(Minghui.org) Nací en una zona rural, tengo 69 años y empecé a practicar Falun Dafa en septiembre de 1998. Antes tenía muchas enfermedades, como dolor de espalda, dolor de piernas, tumores uterinos, traqueítis y neumonía. Todas mis dolencias desaparecieron poco después de empezar a practicar Dafa, y desde entonces no he tenido ninguna enfermedad.

Seguí estrictamente los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia y resolví los conflictos con mi suegra. Me dijo que me había convertido en una persona completamente distinta. Al ver mis cambios, mi marido y mi suegra también empezaron a practicar Dafa. Mis hijos y mis hermanas segunda y cuarta empezaron a practicarlo. Siguiendo Verdad, Benevolencia y Tolerancia y siendo una buena persona, me volví más lúcida y enérgica, mi familia se volvió armoniosa y mis vecinos más amistosos.

Leí lo que Shifu dijo en Zhuan Falun en los primeros días de mi cultivación:

«En el pasado, los empleados y operarios de la fábrica de tejidos todos se llevaban restos de toallas a sus casas. Después de aprender Falun Dafa, este estudiante no solo no se llevó más a su casa, sino que devolvió las que se había llevado anteriormente. Cuando los demás vieron esto, nadie se llevó más y algunos empleados incluso devolvieron a la fábrica las toallas que habían tomado antes; en toda la fábrica apareció esta situación» (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Recordé que me había llevado a casa cuatro platos, un cuenco y una cuchara cuando trabajaba en la cantina, así que los devolví. Dafa había purificado mi mente, y los principios de Dafa me ayudaron a comprender la relación entre la pérdida y la ganancia, y aprendí a ser un cultivador.

Cuando trabajaba en la cantina, limpiaba activamente y me apresuraba a hacer el trabajo. Al ver mi comportamiento, todos mis compañeros decían que Dafa es bueno.

Memorizaba Hong Yin en mi tiempo libre, y lo recitaba mientras cortaba verduras y cocinaba. Lo recitaba al ir y al volver del trabajo, y cuando arrancaba las plántulas de maíz en las colinas.

Sentía que Dafa era muy bueno y yo había llegado tarde para aprenderlo, por lo que debía ponerme al día lo antes posible. Crecí durante la Revolución Cultural y no había clases en la escuela, por lo que no aprendí muchas palabras. Pedí a mi marido y a mis hijos que me enseñaran mientras yo intentaba estudiar el Fa. De este modo, superé muchas dificultades y finalmente pude leer el Fa por mí misma.

Apelación a favor de Dafa en Beijing

Jiang Zemin, el ya fallecido exlíder del Partido Comunista Chino (PCCh) comenzó a perseguir a Falun Dafa el 20 de julio de 1999. Las mentiras y calumnias eran abrumadoras en los medios de comunicación estatales. Los practicantes de Dafa fueron a Beijing con pancartas caseras para pedir justicia para Falun Dafa. Como practicante de Dafa, sentí que era mi responsabilidad ir a Beijing para buscar también justicia para Dafa.

Unos compañeros y yo partimos la noche del 25 de octubre de 1999 y llegamos a Beijing al día siguiente. Nos alojamos en un hotel y estudiamos el Fa durante todo el día. A la mañana siguiente tomamos un taxi hasta la plaza de Tiananmen y dejamos todas nuestras maletas, ropa y demás pertenencias. No creíamos que volveríamos vivos.

Al llegar a la plaza, vimos a algunos practicantes meditando, con mucha gente mirando. Nos colamos entre la multitud y también nos sentamos con las piernas cruzadas para meditar. Llegó un vehículo de la policía, que nos golpeó y nos arrastró hasta su interior. Todos gritábamos: «¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno! Shifu es inocente».

Nos llevaron a la Comisaría de la Plaza de Tiananmen, donde había muchos practicantes detenidos. Había mucha gente. Los practicantes recitaban Lunyu y Hong Yin. Nos trasladaron a Fengtai porque éramos demasiados, unos 10.000 más o menos. Un practicante dirigía la recitación de Lunyu, Hong Yin y Escrituras esenciales para mayor avance.

La policía golpeaba a quien tomaba la iniciativa en la recitación. A una mujer la arrastraron por las coletas, la golpearon y le aplicaron descargas eléctricas. Un hombre fue golpeado y pateado por ocho policías.

Un policía dijo: «¿Quién ha dicho que el Guangming Daily es falso?». Un joven practicante dijo que él lo había dicho. La policía procedió a golpearlo.

Más tarde gente de nuestra ciudad nos llevó a la oficina de Beijing. Al día siguiente, nos llevaron de vuelta a nuestra ciudad natal y nos metieron en un centro de detención. Estuvimos dos semanas detenidos ilegalmente y nos obligaron a pagar multas de 450 yuanes (63,18 USD). Tras regresar a casa, me despidieron del trabajo y también terminaron repentinamente con el de mi marido.

En diciembre del mismo año, cuatro de nosotros fuimos de nuevo a Beijing para apelar por Dafa. Aunque había estrictos controles en las carreteras, llegamos a Beijing sin problemas. Trabajamos por parejas en la plaza de Tiananmen y nos detuvieron hacia el mediodía. Cuando nos metieron en el coche, empezaron a golpearnos en la cara con botellas de agua de plástico.

Había muchos practicantes en el automóvil. Al cachear a los jóvenes, la policía abusó de ellos. Fue despreciable e indecente. En la Comisaría de la Plaza de Tiananmen, la policía me preguntó dónde estaba mi casa. Dije que en todas partes. Me preguntaron mi nombre. Dije Falun Gong. Un agente de policía me abofeteó a diestra y siniestra, y luego caminó en círculos con su mano dolorida. Procedió a golpearme en la cara con un palo de madera. Tenía la nariz y la cara magulladas y me sangraba la boca, pero no sentí ningún dolor.

Me esposaron, con una mano sobre el hombro y la otra a la espalda, y me tuvieron así mucho tiempo. Cuando me soltaron las esposas, tenía marcas de sangre en las muñecas. La Oficina de Beijing de nuestra ciudad nos detuvo durante un mes.

Detención, trabajos forzados y tortura

Un día de agosto de 2000 salí a distribuir material para aclarar la verdad. Alguien me denunció y me detuvieron. La policía quería saber de dónde había sacado el material, pero no quise responder. Me encerraron en un cuarto oscuro y me puse en huelga de hambre durante cuatro días.

Ese año coincidió con el examen de acceso a la universidad de mi hija mayor. La policía amenazó con impedirle ir a la universidad. Yo respondí: «No depende de ustedes, sino de mi Shifu». No tuvieron más remedio que encerrarme en el centro de detención. Como seguía negándome a responder a sus preguntas, me colgaron de los brazos y me privaron de sueño y agua.

Me llevaba muy bien con las reclusas de la celda. Les aclaré la verdad y les enseñé a recitar Hong Yin y «Falun Dafa es bueno, Verdad- Benevolencia- Tolerancia es bueno». Algunas de ellas incluso hicieron los ejercicios conmigo.

La policía fue a mi casa para intentar que mi marido les diera 1.000 yuanes (140,39 USD). Mi marido les dijo que no tenía dinero. La policía redujo entonces la cantidad a 500 (70,20 USD), y finalmente dijo 100 yuanes (14,04 USD). Mi marido dijo: «Ni un céntimo». Se fueron y tuvieron que dejarme marchar. Mi hermana mayor me recogió.

Al día siguiente, mi hija se fue a la universidad. Mientras yo estaba fuera, los compañeros compraron cosas para mi hija. Compraron más de lo que yo misma habría hecho. Compraron una maleta, un reloj, ropa y otras cosas. Gracias, compañeros practicantes por su ayuda en tiempos de necesidad.

Cuatro policías irrumpieron y quisieron arrestarnos cuando estudiábamos el Fa en mi casa. Como les superábamos en número, pidieron más ayuda. Nos obligaron a entrar en su coche de policía.

Mi hija pequeña estaba durmiendo y se asustó al despertarse. Desde entonces, estaba deprimida y era incapaz de cuidar de sí misma. Me llevaron a un campo de trabajos forzados durante tres años, donde me sometieron a todo tipo de torturas, como privación del sueño, descargas eléctricas, esposarme en posición estirada y trabajos forzados durante muchas horas. Terminó en noviembre de 2002.

Aclarar la verdad

Algunos compañeros y yo empezamos a pegar carteles para informar a la gente sobre Dafa. Salimos una noche en que nevaba y la temperatura era de una decena de grados bajo cero. Fuimos en moto. Aunque estaba resbaladizo y teníamos las manos y los pies dolorosamente fríos, persistimos y no dejamos de visitar ni un solo pueblo. Pusimos carteles en el camino. También escribíamos «Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia- Tolerancia es bueno» donde podíamos en las calles.

En 2005 establecí un centro de producción de materiales con la ayuda de un practicante de fuera de la zona, y proporcioné diversos materiales informativos a los practicantes locales.

La policía siguió a este practicante y destruyeron el lugar en octubre de 2006. Me detuvieron, me llevaron al equipo policial y me esposaron en un dispositivo de tortura en forma de silla de hierro. Respondí «no lo sé» a todas sus preguntas, así que me golpearon, me colgaron de las muñecas y me golpearon en la cabeza. Le supliqué a Shifu: «Este no es lugar para que me quede. Quiero salir y hacer lo que debo hacer».

Me puse en huelga de hambre. Mi hija mayor y mi sobrino vinieron a visitarme para preguntar a la policía por qué me habían detenido. Derramé lágrimas y empecé a convulsionarme cuando vi a mi hija y a mi sobrino. Mi sobrino llamó a la policía para que me llevara al hospital. Perdí el conocimiento en la ambulancia. Cuando desperté, estaba en el hospital. Mi hija y mi cuñada me acompañaron mientras recibía un tratamiento intravenoso.

Cuando mejoré un poco, la policía me llevó de nuevo a la comisaría, me sujetó a una silla de hierro y me golpeó la cabeza, diciendo que estaba actuando. Sin embargo, al poco tiempo empecé a convulsionarme de nuevo. Se asustaron y llamaron al hospital. Un médico vino a verme y pidió a la policía que me quitara las esposas. Me llevaron de nuevo al hospital y mi marido me acompañó para terminar el tratamiento intravenoso. Después nos fuimos a casa.

Al día siguiente la policía vino a mi casa y me acosó. Volví a tener convulsiones. Mi marido llamó a un médico para que me pusiera una vía intravenosa. La policía se marchó al ver la situación.

En el segundo semestre de 2010 monté un centro de producción de materiales en mi casa. No sabía utilizar un ordenador, pero mi hija mayor me enseñó con mucha paciencia. Mi marido y mis hijos me apoyaron. Aprendí a navegar por Internet, a descargar y a hacer volantes, folletos y otros materiales sobre Falun Dafa. Con la ayuda de mi hija, aprendí a grabar CD y DVD en 2011. Empezamos a hacer calendarios Minghui y a imprimir información sobre Falun Dafa en billetes. Nuestro sitio de producción de materiales funciona muy bien.

Una udumbara floreció en mi vehículo eléctrico el 1 de agosto de 2022. Corté la flor y la coloqué junto a la foto de Shifu. La flor sigue abierta mientras escribo este artículo para compartir hoy (15 de abril de 2024). Sé que Shifu me está animando a caminar bien cada paso en mi camino de cultivación. No defraudaré a Shifu.

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