(Minghui.org) Un día, después del almuerzo, mientras empezaba a recoger la mesa, noté que los ojos de mi madre miraban al vacío y sus labios se habían vuelto blancos. Luego perdió el conocimiento. Mi mente se quedó en blanco, "Mamá, mamá...", grité mientras ella se deslizaba de la silla.

El teléfono estaba a un paso de distancia. Quería pedir ayuda a otros practicantes, pero estaba usando ambas manos para sostener a mi mamá. En ese momento crítico, me acordé de Shifu. Grité: “¡Shifu, ayúdenos! ¡Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno! una y otra vez.

Diez minutos después, mi mamá respiró hondo. Le exclamé: “Mamá, negamos esta situación, ¡niégala!”. Cuando mamá recuperó la conciencia, murmuró: "Niega esto, niega esto...".

Ayudé a mi madre a subir a su cama y llamé a mis hermanos. Mi hermano y mi hermana llegaron a casa e insistieron en llevar a mamá al hospital. Mamá les dijo: "Shifu me devolvió la vida". Ella se negó a ir.

Después de que mis hermanos se fueron, todavía me preocupaba la condición de mi mamá. Me vinieron a la mente las palabras de Shifu:

“Eres alguien que refina gong, pero siempre consideras que eso es una enfermedad, entonces en realidad la estás persiguiendo; cuando tú persigues tener una enfermedad, esa enfermedad puede entrar apretujándose. Siendo una persona que refina gong, tu xinxing debe ser alto” (Sexta Lección, Zhuan Falun).

Así es. ¿Lo estaba pidiendo? Shifu y el Fa están aquí, ¿qué me preocupa?

Sentada junto a mamá, el Fa de Shifu aparecía constantemente en mi mente y se lo recitaba. Media hora más tarde, mamá dijo: "¡Hija mía, nunca supe que memorizabas tantas enseñanzas de Shifu!". Respondí: "Shifu está usando mi boca para hablarte, para despertarte".

Mamá se recuperó en un día. Ahora es más fuerte que antes. Nuestros familiares no practicantes también vieron el milagro de Dafa.

Tanto mi madre como yo hemos sido practicantes de Dafa desde 1997. Esperamos que nuestra experiencia pueda ser de alguna ayuda para otros practicantes en la cultivación.