(Minghui.org) Después de ser liberada de una prisión por practicar Falun Dafa, me quedé en casa durante más de tres meses para recuperarme. Luego de eso, pensé que debía encontrar un trabajo para mantener a mi familia y, al mismo tiempo, aclarar la verdad y ayudar a Shifu  a salvar a la gente. Vi que varios practicantes eran taxistas que utilizaban triciclos eléctricos. Podía ganar unos 2.000 yuanes (281,19 dólares) al mes, establecer mis propios horarios y aclarar la verdad a los clientes, así que decidí empezar a conducir un triciclo taxi.

Al principio, no sabía cómo iniciar una conversación sobre Dafa con desconocidos, pero poco a poco fui mejorando. Llegué a ser capaz de llevar la conversación con unas pocas frases. Conocí a algunas personas que comprendieron la verdad y renunciaron de buena gana al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones juveniles, pero también a otras que se negaron.

Recorrer todo el condado conduciendo

Conocí a una mujer en la estación de colectivos de la parte sur del condado que quería ir a una tienda de la parte norte para comprar piezas de herramientas agrícolas. Acepté llevarla hasta allí y llevarla de vuelta a la estación de colectivos cuando terminara de comprar. Ella regateó sobre el precio, pero como quería tener la oportunidad de aclararle la verdad, acepté lo que me ofreciera. Conduje el triciclo y le hablé de Dafa.

Cuando llegamos a la zona, no recordaba de qué tienda se trataba. Le pedí que llamara al dueño de la tienda para preguntarle el nombre, pero se negó a llamar y dijo que el nombre de la tienda era el nombre del dueño. Di varias vueltas con el triciclo, pero no encontramos la tienda. Ella se quejó, diciendo que la había llevado al lugar equivocado porque no era la misma ruta que había tomado la última vez. Yo había tomado un atajo, ya que su camino habría sido mucho más largo. Quería que volviera y tomara su ruta. Volví a pedirle que llamara al dueño, pero no quiso. No tuve más remedio que llevarla de vuelta al cruce y seguir sus indicaciones para acabar en el mismo sitio.

Le pregunté: “¿No es aquí donde acabamos de estar? Llama al dueño y pregúntale el nombre de la tienda”. Esta vez dejó de ser testaruda y llamó. Resultó que estaba cerca y el nombre de la tienda no era el del dueño. No dijo nada y se bajó del triciclo para comprar las piezas. Miré la hora y me di cuenta de que había perdido más de una hora y consumido mucha batería. Pensé: "Cuando vuelva, tendré que pedirle que pague más, si no, sufriré una gran pérdida. Todo esto es culpa suya, y debería pagar por mi tiempo".

Mientras pensaba en ello, de repente me vino otro pensamiento a la cabeza: "No puedo pedirle que pague más". Viendo cómo regateaba conmigo, su familia no debía de ser rica. También parecía que no estaba de acuerdo con todo lo que le dije sobre Dafa y la persecución. Si le pedía que pagara más, ¿qué pasaría si discutía y se convertía en una disputa? Debo dejarle una buena impresión, porque represento la imagen de un practicante de Dafa. No puedo pelear cuando se trata de pérdidas y ganancias.

Cuando salió de la tienda, la conduje de vuelta, sin dejar de aclararle la verdad. Ella no dijo nada. Le dije que si no practicara Dafa, sin duda le habría pedido que pagara más. Se quedó callada, pero era evidente que seguía sin entender la verdad y que estaba demasiado avergonzada para replicar. Esperaba que en el futuro tuviera la oportunidad de hablar con otro practicante.

Cuando se bajó, enseguida se subió otro, y así siguió el resto del día. Cuando llegué a casa y conté las ganancias de ese día, realmente había ganado más de lo habitual.

Esto confirmó verdaderamente lo que dijo Shifu:

“En esta vía nuestra, esta parte del xiulian que realizamos entre la gente común requiere que uno practique el xiulian dentro de la sociedad de la gente común, manteniéndose al máximo grado como la gente común, así que no es que se te pida que realmente pierdas tal o cual cosa en relación con beneficios materiales. No afecta cuán alto sea tu rango oficial ni tampoco cuánta fortuna poseas, el punto clave está en si puedes dejar o no ese corazón”. (Cuarta Lección, Zhuan Falun)

Devolviendo un paraguas

Una vez, llevé a una anciana a un centro de detención en el campo para ver a su hijo. Era un día nublado y le aclaré la verdad en el camino. Al ver que estaba de mal humor, también traté de consolarla. Después de dejarla, regresé a la sede del condado. Un rato después vi un paraguas en mi triciclo y recordé que era de ella. Para entonces ya había empezado a llover. Pensé: “¿Qué pasa si se moja? Necesito encontrarla y devolverle su paraguas”.

Aunque estaba lejos de allí, decidí regresar. Justo cuando conducía hacia la intersección cerca del centro de detención, tres personas hicieron señas para pedir un taxi, y una de ellas era ella. Después de subirse al triciclo, se dio cuenta de que era yo y me presentó a los otros dos: su nuera y su nieto.

Le pregunté: “¿Este paraguas es tuyo? Regresé aquí para traértelo”. Ella me agradeció y luego les aclaré la verdad a su nuera y a su nieto. La anciana me dijo que ella nunca se había unido a nada asociado con el PCCh, pero su nuera y su nieto sí, y aceptaron renunciar al PCCh y sus organizaciones juveniles. Le dije a la nuera: “Déjame darte un hermoso nombre, Ma Li, para que renuncies”.

Ella exclamó: “¡Ese es mi verdadero nombre! ¿Como supiste?”

Respondí: “No lo sabía. Simplemente significa que estamos predestinadas. Parece que Shifu me hizo regresar para salvarte”. Ella estaba muy feliz.

Apego a la lujuria

En cierta ocasión, unos clientes varones que tomaban el taxi vieron que yo era mujer y dijeron algunas palabras coquetas. Al principio no dije nada, pero la expresión de mi rostro se volvió seria. Cuando continuaron, les dije que practicaba Falun Dafa y Shifu nos enseñó cómo debe actuar un hombre, cómo debe comportarse una mujer y cómo deben ser las relaciones familiares. Inmediatamente cambiaron de actitud y me hablaron con respeto. Mis pensamientos rectos desintegraron esas sustancias malas y surgió la compasión en mí. Les hablé de Dafa y les pedí que renunciaran al PCCh. Todos estuvieron de acuerdo.

Miré hacia adentro para saber por qué me pasó algo así. Fue porque mi apego a la lujuria no había sido eliminado por completo, lo que permitió que los factores malignos se aprovecharan de mí. Si mi dimensión fuera pura, estas cosas no podrían entrar. Desde entonces he prestado más atención a este aspecto en la cultivación y estoy decidida a desintegrar la sustancia corrupta desde su raíz.

Durante estos años de cultivación, he tratado la validación de Dafa como mi primera prioridad. Quiero que la gente vea la belleza de Dafa a través de mí y que puedan ver el coraje, lo confiable y de mente abierta que es un practicante de Dafa. Al mismo tiempo, quiero que sepan cuán grande es nuestro Shifu, porque sólo un gran Shifu puede hacer que sus practicantes sean personas con un estándar moral elevado, a quienes no les importan las pérdidas y ganancias personales. Estoy muy orgullosa de ser practicante de Falun Dafa.