(Minghui.org) Soy médico militar retirado pero, a pesar de mi formación, no fui capaz de curar mi propio cáncer nasofaríngeo. Afortunadamente, conocí Falun Dafa y me recuperé. Ahora, a mis 70 años, me siento incluso mejor que cuando tenía 30. Falun Dafa me da esperanza y me guía en mi camino espiritual. Como yo,  mi familia también se han beneficiado de Dafa.

Con gratitud ilimitada hacia Dafa, me gustaría compartir algunas de nuestras historias.

Comenzando a practicar Falun Dafa

En 1998, cuando tenía 48 años, me diagnosticaron cáncer nasofaríngeo. Tenía la nariz muy seca y me dolía mucho respirar. Tenía que llevar una mascarilla las 24 horas del día para aliviar el dolor. Mi nariz supuraba sangre, lo que me dificultaba comer. El dolor a menudo me mantenía despierto por la noche.

Además de este cáncer, padecía más de diez enfermedades crónicas, como insomnio, artritis reumatoide, estreñimiento, dolores articulares y problemas estomacales. A pesar de ser médico, no había nada que pudiera hacer para curar mis enfermedades. Visité muchos hospitales famosos de todo el país, pero fue en vano.

Un pariente mío practica Falun Dafa. Cuando se enteró de mi enfermedad, me presentó la práctica. Me interesaron los beneficios de Falun Dafa para la salud y acepté probarlo. Tras solo tres días de práctica, dejó de sangrarme la nariz. Al cabo de una semana, el dolor desapareció y por fin pude dormir profundamente por la noche. Tampoco me dolía comer. A medida que me volvía más firme en la práctica, seguía experimentando el poder de Falun Dafa. Un mes después, todas mis enfermedades crónicas habían desaparecido.

La familia se beneficia con Dafa

El pasado mes de junio, a un pariente lejano mío le diagnosticaron cáncer de pulmón. Como era agricultor, no podía permitirse un tratamiento médico caro. El médico anunció que solo le quedaban tres meses.

Fui a visitarle y le llevé libros y conferencias de Falun Dafa, así como la música de los ejercicios. Le conté mi historia y le sugerí que practicara Falun Dafa, en lugar de quimioterapia, que no solo era cara, sino que también dañaría su cuerpo. Aceptó. Desde entonces, su estado empezó a mejorar y ahora se encuentra bien.

El nieto de mi pariente solía tener ataques epilépticos. Su familia lo llevó a varios médicos, pero ninguno pudo darle un tratamiento eficaz. Después de que animaran al niño a practicar Falun Dafa, dejó de tener episodios.

Mi hermana tenía una enfermedad que le provocaba desmayos repentinos. Una vez se desmayó y cayó en una hoguera. Por suerte, no había fuego en ese momento, de lo contrario podría haber muerto. Después de ver los cambios que se produjeron en mí gracias a la práctica de Dafa, ella también empezó a practicarla y ahora se ha recuperado.

Nuestro padre sufrió un derrame cerebral en sus últimos años y quedó en estado vegetativo. Mi hermana (también practicante) cuidó muy bien de él, incluso limpiando y girando su cuerpo, y alimentándole. Estuvo dos años y medio postrado en la cama, pero nunca tuvo escaras. Algo parecido le ocurrió a nuestra madre, que sufrió un derrame cerebral y se quedó ciega de ambos ojos. Mi hermana cuidó de nuestra madre durante siete años, hasta que falleció plácidamente.

Además de cuidar de nuestros padres, mi hermana también ayudó a cuidar de su cuñada, que estaba postrada en cama por un derrame cerebral. A pesar de los años de duro trabajo en estas tareas, nunca se quejó y siempre trató de ser considerada con los demás. Todos en el pueblo hablaban bien de ella. Ella siempre les dice que no sería capaz de hacerlo si no practicara Falun Dafa.