Una familia de Shandong sufre acoso constante por practicar Falun Gong

(Minghui.org) Una familia de la ciudad de Weifang, provincia de Shandong, ha soportado 25 años de acoso constante desde que el régimen comunista chino comenzó a perseguir su fe, Falun Gong, en julio de 1999.

Antes de las sesiones plenarias anuales del Congreso Nacional del Pueblo y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino en marzo de 2024, los oficiales de la Estación de Policía de la ciudad de Qingzhou llamaron a la Sra. Li Zuping y le ordenaron que se presentara ante ellos con el certificado de liberación de prisión de su esposo, el Sr. Xian Chunwei.

El Sr. Xian y la Sra. Li fueron arrestados previamente el 6 de enero de 2016 y sentenciados a 4 y 3,5 años el 6 de septiembre de 2016, respectivamente. Después de que el Sr. Xian fuera liberado a principios de 2020, se vio obligado a vivir lejos de casa para evitar el acoso policial constante. Al no poder encontrarlo, la policía llamaba a menudo a la Sra. Li y la intimidaba.

La policía volvió a llamar a la Sra. Li el 30 de agosto de 2024 y le exigió saber el número de teléfono del Sr. Xian. La Sra. Li se negó a decírselo. Ese mismo día, la policía también se presentó en la casa de la hermana del Sr. Xian e intentó sin éxito obtener su número de teléfono y paradero.

Al día siguiente, un grupo de agentes llamó a la puerta de la Sra. Li. Ella no estaba en casa y su padre, que vivía con ella, no podía abrir la puerta debido a su problema de movilidad. La policía llamó a la puerta del vecino de la Sra. Li, quien también se negó a abrir la puerta. La policía esperó un rato abajo y volvió a llamar a la puerta de la Sra. Li. Lo repitieron varias veces por la mañana y finalmente se fueron cuando nadie abrió la puerta en su último intento alrededor de la 1 p. m.

 La puerta de la Sra. Li Zuping quedó muy dañada después de que la policía la pateara.

 La puerta principal de la Sra. Li

Además, la madre de la Sra. Li, la Sra. Shan Shuyun, también sufrió acoso frecuente por practicar Falun Gong y vivía con miedo constante. Cada vez que escuchaba a gente caminando en el pasillo de su edificio de apartamentos, se ponía nerviosa y contenía la respiración, temiendo que la policía volviera a venir a destrozar la puerta. Cuando veía la televisión, siempre mantenía el volumen al mínimo, para poder escuchar cualquier sonido del exterior. También comprobaba constantemente si la puerta principal estaba cerrada. La constante presión mental afectó su salud y falleció en octubre de 2014.

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