(Minghui.org) Mi hijo se mudó el sexto día del Año Nuevo Lunar. Antes de irse, ofreció incienso y se inclinó ante la foto de Shifu, y le agradeció su protección y ayuda a lo largo de los años. Al contemplar su habitación vacía, se me llenaron los ojos de lágrimas al pensar en el pasado.

Era difícil desprenderme del amor por mi hijo después de tantos años. Quería que tuviera éxito y me sentía frustrada con él por no cumplir mis expectativas. Le exigía mucho y, cuando no veía los resultados que quería, me quejaba y me sentía resentida. Tenía todo tipo de apegos y deseos, y no podía deshacerme de ellos.

Cuando mi hijo volvió a casa del servicio militar, se encerró en su habitación y no se relacionó con nadie. Dormía hasta pasado el mediodía, comía una vez al día, fumaba y jugaba a videojuegos hasta media noche. Pasaba el tiempo así día tras día.

Por mucho que yo hiciera por él, me trataba con desaprobación e indiferencia. Su actitud fría e indiferente me enfadaba y me amargaba. Por eso, cuando sus palabras y sus acciones no cumplían mis normas, le corregía con dureza.

Quería que cambiara según mis criterios y le imponía mis puntos de vista. Ni qué decir tiene que se rebeló y se defendió. Siguieron surgiendo conflictos y nuestra relación se deterioró.

Pensaba que tenía razón, le decía cómo comportarse y me negaba a escuchar sus opiniones y consejos. Me creía infalible. El apego a la reputación, el interés propio y las emociones se apoderaron de mí, y las viejas fuerzas se inmiscuyeron en nuestras vidas. Estaba atrapada emocionalmente y no podía distinguir entre mi yo real y el falso.

Shifu dijo:

"Te digo que estás fantaseando, no eres capaz de intervenir en las vidas de los demás ni de manipular sus destinos, incluidos los destinos de tu esposa, hijos, padres, hermanos, etc., ¿acaso eso ya cuenta porque tú lo dices?" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

He leído esta parte muchas veces. La vida va y viene en el ciclo de la vida y la muerte, y los seres humanos sufren en medio de relaciones de amor-odio. La tierra es el lugar donde cobramos y pagamos las deudas del pasado.

Seguí estudiando el Fa y enviando pensamientos rectos todos los días para eliminar los elementos perversos que había detrás de mis apegos y pensamientos negativos sobre mi hijo. Pedí a Shifu que me ayudara a eliminar la naturaleza demoníaca que afloraba en mí.

Busqué en mi interior y me di cuenta del fuerte apego emocional que sentía hacia mi hijo. Quería que me quisiera, me aceptara y me obedeciera. Todavía quería tener una buena vida, disfrutar de una vida familiar feliz, y disfrutar de la gloria y la alegría que mi hijo podría traerme. Pero mi hijo y yo sólo estamos emparentados por una relación de yeli (kármica) pasada. Su comportamiento beligerante hacia mí tenía el propósito de ayudarme a cultivar y mejorar.

Mi hijo fue a una entrevista no hace mucho y me quedé con él unos días. Estaba bajo mucha presión y le costaba memorizar las respuestas a las preguntas. Se sentía frustrado y discutía conmigo, haciendo un escándalo de las cosas pequeñas.

Aunque estaba de mal humor, no discutí con él ni le dije una palabra para consolarlo. Dejé que se desahogara y le escuché en silencio. Era algo por lo que tenía que pasar y yo sabía que me estaba poniendo a prueba, así que conseguí mantener la calma.

Hace poco, mi cuñada, de Mongolia Interior, trajo a su hija a visitarme. La hija era revoltosa, caprichosa y obstinada con su madre. Se enfadaba y disgustaba con facilidad, y era muy quisquillosa con la comida. Había comida en casa, pero pedía que le llevaran comida y bebía té con leche en lugar de agua. Gastaba el dinero como si fuera agua, hablaba todo el tiempo por el móvil y hacía lo que le daba la gana.

Mi cuñada hacía todo lo que su hija le pedía y no se atrevía a mostrar su enfado. Intentaba mantener una sonrisa y evitaba utilizar palabras desagradables. Mi cuñada estuvo a punto de derrumbarse, pero accedió a todo tipo de exigencias poco razonables de su hija mientras seguía mimándola y consintiéndola.

Los apegos emocionales pueden volver loca a la gente. Lo vi con mis propios ojos y supe que Shifu me estaba mostrando lo egoístas, terribles e insoportables que pueden ser los apegos. Si un cultivador no suelta la emoción, se verá envuelto y atrapado en el abismo del sentimentalismo, y perderá la oportunidad de cultivarse. ¿Quiere algún practicante de Falun Dafa poner en peligro su cultivación de esa manera?

La vida humana está hecha para volver a uno mismo a través de la cultivación. Hay muchos personajes importantes en mi guión, y mi hijo es uno de ellos. Ha estado en mi contra, me ha desafiado y me ha ayudado en cada paso de mi cultivación. Me ha hecho mejorar mi xinxing, y se lo agradezco.

El preludio de la rectificación Fa del mundo humano ya ha comenzado. Me esforzaré por hacer bien las tres cosas, cultivar diligentemente y regresar a casa con Shifu.