

Lo que no esperaba era que, justo cuando la rectificación del Fa estaba a punto de terminar, las viejas fuerzas se llevaran a mi padre. Me culpé por su muerte. Creía que mis pensamientos rectos eran fuertes, pero tal vez no lo había hecho bien en mi cultivación.

Me quedé atrapada en el arrepentimiento y la autoculpabilidad, y empecé a descuidar mi cultivación y en hacer las tres cosas. Me di cuenta de que era peligroso seguir así y comencé a rectificarme. Sabía que sólo estudiando bien las enseñanzas de Dafa podría volver rápidamente al buen camino.

Shifu me dio una pista y la palabra "ego" apareció en mi mente. Comencé a reflexionar sobre mis pensamientos y acciones mientras mi padre estaba enfermo y después de que falleciera.

Shifu me ayudó a ver mi ego y sus manifestaciones en mi campo dimensional: yo no quería que mi padre fuera al hospital; tenía miedo de que no fuese capaz de pasar la tribulación; quería que mi padre se recuperara pronto para validar el poder de Dafa; esperaba que mi padre mejorara y se quedara con mi madre el resto de sus vidas, ya que así también se mantendría la armonía de nuestra familia y yo tendría menos de qué preocuparme; tenía pensamientos rectos y confianza, y sería capaz de ayudar a mi padre a superar el yeli de enfermedad. ..... Todo el tiempo me concentré en lo que pensaba, en mi ego, que estaba basado en el egoísmo.

También me di cuenta de que una razón oculta por la que estaba tan afectada por el fallecimiento de mi padre era que su muerte impactó en mi fuerte ego, que estuvo oculto en mi campo dimensional durante mucho tiempo. Sentía dolor porque mi ego había sido perturbado.

Me sentí muy avergonzada cuando me di cuenta en qué había fallado. Shifu dijo:

“La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu”. (Primera Lección, Zhuan Falun)

El hecho de que mi padre pudiera superar el grave yeli de enfermedad anteriormente se debió a que Shifu soportó un enorme sufrimiento por él y le fortaleció. No tenía nada que ver con mi ego egoísta: yo pensaba que había hecho esto o aquello. Sobreestimé mi propia fuerza y capacidad. Después de identificar mi ego, estaba decidida a eliminarlo.

Mi madre y mi marido

Para los demás, soy una hija filial y una esposa cariñosa. Pero sé en mi corazón que, aunque me preocupo por ellos, también los desprecio.

No me gusta cómo habla mi madre. Creo que lo hace como una persona común. Le gusta meterse en los asuntos de la gente, a pesar de que practica Dafa desde hace más de 20 años.

Pensaba que mi madre sólo leía el Fa y hacía los ejercicios. Ella no cultiva su xinxing y depende de los demás. A veces habla incluso mientras envía pensamientos rectos. Le señalé sus deficiencias numerosas veces, pero con poco efecto. Decidí que ya no podía molestarme más.

Intenté detenerla cuando hablaba mientras enviaba pensamientos rectos, pero me dijo: "No me sometas a tus normas. Tú puedes cultivarte a tu alto nivel, y yo me cultivaré a mi bajo nivel. Shifu cuida de mí, no tú". Me quedé sin palabras, pensando que tal vez estaba demasiado apegada a ella.

Cuando hablaba de los demás a sus espaldas, le recordaba que estaba mal. Se enfadó y dijo: "¡Quieres controlarme! No puedo decir esto ni aquello. ¿Quieres asfixiarme? ¿Por qué siempre quieres controlarme? Métete en tus asuntos". Estaba tan enfadada que se desmayó.

Mi hermana pequeña y yo estábamos aterrorizadas. Yo no paraba de gritar el nombre de mi madre mientras las lágrimas rodaban por mi cara. Me sentía arrepentida pero agraviada al mismo tiempo. Creía que estaba haciendo lo correcto. Pensé: Ya que esto es lo que quieres no te lo recordaré más. Después de todo, sólo aquellos que cultivan verdaderamente su xinxing pueden mejorar en su cultivación.

Cuando mi madre se recuperó, le dije: "No volveré a hablarte así".

"Sé que intentas ayudarme", dijo mi madre con calma, "pero tu forma de hablar me hace sentir incómoda".

Mi hermana me contó más tarde que mi madre decía que yo era una hija filial y de buen corazón. Se preocupaba por mí, pero también me tenía miedo porque siempre me metía con ella.

Me sentía mal, pensaba que sólo intentaba ayudar a mi madre a cultivarse, ¿por qué me tenía miedo? Miré en mi interior y me di cuenta de que no tenía suficiente compasión y mi tono no era tranquilo ni amable. Todavía tenía muchos sentimientos humanos hacia mi madre y debía desprenderme de ellos.

Vi que el problema era mi ego. Siempre quise que mi madre hiciera lo que yo quería y, cuando no lo hacía, me sentía infeliz. Pensaba que yo tenía una buena educación y ella no, así que quería que hiciera las cosas a mi manera. Este era mi ego trabajando entre bastidores.

Mi padre trabajó fuera de la ciudad durante años, así que mi madre siempre comentaba las cosas conmigo, diciendo que yo era recta y manejaba las cosas con justicia. Con el paso del tiempo, desarrollé un fuerte ego, que yo consideraba normal. Incluso después de empezar a practicar Falun Dafa, nunca sentí que tuviera un problema.

Todo el mundo decía que mi marido era un buen hombre, amable y siempre dispuesto a ayudar. Nunca compite por beneficios personales y no habla de los demás a sus espaldas.

Sin embargo, no es lo suficientemente bueno a mis ojos. Antes de empezar a practicar Falun Dafa, fumaba y bebía. Le gustaba jugar al mahjong y no parecía preocuparse por la familia. Pensaba que no sabía hablar con la gente e ignoraba los problemas de los demás. Discutíamos a menudo antes de empezar a practicar.

Cuando comenzamos a practicar, supe que debía seguir los estándares del Fa. Empecé a preocuparme por él y dejé de fijarme en sus defectos. Sin embargo, en mi corazón quería que él cambiara.

Desde hace un par de años parece que siempre está en desacuerdo conmigo. Por ejemplo, algunas veces, cuando hacía frío fuera y le daba una chaqueta de abrigo para que se la pusiera, se negaba a pesar de que estaba tiritando. Cuando le ponía delante comida deliciosa, se negaba a comer. Era evidente que albergaba sentimientos de rebeldía contra mí.

Se enfadó conmigo por un asunto trivial. Le dije: "¿Cómo es que eres amable con todo el mundo, menos conmigo? Por más que intento ser amable contigo, siempre me tratas como a un enemigo".

"Porque, a diferencia de ti, mis relaciones con los demás no se basan en intereses personales", dijo.

"No existe el interés personal en nuestra relación", argumenté.

"Piensa lo que quieras......", me dijo con indiferencia.

En otra ocasión, como siempre dejaba el cargador enchufado después de que su teléfono estuviera completamente cargado, le dije que no era seguro. Para mi sorpresa, volvió a enfadarse y dijo en voz alta: "Siempre te crees superior, no me consideras nada, quieres controlarme en todo. No sé hacer nada bien, y tú eres la única que es buena. ¿Es así como practicas Falun Dafa? Sólo piensas en cambiar a los demás, ¡cámbiate a ti misma!".

Me quedé de piedra. Cuando me calmé, me di cuenta de que lo que decía tenía sentido. Parecía que me preocupaba por él, pero no le quitaba ojo porque me preocupaba lo que hacía.

En el pasado, cada vez que teníamos un conflicto, miraba hacia dentro, pero sólo me centraba en nuestra relación como marido y mujer, o en soltar la mentalidad competitiva, el apego al resentimiento y menospreciar a los demás. Nunca profundicé lo suficiente para ver mi fuerte ego, que era la raíz de muchos de mis apegos.

Durante muchos años, este ego me impidió mejorar en la cultivación y nos causó mucho daño a mi marido y a mí.

Mi ego respecto a los demás practicantes

Comencé a practicar relativamente pronto, por lo que sentí que entendía los principios de Dafa. Siempre que los demás practicantes me pedían ayuda, lo hacía. Sentía que lo estaba haciendo bien en mi cultivación.

Siempre hablaba de mi propio entendimiento en lugar de escuchar a los demás. Cuando no me gustaba lo que decía alguien, le interrumpía y daba mi opinión. Cuando no estaban de acuerdo conmigo, discutía con ellos.

También despreciaba a algunos practicantes, como aquellos que consideraba que tenían una conciencia principal débil, o a los que les gustaba hablar de principios demasiado elevados para la comprensión de quienes no eran practicantes. Me parecía que los demás mentían y no cultivaban el habla. Los evitaba. No tenía compasión ni humildad.

El ego y sus daños

El ego se manifiesta de muchas maneras: Uno tiende a pensar que siempre tiene razón y que es mejor que los demás. Es arrogante, siempre quiere mandar y cambiar a los demás. Le gusta imponer su forma de entender a los demás, y así sucesivamente. El ego es una fuerte manifestación de egoísmo, una característica típica de los seres del viejo universo, que quieren cambiar a los demás en lugar de a sí mismos, que fue la razón por la que descendieron de los niveles superiores del universo.

También hay elementos venenosos del Partido Comunista Chino (PCCh) en su defensa del ateísmo oculto tras el ego. ¿Acaso el PCCh no alardea siempre de ser "grande, glorioso y correcto"?

Es extremadamente dañino para un cultivador si uno no puede desprenderse del ego. Con el tiempo, uno puede dejar de respetar a Shifu y a Dafa. Muchos ya no tienen bondad y compasión, lo cual dificultaría seriamente la asimilación de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Y lo que es peor, uno se embarcaría en un camino sin retorno con la mente desviada.

Cuando uno no logra desprenderse del ego, le resultaría difícil vivir en armonía con los demás y trabajar bien con los demás practicantes. También daría pie a que las viejas fuerzas encontraran excusas para perseguir a los practicantes, lo que les dificultaría mucho cumplir sus promesas y entrar en el nuevo universo en el futuro, porque sólo están cualificados aquellos que alcanzan los estándares de desinterés y compasión.

Corazones ligeros después de abandonar el ego

Después de haber identificado la esencia del ego, comprendí que las "deficiencias" de mi madre, mi marido y demás practicantes me ayudaban a centrarme en el ego que no había logrado abandonar. En realidad, me estaban ayudando para que yo pudiera mejorar.

Me sentí muy avergonzada por mi conducta anterior y les pedí disculpas de todo corazón. Me propuse ser más diligente en la cultivación y hacerlo mejor.

Este ego es en realidad egoísmo, que recorre niveles muy altos y se refleja en todos los niveles. Cuando puedo distinguirlo y eliminarlo cada vez que intenta influir en mí, me siento lúcida y con amplitud de miras, y ya no me aferro a los defectos de los demás. Al fin y al cabo, todos ellos son parientes y seres queridos de Shifu, y han arriesgado sus vidas para venir a este mundo y poder ser salvados por Dafa. Qué sagrada afinidad es que podamos reunirnos en esta vida. ¡¿No debería apreciarla aún más?!

También me sorprendió gratamente descubrir que, después de desprenderme gradualmente de mi ego, mi madre también se volvía más receptiva cuando le señalaba amablemente sus carencias. Mi marido también ha cambiado. Su cara larga se ha relajado y también toma la iniciativa de cocinar y limpiar la casa cuando yo estoy demasiado ocupada. Además, habla más bajo y no discute conmigo como antes.

Dafa es tan milagroso. Con cada pequeña mejora que logramos, nuestro compasivo Shifu nos da mucho. Gracias, Shifu.