(Minghui.org) Un cuarto de siglo después de iniciar su persecución a los practicantes de Falun Dafa, el Partido Comunista Chino (PCCh) extendió la persecución en el extranjero instigando a un exestudiante a presentar una demanda contra Shen Yun Performing Arts y Fei Tian College.
Quienes conocen las amenazas, el acoso y la intimidación que los agentes del PCCh han ejercido contra Shen Yun ven en la demanda un nuevo esfuerzo por silenciar a la compañía. Tras fracasar en su intento de obligar a los practicantes de Falun Dafa en China a renunciar a su fe mediante la violencia y la propaganda, el PCCh está utilizando ahora el sistema legal de Estados Unidos como arma para llevar a cabo sus objetivos.
Irónicamente, el PCCh lleva mucho tiempo haciendo caso omiso de la ley cuando detiene y tortura a practicantes de Falun Dafa por su fe y toma represalias contra quienes denuncian la persecución. Muchos practicantes han sido encarcelados por presentar denuncias penales contra el exdirigente del PCCh Jiang Zemin. Jueces de China han declarado en los tribunales: «No me hablen de la ley cuando se trata de casos de Falun Dafa».
Los documentos han demostrado que Chen Yixin, miembro del Comité Central de Asuntos Políticos y Judiciales y el Buró de Seguridad del Estado, ha lanzado un grupo de trabajo en Norteamérica para facilitar las batallas legales contra Shen Yun y Falun Dafa. Esta forma de represión transnacional es coherente con el objetivo final del PCCh de dominar el mundo. También es una oportunidad para que la comunidad internacional reconozca la naturaleza del PCCh y una prueba de si la expansión de la ideología comunista se puede frenar antes de que sea demasiado tarde.
Ilegalidad de la persecución en China
Antes de que el PCCh iniciara formalmente su campaña para erradicar Falun Dafa en 1999, el Buró de Seguridad Pública declaró internamente ilegal a Falun Dafa y luego fabricó pruebas para estos fines. Cuando a Jiang Zemin le preguntaron sobre la base legal de la persecución durante una entrevista en octubre de 1999 por el periódico francés Le Figaro, afirmó que Falun Dafa era una «secta». El Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de China siguió al pie de la letra la directiva de Jiang y emitió una «directiva» varios días después, pero incluso esa directiva no nombraba a Falun Dafa porque habría violado la Constitución china.
No obstante, funcionarios del PCCh de todos los niveles han llevado a cabo la persecución, enviando a un gran número de practicantes a campos de trabajo, centros de lavado de cerebro (denominados eufemísticamente «centros de educación legal»), hospitales psiquiátricos y prisiones. La brutalidad fue acompañada de una interminable propaganda difamatoria, como la «autoinmolación» escenificada en la plaza de Tiananmen. Tras sufrir enormemente durante su detención, los practicantes de Falun Dafa también se encontraron en la indigencia al ser despedidos por sus empleadores (bajo la presión del PCCh) y privados de sus pensiones.
Una prueba de los principios fundacionales de Estados Unidos
La Constitución de Estados Unidos protege el anhelo del pueblo estadounidense por la democracia, la libertad, los derechos humanos, la fe y otros valores universales. Esta estructura se basa en la moralidad cívica y el honor, y permite a los Estados Unidos de América servir como la principal potencia mundial como fue designada por los dioses.
Aunque los litigios abusivos han aumentado con el tiempo, el público estadounidense conserva la confianza en el Estado de Derecho. Además, los seres divinos vigilan los principales asuntos que conciernen al futuro de los Estados Unidos y de la humanidad, y no permitirán que aquellos que buscan corromper este sistema tengan éxito al final. Esto quedará claro con el tiempo, pero en la actualidad, estas batallas legales sirven como prueba de fe y moralidad para cada persona que las observa.
Una lección del taoísmo
El Taishang Ganying Pian, también conocido como Tratado de Lao Tzu sobre la Respuesta del Tao, es una conocida escritura taoísta sobre las relaciones entre causa y efecto. En el Tratado se dice:
«La fortuna y la desdicha no ocurren al azar ni son fruto de la casualidad, sino que son causadas por las acciones de cada individuo. Las recompensas por la virtud y las buenas acciones de una persona, así como las consecuencias de las malas acciones, siguen a cada uno como una sombra».
El libro desalienta el acto de instigar a otros a luchar usando las demandas judiciales para beneficiarse a uno mismo, ya que tal impropiedad acarrearía una retribución del yeli (kármica) sobre uno mismo. Las malas acciones producen yeli (karma), y el yeli es la base de la retribución.
Aquellos que decidan seguir el liderazgo del PCCh en la persecución a los practicantes de Falun Dafa, tendrán que asumir en última instancia la responsabilidad de sus acciones.
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