(Minghui.org) Xi Jingping, jefe del Partido Comunista Chino (PCCh), llegó a Gran Canaria el 13 de noviembre, y pasó la noche en un hotel antes de volar a Perú al día siguiente para asistir a la APEC 2024. Practicantes locales de Falun Dafa protestaron frente a su hotel y cerca de la autopista, instándole a poner fin a la persecución a Falun Dafa en China, que dura ya 25 años.

Practicantes de Falun Dafa protestaron y exhibieron pancartas frente al hotel del dirigente chino Xi Jinping, y le instaron a poner fin a la persecución en China.

Los practicantes de Falun Dafa protestaron en el arcén de la autopista por la que circuló la comitiva de Xi hasta su hotel.

Los practicantes desplegaron pancartas que decían: «Falun Dafa es bueno» y “Alto a la persecución a Falun Gong”, tanto en chino como en español, y esperaron en el arcén de la autopista a que pasara la comitiva de Xi antes de que llegara al hotel el 13 de noviembre.

Otro grupo de practicantes esperó en la acera de enfrente del hotel de Xi. Cuando un agente de policía les dijo que no podían permanecer allí, los practicantes le hablaron de la brutal persecución y de cómo se detenía, encarcelaba y torturaba a los practicantes en China. Una practicante contó al agente que el PCCh sustraía sistemáticamente los órganos de los practicantes vivos que eran encarcelados por negarse a renunciar a sus creencias.

Tras conocer los hechos de la persecución en curso en China, los funcionarios permitieron a los practicantes protestar pacíficamente fuera del hotel. Los practicantes portaban pancartas y repartían folletos informativos sobre Falun Dafa a los transeúntes.

Un guardia de seguridad chino (de blanco) se marchó después de que la policía denegara su petición de que los practicantes se alejaran de la fachada del hotel.

Uno de los guardias de seguridad de Xi pidió a los agentes de policía que hicieran que los practicantes abandonaran la zona cercana al hotel. La policía comprobó su identificación y le dijo que los practicantes «no habían violado ninguna ley y podían quedarse. España es un país libre».

El chino siguió presionándoles y pidió a la policía que le permitiera aparcar un autobús delante de los practicantes para bloquearlos a ellos y a sus pancartas.

Los agentes le dijeron: «No puede hacer eso. Los practicantes (de Falun Dafa) están ejerciendo su derecho a la libertad de expresión de forma pacífica y respetuosa». La policía también le advirtió: «Si bloquea a los practicantes de Falun Dafa con un autobús, habrá consecuencias legales». El hombre se marchó y no volvió.

Mientras la policía hablaba con el hombre, los transeúntes y los conductores de coches se pararon a preguntar qué había pasado. Los practicantes les entregaron folletos informativos y les hablaron de la persecución a Falun Dafa en China. Algunos conductores hicieron sonar la bocina de sus coches y levantaron el pulgar para mostrar su apoyo a los esfuerzos de los practicantes.

Un transeúnte dijo a un practicante que los respetaba por sus persistentes esfuerzos para acabar con la persecución a lo largo de los años. «Son muy valientes. Buena suerte», les dijo.

La policía se quedó con los practicantes. Cuando se disponían a marcharse, un agente les preguntó dónde habían aparcado y los acompañó a sus coches. Les explicó que estaba preocupado por su seguridad, ya que la policía consideraba que el chino era muy agresivo.

Un joven agente se interesó por Falun Dafa cuando vio a los practicantes hacer los ejercicios. Preguntó dónde podía aprenderlos y dijo: «Iré al parque a aprenderlos», después de que un practicante respondiera a su pregunta.