(Minghui.org) He estado practicando Falun Dafa durante más de 20 años. Pero recientemente el año pasado empecé a sufrir de mala salud. Mis síntomas incluían tos, jadeo y sudoración profusa cada día. Sin embargo, continué perseverando en hacer las tres cosas que Shifu pide a los practicantes que hagan. Me gustaría compartir mi experiencia con la esperanza de ayudar a otros a superar sus tribulaciones.

Mi esposo trabaja todo el año, alternando turnos de noche y de día. Yo me levantaba a las 5 de la mañana para prepararle el desayuno cuando hacía el turno de día. Si se prepara la noche anterior, el desayuno puede hacerse en 10 minutos. Sin embargo, esta sencilla tarea era casi imposible de realizar, ya que los fuertes ataques de tos me impedían levantarme de la cama. Al ver mi sufrimiento, mi esposo se negó a dejarme cocinar diciendo que no tenía hambre. Sin embargo, después de verle irse a trabajar con el estómago vacío, era más de lo que yo podía soportar.

Le supliqué a Shifu: "¡Por favor, ayúdame! No puedo soportarlo más".

A la mañana siguiente, mientras estaba medio dormida, oí una suave voz que me decía: "Tienes que devolver al menos 5 yuanes de esta deuda de 15 yuanes".

Mientras mi corazón se llenaba de calidez, me di cuenta de repente: Sólo pagaría un tercio de mis deudas pasadas, mientras que los dos tercios restantes correrían a cargo de Shifu. A partir de entonces, por mucho dolor o malestar que sintiera, me negué a pedir ayuda a Shifu.

Para salvarme, el misericordioso Shifu me permitió ver destellos de mi cruel comportamiento pasado. Desde que me cultivo en Dafa, he tenido muchos sueños sobre mis vidas pasadas, donde cometí muchos actos malvados y despiadados y maté a 30 personas. ¡Esta deuda pesada debe ser pagada! Además, estoy cultivando para convertirme en un ser divino y estaré libre de mis acreedores cuando llegue a la Perfección. Es natural que mis acreedores vengan a pedirme el pago.

A pesar de haber pecado tanto, Shifu se negó a renunciar a mí. Conocer la causa de mi sufrimiento ha aumentado mi determinación para soportar este dolor insoportable, pagar mi deuda y superar esta tribulación.

Shifu dijo:

“Esas tribulaciones demoníacas y el sufrimiento, sin importar cuán difíciles te hayan parecido, son cosas buenas, porque suceden únicamente porque te cultivas y refinas. Durante las tribulaciones demoníacas, el yeli puede ser eliminado y los corazones humanos pueden ser despojados estas hacen que te eleves” (Enseñando el Fa en la Conferencia de Nueva York 2008, Colección de enseñanzas del Fa, Volumen VIII).

Al mismo tiempo, busqué dentro de mí. Antes, las penurias me resultaban intolerables y les había tomado miedo. Mi madre comentó una vez que yo tenía la "mentalidad de una dama delicada mientras vivía la vida de una criada". Un compañero cercano me apodó una vez "señorita delicada". Me di cuenta de que esta tribulación también estaba causada por mi apego a vivir una vida mimada.

La gente común tiene un dicho: "Aunque hay bendiciones que nunca se pueden disfrutar, no hay penurias que se puedan evitar". Incluso una persona común tiene la capacidad de soportar dificultades, y no digamos un cultivador de Dafa. Tuve que afrontar este reto con entereza. A partir de aquel día, me levantaba al amanecer y hacía los ejercicios antes de las tareas domésticas. De este modo, desarrollé mi capacidad de soportar las dificultades y mis síntomas desaparecieron gradualmente.

Una vez empecé a toser y sudar profusamente después de enviar pensamientos rectos a medianoche. Cuando estudiaba el Fa, una fuerte disnea me obligó a dejar Zhuan Falun después de leer sólo unas pocas líneas. Después, recurrí a recitar poemas de Hong Yin VI. Como antes había pasado cuatro rondas memorizando los poemas, podía recitar cada uno después de leerlo sólo una vez. Después de cada poema, me recostaba para recuperar el aliento y recitaba el siguiente.

Conseguí recitar de tres a cuatro poemas cada noche. Mi tos mejoró notablemente con el tiempo y, al cabo de un mes, conseguí completar todo el libro de Hong Yin VI.

Shifu me animaba con frecuencia en mis sueños, permitiéndome experimentar escenas magníficas tras lograr avances en la cultivación. La compasión sin límites de Shifu alimentaba mi espíritu y aumentaba mi confianza.

La ajetreada temporada agrícola de este año no ha disuadido a los practicantes de ayudar a Shifu a salvar vidas. Desde la publicación del artículo de Shifu "Por qué existen los seres humanos", hemos redoblado nuestros esfuerzos por esclarecer la verdad. Distribuimos el Semanario Minghui y los boletines Minghui cada semana, hablamos con la gente cara a cara y repartimos recuerdos de Dafa. Al mismo tiempo, intentamos ayudar a la gente a renunciar al Partido Comunista Chino y sus organizaciones juveniles. La incansable compasión mostrada por los compañeros practicantes me inspiró a seguir adelante a pesar de mis dificultades.

Shifu dijo:

"Sea tu motivo es salvar seres conscientes o validar el Fa, o hacer progresos en tu propia cultivación, todas las tribulaciones demoníacas son lo mismo. No se supone que esas tribulaciones demoníacas deben ponerse a un lado solo porque pienses, "estoy haciendo esto por Dafa" ó "estoy haciendo esto para salvar seres conscientes"” (Enseñando el Fa en la Conferencia de Nueva York de 2008, Colección de enseñanzas del Fa, Volumen VIII).

Mientras ayudaba a elaborar material informativo para otros practicantes, empecé a sufrir una insoportable falta de aire y a toser flemas amarillas y malolientes. Mi ritmo cardiaco se aceleraba incontrolablemente, a intervalos, y el malestar contribuía aún más a mi miseria.

Me di cuenta de que, con Shifu y el Fa a mi lado, no había tribulación imposible de superar. Este fenómeno anormal era sólo una ilusión para poner a prueba mi determinación como practicante de Dafa. A partir de entonces, encendí mi ordenador para producir los materiales, sin tener en cuenta el malestar que sentía. Para mi sorpresa, mis síntomas se reducían o desaparecían poco después.

Salía a distribuir materiales todas las semanas. Cada vez que me sentía mal, pedía apoyo y fuerza a Shifu. Esto me permitió completar mi trabajo sin problemas. Al volver a casa, incluso tenía fuerzas para hacer algunas tareas domésticas o escribir artículos para el sitio web de Minghui.

Hace poco soñé con un anciano que venía a mi casa y me pedía que le devolviera una deuda de quince yuanes. Reuní la suma y se la di. Entonces, una voz me dijo: "¡Tu deuda de quince yuanes está totalmente pagada!".

A partir de ese momento, dejé de toser flemas malolientes y mi ritmo cardíaco volvió a la normalidad.

Esta es mi experiencia personal de los milagros que provienen de la práctica de Falun Dafa.