(Minghui.org) Una residente de la ciudad de Xichang, provincia de Sichuan, cumplió su segunda condena de tres años de prisión el 4 de noviembre de 2023 con graves lesiones en la espalda debido a los abusos sufridos durante largo tiempo en prisión. Un médico de la prisión le advirtió de que corría el riesgo de quedar paralítica.

La última condena de prisión de la Sra. Zhao Jun se derivó de su detención el 23 de julio de 2019 por su fe en Falun Gong, una práctica de cultivación de cuerpo y mente perseguida por el Partido Comunista Chino desde julio de 1999. Quedó en libertad bajo fianza el 21 de agosto de 2019 y volvió a ser detenida en torno a noviembre de 2020. Fue condenada a tres años en diciembre de 2020 y trasladada del Centro de Detención de la ciudad de Xichang a la Prisión de Mujeres de la ciudad de Chengdu el 27 de abril de 2022.

Durante los 18 meses que permaneció en prisión, no se le permitió hablar con otras personas, salvo cuando las guardias o las reclusas encargadas de vigilarla le hacían preguntas. Cada vez que protestaba por los malos tratos, la amenazaban con aumentar su condena. Además, la sometieron a un "control estricto" durante un total de 15 meses. El "control estricto" pretendía quebrantar la voluntad de las practicantes de Falun Gong sometiéndolas a diversas formas de maltrato, como permanecer sentadas en un pequeño taburete, o de pie, durante largos periodos, privarlas de sueño, no ducharse durante largos periodos y limitarles la compra de artículos de primera necesidad.

Antes de su último calvario, Zhao cumplió otros tres años (de noviembre de 2010 a noviembre de 2013) por practicar Falun Gong y también fue brutalmente torturada en prisión. Su madre, que dependía de la Sra. Zhao para su cuidado, falleció durante su segunda condena.

Primeros cuatro meses de estricto control (5 de mayo de 2022 - 28 de agosto de 2022)

El 28 de abril de 2022, al día siguiente de que la Sra. Zhao ingresara en el Pabellón Seis de la Prisión de Mujeres de la ciudad de Chengdu, las guardias le ordenaron que escribiera declaraciones para renunciar y denunciar a Falun Gong. Ella se negó y la pusieron bajo "control estricto" el 5 de mayo de 2022 y no se lo levantaron hasta el 19 de septiembre de ese año.

Durante los primeros cuatro meses de estricto control, la Sra. Zhao fue obligada a permanecer sentada o de pie en una posición determinada durante todo el día, excepto a la hora de comer y de dormir. Tenía que levantarse 30 minutos antes que las demás reclusas y acostarse una hora más tarde que las demás. Sólo disponía de 5 a 10 minutos al día para lavarse los dientes y la cara. Únicamente podía ducharse y lavar la ropa una vez a la semana. Aquel verano de 2022 hacía mucho calor en Chengdu, y otras reclusas se quejaban de sentirse incómodas incluso duchándose una vez al día. La Sra. Zhao, que sólo podía ducharse una vez a la semana, no podía conciliar el sueño por la noche porque su ropa estaba empapada en sudor.

Las guardias alegaron que fueron muy indulgentes durante sus primeros cuatro meses de estricto control porque querían darle la oportunidad de "cambiar de opinión". La Sra. Zhao se mantuvo firme en su fe y las guardias recurrieron a tácticas más duras a partir del 29 de agosto de 2022.

Un brutal control estricto de 22 días (del 29 de agosto de 2022 al 19 de septiembre de 2022)

El 29 de agosto de 2022, las guardias ordenaron a la Sra. Zhao que reconociera que era una delincuente antes de concederle permiso para beber agua o ir al baño. Ella se negó a cumplirlo porque no había infringido ninguna ley al practicar Falun Gong. Las guardias no le permitieron beber agua ni ir al baño en todo el día.

A continuación, las guardias enviaron a la Sra. Zhao al pabellón dos. Durante tres días, no le permitieron lavar su cuenco de arroz y tuvo que seguir utilizándolo, aunque aún tuviera huesos y otros restos de comida. Tampoco le dieron papel higiénico ni pañuelos faciales. Le permitían dormir seis horas y el resto del día la obligaban a sentarse en un pequeño taburete. Durante su estancia en el Centro de Detención de la ciudad de Xichang, Zhao se torció la espalda y se le desalineó la columna vertebral. Estar sentada durante mucho tiempo en el pequeño taburete de la prisión agravó sus dolores de espalda. Al tercer día, una reclusa la agarró por los hombros y le dio tres rodillazos en la zona lumbar mientras estaba sentada en el taburete. El dolor era insoportable. No obstante, Zhao se mantuvo firme en su fe y no renunció a Falun Gong.

La Sra. Zhao fue enviada de nuevo al pabellón seis al sexto día. El 15 de septiembre de 2022 fue trasladada al pabellón cuatro, donde sufrió malos tratos similares. Su dolor de espalda se hizo insoportable dos días después y pidió ver a un médico.

Dos guardias y tres reclusas la escoltaron hasta el hospital de la prisión. Vio una silla y quiso sentarse para tomar un descanso. Las reclusas no se lo permitieron. Tuvo que caminar con dificultad hasta la sala de reconocimiento. Un médico le dijo que muy probablemente quedaría paralítica si no recibía tratamiento. Se quedó estupefacta y casi se desmaya. Suplicó que la dejaran sentarse, pero las reclusas siguieron negándose. El médico le dio cuatro pastillas y ni siquiera aprobó un permiso por enfermedad. Volvió a su celda y se desplomó en el suelo. Una reclusa la levantó 30 minutos después.

El 18 de septiembre de 2022, las reclusas que vigilaban a la Sra. Zhao seguían ordenándole que se sentara en un pequeño taburete o que siguiera de pie. Le dolía mucho la espalda, pero las reclusas la obligaban a sentarse o la levantaban de un tirón. A veces se caía al suelo, pero la volvían a levantar para que se sentara o se pusiera en cuclillas. Una guardia entró y observó que la Sra. Zhao seguía negándose a escribir declaraciones de renuncia a Falun Gong. Llamó a una de las reclusas y esta regresó a la celda para anunciar que Zhao no podía ir al baño.

La Sra. Zhao fue devuelta al pabellón seis esa noche. Varias reclusas abusaron de ella y una la zarandeó para despertarla dos veces en mitad de la noche.

El 19 de septiembre de 2022, la Sra. Zhao fue llevada de nuevo al pabellón cuatro. Volvió a pedir ir al baño. Las guardias volvieron a exigirle que primero escribiera declaraciones renunciando a Falun Gong. Lloraba y su corazón sangraba. Falun Gong la salvó del sufrimiento de las enfermedades y nunca lo traicionaría voluntariamente. Sin embargo, si seguía sufriendo abusos y quedaba discapacitada, le preocupaba quién iba a cuidar de su anciana madre y cómo se las arreglarían su hija y su marido.

Escribió las declaraciones requeridas para renunciar a Falun Gong en contra de su voluntad y las guardias levantaron el estricto control ese día.

Tres meses sin estricto control

Las reclusas ordenaron a la Sra. Zhao que escribiera declaraciones para criticar a Falun Gong el 20 de septiembre de 2022. Ella se negó firmemente. Las guardias hablaron con ella más tarde y dijo que su fe en Falun Gong nunca había cambiado.

En diciembre de 2022, la Sra. Zhao redactó un "informe de pensamiento" en el que declaraba nulas y sin efecto todas las declaraciones que anteriormente se había visto obligada a escribir para renunciar a Falun Gong.

A continuación, las guardias volvieron a someterla a un control estricto a partir del 1 de enero de 2023.

En régimen de control estricto durante el resto de la condena (1 de enero de 2023 hasta el 4 de noviembre de 2023)

De enero a mayo de 2023, la Sra. Zhao sólo pudo lavarse tres veces (a principios de marzo, mediados de abril y mediados de mayo). A partir de principios de junio, se le permitió lavarse una vez cada dos semanas. En cada ocasión sólo se le dio un pequeño recipiente con agua para que se lavara en cinco minutos.

Debido a la falta de baño, la Sra. Zhao desarrolló un eczema y todavía tenía erupciones en la piel cuando fue puesta en libertad el 4 de noviembre de 2023.

Excepto para realizar trabajo forzado, comer o dormir, se vio obligada a permanecer sentada durante 17 horas diarias del 1 al 21 de enero de 2023. Sus caderas y lumbares sufrieron graves lesiones internas. A partir del 22 de enero de 2023, se vio obligada a permanecer de pie la mayor parte del día. En junio de 2023, sus piernas y pies estaban muy hinchados y el dolor de espalda era insoportable. Sólo entonces los guardias redujeron el tiempo que pasaba de pie, pero las limitaciones para ducharse seguían vigentes.

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