(Minghui.org) Practico Falun Dafa desde hace muchos años, sin embargo, siempre sentí que algo me impedía asimilarme al Fa. Cada vez que otros practicantes compartían conmigo sus experiencias de cultivación, tenía que repetir continuamente lo que decían, porque si no, no podía recordar nada.

Me concentraba en estudiar el Fa, pero los pensamientos no dejaban de surgir, me distraían y mi mente divagaba. No me asimilaba al Fa aunque lo leía repetidamente. Sentía que no respetaba a Shifu. Tampoco podía recordar el Fa cuando me encontraba con conflictos.

Shifu habló del "ateísmo" múltiples veces. Me pregunté: ¿Creo en los dioses? Sí, creo. ¿Creo que todo está en manos de Shifu? Sí. ¿Creo que todo está arreglado por Shifu? Sí, creo. Me dije: Ya que creo, necesito comportarme de acuerdo a los requerimientos del Fa.

Cultivándome en medio de los conflictos con practicantes

Me encontré con la señora Jia, que me habló de su hijo y su nuera. Ellos eran recién casados y aún se estaban acostumbrando a la vida matrimonial. Su nuera era una niña mimada y no sabía mucho sobre las tareas domésticas. Tampoco conocía a Falun Dafa. La señora Jia se quejaba mucho de ella, diciendo que su hijo tenía que cocinar, etcétera. El sentimentalismo de la practicante hacia su hijo y la antipatía hacia su nuera eran evidentes.

La señora Jia entendía muy bien los principios del Fa. Podía ver los apegos de los demás y se mostraba muy entusiasta a la hora de ayudar. Entonces, pensé: Ahora, usted está enfrentando una prueba. Sabía que la situación que describía no era cierta. La interrumpí y le señalé sus apegos. Basándome en mi comprensión del Fa, le dije lo que tenía que hacer.

Se sintió ofendida y me dijo que no era amable, que no esperé a que terminara de hablar y que estaba demasiado apegada a mi ego. También me sentí ofendida por ella. Pensé: Toda la mañana te la pasaste con eso; estabas estancada en tu asunto familiar y no consideraste cómo se sentían los demás, ni dejaste que te dieran su opinión. Al volver a casa me sentía deprimida.

Mientras preparaba la cena pensaba en lo ocurrido. Sentía que no lo había manejado correctamente. Sentí pena por ella y que defraudé a Shifu. En lugar de ayudarla, complacía mi apego. Pensaba que ella era buena dando opiniones a los demás, pero que se perdía cuando se topaba con una tribulación. ¿No era esto extremo? Ella entendía bien los principios del Fa, ¿no era esto algo bueno? Debería alegrarme por ella. Me di cuenta de que me faltaba Benevolencia.

Quería que los practicantes me escucharan y siguieran mis ideas, en vez de seguir los requisitos del Fa. Cuando me desviaba del Fa ¿qué podía hacer? Nada. No me sorprende que ella dijera que yo no era amable y que estaba apegada a mi ego.

Lo que cultivamos es el Fa del Universo, y debemos seguir los requisitos del Fa al actuar. Me pregunté qué hacer. Una palabra apareció en mi mente: Bondad. Correcto, debo ser amable, tanto con la gente común como con los practicantes. Como cultivadora, uno también tiene apegos humanos. Cuando surge un apego humano, a veces se manifiesta con más intensidad que en el caso de una persona común. Pero cuando se manifiesta, hay que cultivarse, en vez de señalar que alguien no pasó una prueba. ¡Con Shifu aquí, con Dafa aquí, ella podrá hacer un gran avance!

Tolerancia: ¿qué es lo que toleramos? Recordé que, cuando hablaba con otros practicantes, siempre me fijaba en sus defectos. Quería arreglarlos en lugar de mirar hacia dentro y cultivarme. Shifu me dio algunas pistas: cuando me encontraba con conflictos, necesitaba que mi conciencia principal estuviera al mando y cultivarme yo misma. Le pedí ayuda a Shifu para que me fortaleciera y eliminara esos malos apegos.

Eliminando el resentimiento hacia mis familiares

Mi esposo no quería hacer las tareas domésticas, además de ser exigente y de mente cerrada. Tengo una personalidad despreocupada y no me paro a pensar cuando me encuentro con problemas. Tiendo a abrir la boca y decir cualquier cosa. Después suelo arrepentirme. Pero la próxima vez, vuelvo a decir lo mismo. Ambos nos miramos con desprecio.

Mi esposo tiene una cuñada que es guapa, amable y cariñosa. Todo el mundo la elogia. Sin embargo, mi cuñado era mujeriego y falleció muy joven. Su hijo también tuvo una amante y acabó divorciándose cuando su hijo aún era un adolescente.

Mi esposo sentía que las cosas eran muy injustas para ella. Estaba celosa pero no quería demostrarlo. Siempre quise superar a mi cuñada en todo, pero ella se comportaba mejor que yo en todos los aspectos. Por ejemplo, cuando ayudaba a mi suegra postrada en cama, me ponía guantes para lavar la parte inferior del cuerpo. Sin embargo, mi cuñada decía que la lavaba con las manos desnudas y no le importaba ensuciarse.

Trabajábamos afuera de la ciudad, así que cuando visitábamos a mis suegros, pasábamos por la casa de mi cuñada. Cuando estabamos solas, hablaba muy poco. Pero cuando estaba mi esposo, hablaba mucho. Cuando le aclaré la verdad a mi vecina sobre Falun Dafa, ella se enteró y se lo dijo a mi esposo. Después, él me pegó y yo me enojé mucho.

Como me sentía continuamente dolida, no tenía buenos pensamientos sobre ella. Siempre que mi esposo la elogiaba, yo la criticaba. En el fondo, sabía que se trataba de resentimiento, envidia y mi mentalidad competitiva. Nada de eso es bueno y hay que eliminarlo todo. Me pregunté si todavía quería cultivarme. Si era así, tenía que superarlo.

A través del estudio Fa, Shifu me hizo comprender una capa de significados internos en mi cultivación, así como las relaciones correctas entre la gente. Con el mejoramiento de mi xinxing, mi resentimiento gradualmente disminuyó.

La presión en la vida de mi cuñada la llevó a tener una joroba, y su cara se arrugó. Pensando en las cosas desde su perspectiva, sentía que ella no tenía una vida fácil. Con la traición de su marido y los problemas de su hijo, debía de sentir mucho dolor en el fondo. Mi esposo la trataba con amabilidad. Más allá de que esto indicara que tenía una relación predestinada con ella, también significaba que tenía conciencia y que apreciaba que ella le ayudara a cuidar de su madre.

Cuando mis celos se calmaron, me di cuenta de que mi cuñada había cambiado para mejor. La siguiente vez que le aclaré la verdad no dijo nada malo sobre Falun Dafa. Ahora, cada vez que la visito, siempre tiene una sonrisa en la cara y charlamos alegremente. Mi marido también cambió. Empezó a preocuparse por mí, aprendió a decir las cosas de forma agradable y me elogió delante de la familia. Si no hubiera conocido los principios del Fa, no habría podido salir del resentimiento y habría llevado una vida dolorosa.

Creía que habíamos llegado a un buen final. Pero cuando estaba escribiendo este artículo para compartir, me apareció enfrente mi cuñado fallecido. Era guapo y me guiñó un ojo, como siempre lo hacía. Compartíamos una personalidad similar y éramos como hermanos. Cuando nos veíamos, nos sentíamos cercanos y charlábamos mucho. Mi cuñada siempre se quedaba mirándonos con una sonrisa en la cara.

Me sorprendió lo parecidas que eran las situaciones entre mi marido y mi cuñada, y entre mi cuñado y yo. Antes pensaba que ser alegre era uno de mis puntos fuertes y, sin embargo, causaba daño a los demás. Estas nociones prejuiciosas y modernas son realmente perjudiciales para las personas; por eso, Shifu nos pide que volvamos a los valores tradicionales.

¡Gracias, Shifu! Sé que me equivoqué y seguro lo rectificaré.

Salvar a la gente con Benevolencia

Con el inicio de la pandemia de COVID, la noticia del cierre se extendió por todas partes. La gente vivía con miedo. Catástrofes como inundaciones, incendios y terremotos se sucedieron.

Shifu vino a salvar a los seres conscientes y a impartir el Fa Sin embargo, envenenada por la propaganda del Partido Comunista Chino (PCCh), mucha gente tiene pensamientos negativos sobre Falun Dafa. Por eso, para salvarlos, los compañeros practicantes y yo aprovechamos todo tipo de oportunidades para aclararles la verdad.

Conocí a una pareja que esperaba el autobús. Me preguntó: "¿Cómo es que no llega el autobús? Si hubiéramos sabido que esto pasaría, habríamos conducido". Los saludé y les dije: "Por favor, mantengan la calma. Cuando la tienen, están de buen humor; entonces son menos propensos a las enfermedades". Ellos asintieron y sonrieron.

Al ver que eran ancianos, les dije: "Para la gente de nuestra edad, ¿qué significa la buena suerte? Nada puede ser más importante que tener buena salud, ¿verdad? Cuando no sufrimos, nuestros hijos también pueden centrarse en su trabajo y sufrir menos." Ellos Asintieron.

"Esto es lo que deseamos, pero en realidad es otra la historia. Una enfermedad no depende de si la quieres o no, puede llegar en cualquier momento. Soy bastante afortunada. Cuando di a luz a mi hijo, desarrollé reumatismo posparto. Mi suegra me dijo que la única forma de recuperarme era cuidándome bien durante el periodo tradicional de un mes de reposo, después de un segundo parto. Sin embargo, debido a la política de "un solo hijo", sólo podía dar a luz una sola vez, lo que significaba que tendría que sufrir durante el resto de mi vida. Inesperadamente, de igual manera mejoré".

Me preguntaron: "¿Cómo ocurrió? ¿Qué medicina tomaste?".

"Empecé a practicar Falun Dafa, y mi enfermedad desapareció muy rápidamente". Al oír eso, el hombre bajó la cabeza. Le sonreí y le dije: "Nada de lo que había probado antes me ayudó, pero Falun Dafa sí lo hizo. Nuestro Shifu nos pide que seamos mejores personas. ¡Qué bueno es eso! ¿Por qué iba a intentar engañarte? Veo que eres inteligente. Espero que entiendas la verdad para garantizar tu seguridad en medio de cualquier calamidad".

El hombre dijo que era profesor. Charlamos sobre todo tipo de movimientos políticos bajo el PCCh, y dijo que lo conocía perfectamente. Me preguntó: "El PCCh ha matado a tanta gente, ¿qué podemos hacer?". Le respondí: "Si no hacemos algo al respecto, el cielo lo hará". Existe la piedra de los caracteres ocultos. ¿No usó el cielo esa piedra para advertir a la gente? Cuando llegue el momento de que el cielo elimine al PCCh, si uno no ha renunciado al Partido, será contado como parte de él. Cualesquiera que sean las malas acciones cometidas por el PCCh, uno será contado como cómplice. Sólo renunciando al Partido se puede tener un futuro".

Él respondió: "No creo que renunciar sea importante". Aunque él se negó a renunciar al PCCh, su esposa lo comprendió y renunció al PCCh y a sus organizaciones filiales . Pensé que en un momento crítico, él lo recordaría. También confié en que otros practicantes hablarían con él más adelante y lo ayudarían.

En otra ocasión, vi a un hombre de mediana edad que empujaba a su mujer en una silla de ruedas. Tenía poco pelo y parecía haber pasado por una operación. Además, no paraba de gritar. Ninguno de los dos parecía contento. Me acerqué a ellos y les dije: "Hola, ¿puedo decirle algo?".

El hombre respondió: " Por supuesto".

Le dije a su mujer: "Déjeme que le cuente una historia. Mi suegra estuvo postrada en la cama durante ocho años tras sufrir un derrame cerebral. Después, su mente se normalizó. No sólo no tuvo ninguna recaída, sino que su memoria es mejor que la nuestra".

El hombre exclamó: "¡Eso es imposible!".

Por su aspecto, supuse que la mujer tenía cáncer. Así que le dije: "Escuche, por favor. Al principio, mi suegra se burlaba de mi otra cuñada, diciendo que no era tan buena como yo. Así que le dije: 'Yo tengo mi creencia y mi Shifu ,me protege. Perdiste la movilidad y necesitas que te cuiden. Independientemente de lo que haya pasado antes, deberías estarle agradecida'. Le dije que recitara las frases: '¡Falun Dafa es maravilloso!' '¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es maravilloso!'".Cuando no estaba de buen humor

La mujer se calmó y me escuchó. Cuando le pregunté si quería estar de buen humor, me dijo que sí.

"Comprendo que no estés de buen humor, porque no te sientes bien. Antes tenías movilidad y podrías ocuparte de las cosas". Ella asintió.

"Cuando estás enferma, te conviertes en una carga para los demás. Entonces te sientes mal y no quieres seguir con tu vida".

Volvió a asentir con la cabeza, así que continué: "¿Pero has pensado que tu esposo también sufre?".

"¡Es verdad!" exclamó el hombre.

Continué: "Te lleva en silla de ruedas. Deberías darle las gracias, porque él tampoco lleva una vida fácil. Piensa en su bondad. No le grites ni lo insultes. Cuando no te sientas bien, recita esas frases. Seguramente te servirán. Deja que tu marido las recite, ¿de acuerdo?". Ella respondió: "Sí".

Entonces, le dije al hombre: "No se enoje. Nadie quiere estar enfermo y que lo atiendan. Ustedes son marido y mujer, tienen que valorar esa relación".

Él respondió: "¡Gracias! Eres muy amable".

"Es mi Shifu quien me enseña a ser así. Por favor, recuerda las frases: 'Falun Dafa es maravilloso', 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia es maravilloso'". Después de renunciar al Partido y a sus organizaciones afiliadas, se fueron con buen humor.

Hay muchas historias conmovedoras, pero aquí solo destaco un par de ellas.

¡Gracias, Shifu!