(Minghui.org) El pabellón 12 de la Prisión de Mujeres de Liaoning es un lugar utilizado específicamente para lavar el cerebro a las practicantes de Falun Dafa. Cuando son llevadas a la prisión, primero son retenidas en el 2.º pabellón durante unos días antes de ser trasladadas al 12.º pabellón para su transformación. A la mayoría de ellas se las obligaba a ver vídeos que difaman a Falun Dafa y a escribir declaraciones de garantía. Si las practicantes se negaban a cumplirlas, se les privaba de dormir y de ir al baño. También eran sometidas a permanecer largas horas de pie, así como a otras torturas mentales y físicas por parte de otras reclusas.

A continuación se describen las cuatro etapas que seguían los guardias para lavar el cerebro a las practicantes, según una practicante que estuvo encarcelada en el Pabellón 12. Se omite su nombre para proteger su identidad.

Primera etapa

Una vez que practicantes de Falun Dafa llegaban al Pabellón 12, eran conducidas a una celda individual por las reclusas encargadas de vigilar. Las reclusas les hacían algunas preguntas básicas, como por qué practicaban Falun Dafa y cuál era su situación familiar. A continuación, las reclusas les ordenaban admitir que habían cometido un delito y anotaban su delito, como que eran presas condenadas a ciertos años y que estaban cumpliendo condena en el Pabellón 12. Si las practicantes insistían en que no habían infringido ninguna ley, las reclusas no les permitían sentarse ni moverse, a veces incluso les negaban comer, beber, ir al baño o dormir.

Algunas reclusas atacaron verbalmente a Falun Dafa y ordenaron a las practicantes que escribieran declaraciones de garantía. Algunas practicantes intentaron persuadir a las reclusas para que no participaran en la persecución, sin embargo no las escucharon.

Cuando algunas practicantes se desmayaban o sufrían convulsiones a consecuencia de la tortura, las reclusas les ponían un puñado de azúcar en la boca, les medían la tensión arterial y les presionaban las manos y las piernas. Cuando las practicantes volvían en sí, las reclusas seguían obligándolas a mantenerse erguidas sin doblar la espalda. Si se agotaban y se ponían en cuclillas, las reclusas les pellizcaban la axila y les obligaban a levantarse. Las reclusas también negaban a las practicantes el uso del baño, hasta que accedían a escribir las declaraciones de garantía. Algunas practicantes fueron obligadas a hacer sus necesidades en los pantalones y humilladas por las reclusas. Además, las amenazaron con ponerles una camisa de fuerza o encerrarlas en régimen de aislamiento.

Algunas practicantes deliraban a causa de la tortura. Las reclusas intentaban engañarlas para que copiaran declaraciones de garantía preparadas, con palabras que calumniaban a Falun Dafa. Cuando las practicantes se negaban, las reclusas cambiaban la redacción e instaban a las practicantes a copiarla rápidamente. Después de que las practicantes copiaban la declaración, las reclusas rápidamente les tomaban la mano y presionaban la huella de su pulgar sobre el papel.

Segunda etapa

La segunda etapa consiste en hacer que dos reclusas trabajen con una practicante. Las reclusas ponían todos los días vídeos que calumniaban a Falun Dafa y obligaban a la practicante a escribir informes de pensamiento después de verlos. Si la practicante se negaba a escribir cosas negativas sobre Falun Dafa, era amenazada o castigada.

Tercera etapa

La tercera etapa comenzaba aproximadamente un mes después. Los guardias la denominaron etapa de examen, en la que las practicantes eran grabadas en vídeo mientras respondían a algunas preguntas. Las respuestas, consistían en palabras que calumnian a Falun Dafa, se escribían antes de la entrevista y las practicantes tenían que memorizarlas. Si las practicantes se negaban a responder a las preguntas o a ser grabadas, se enfrentaban a una persecución intensificada.

Cuarta etapa

En la cuarta etapa, las practicantes eran llevadas a una gran aula, donde se unían a otras reclusas en las sesiones de lavado de cerebro. Los martes y jueves los guardias impartían "charlas" cuyo contenido consistía en calumnias y difamación a Falun Dafa. Todas eran obligadas a escribir informes de pensamiento después. Las "charlas" de los demás días eran para glorificar al Partido Comunista Chino y denunciar las creencias espirituales.

Todos los sábados por la tarde se realizaba un examen. Si los guardias no estaban satisfechos con las respuestas de las practicantes, hablaban con ellas. Si los guardias determinaban que las practicantes no pasaban el "examen", las llevaban a una habitación, las hacían permanecer de pie durante mucho tiempo o las obligaban a sentarse en un pequeño banquito, mientras volvían a escuchar la propaganda. Para que cesara el "castigo" era necesario un informe mental.

Cuando una practicante anciana estaba a punto de ser liberada en dos días, el guardia Zhang Jiaxuan la obligó a escribir de nuevo declaraciones de garantía. Zhang le indicó una vez abiertamente: "Si el gobierno dice que algo es correcto, entonces es correcto. Incluso cuando cometemos un error, seguimos teniendo razón. Debes seguir nuestras órdenes incondicionalmente".

Entre seis meses y un mes antes de que las practicantes fueran liberadas, los guardias volvían a grabarlas en vídeo respondiendo a 16 preguntas, incluidas preguntas que calumniaban a Falun Dafa, como forma de evaluar la eficacia de sus programas de lavado de cerebro.

Nombres de los represores

Hay unos diez guardias en el Pabellón 12 y algunos de ellos cambian de vez en cuando. Los guardias que están o estuvieron implicados en la persecución son: Wu Yan, Xu Man, Hu Yang, Li Han, Lyu Siyao, Zhang Minghan, Wu Mingjia, Gao Xinjing, Wang Xiyue, Zhang Jiaxuan y Meng Shuhan.

Entre las reclusas encargadas de vigilar a las practicantes se encuentran Zhou Pengfei, Zhang Jing, Wang Xiaoyan, Yang Fan, Yuan Linjie, Zhang Hanwen, Han Yuling, Zhang Li, Fan Lili, Li Jingge y Xu Liyan.