(Minghui.org) Hace siete años me ocurrió algo que me dio un entendimiento mucho más profundo sobre negar la persecución.

En octubre de 2016, muchos practicantes de Falun Dafa en nuestra ciudad fueron arrestados, incluyéndome. Mi primer pensamiento fue que esto era injusto: "¿Por qué me persiguen otra vez? ¿Qué puedo hacer para evitarlo?".

Mientras pensaba esto, todo mi cuerpo empezó a temblar. De repente me di cuenta de que mis pensamientos no estaban alineados al Fa, y eran egoístas y desde el miedo. Así que envié pensamientos rectos para eliminar estos apegos.

Al cabo de un rato, mi mente se estabilizó y dejé de temblar. Empecé a mirar en mi interior. Recordé un artículo que había escrito recientemente basado en mi idea de que los discípulos de Dafa no deben ser perseguidos. Pensé: "¿Estaba mi entendimiento equivocado sobre los principios del Fa? Me acaban de llevar a la estación de policía y, ¡estoy siendo perseguida!".

Al reflexionar sobre mi entendimiento de los principios del Fa, llegué a la conclusión de que lo que había dicho en mi artículo era correcto. Tenía una fe firme en Shifu y en el Fa y no reconocía ninguna de los arreglos de las viejas fuerzas. Aunque fui llevada a la estación de policía, todo esto era una prueba, y las cosas cambiarían si yo cambiaba. Después de todo, dondequiera que estuviera, ese era mi entorno de cultivación.

Sin embargo, nada ocurre por casualidad. Todavía tenía apegos humanos, áreas en las que no me ajustaba al Fa y necesitaba elevarme: ¡Esto debía ser el por qué ocurrió la prueba! Necesitaba mirar dentro de mí, eliminar mis brechas, mejorarme y convertir algo malo en algo bueno.

Como discípulos de Dafa, siempre debemos mirar hacia adentro y cultivarnos, independientemente de las circunstancias. Después de hacer esto y eliminar mis apegos, llegué a estar aún más firme en el Fa. Mi fe en el Fa y en Shifu se hizo más sólida, y los principios del Fa fueron más claros para mí. Eliminé mi egoísmo y mi miedo. No me importaba tanto si estaba dentro o fuera de la estación de policía. Experimenté una inmensa tranquilidad interior y me iluminé al principio del Fa de que, tanto las cosas buenas como las malas son en realidad cosas buenas.

Mi compasión surge al recitar el Fa

No tenía resentimiento por los policías porque sabía que todos los seres conscientes esperan la salvación a través de Dafa, sólo que olvidaron sus intenciones originales cuando vinieron al mundo humano. El hecho de que estuvieran participando en la persecución a los discípulos de Dafa, les cargaría con pesadas deudas de yeli e incluso pondría en peligro su oportunidad de ser salvados.

Aunque no les guardaba rencor, mi compasión aún no era lo suficientemente fuerte: quería salvarlos, pero me faltaba la urgencia para hacerlo. Así que recité el poema de Shifu una y otra vez:

"Los discípulos del Fa sufren la tribulación demoníaca

Los que son arruinados son las multitudes de seres

Todos son multitud de los Cielos

Bajaron al mundo para esperar por el Fa

Con el cuerpo en el mundo humano

No seas cegado por las mentiras”

(Vida tras vida naciendo por ello, Hong Yin III)

Al principio lo recité rápidamente, dejando que el Fa llenara todo mi cuerpo a nivel macro y micro. Luego lo recité despacio, reflexionando sobre el significado profundo de cada palabra. La policía detenía a los discípulos de Dafa, así que enfrentarían destrucción en el futuro. Imaginé escenas de innumerables policías sufriendo en agonía en su camino de destrucción. Habían sido profundamente envenenados por las mentiras y habían perdido su camino debido a las tentaciones de la fama y la fortuna. ¡Era verdaderamente lamentable! Surgió mi compasión y no pude evitar llorar.

Aclarando la verdad a los policías

Durante el interrogatorio, me negué a cooperar y permanecí en silencio o les hablé de Falun Dafa. Ninguno de los agentes me maltrató. Cuando sólo había un policía en la sala, escuchaba en silencio o me hacía preguntas sobre cosas que él no entendía. Un agente incluso me dijo amablemente que había cámaras en la sala. Me alegré de que estuvieran dispuestos a escuchar la verdad y a tener buenos pensamientos, que sentarían las bases de un futuro mejor.

Antes de dar las ocho de la noche, llegó un agente de policía de la oficina de Seguridad Pública de la ciudad. Parecía un líder y al principio habló de forma poco amistosa. Dijo que había venido expresamente a verme y que estaban pensando en llevarme a un centro de detención. Firmemente negué esto en mi mente y pensé: "Lo que usted diga no cuenta. ¡Sólo cuenta lo que dice Shifu! Sólo sigo el camino arreglado por Shifu, ¡y rechazo cualquier otro arreglo!".

Entonces pensé que no debía permitir que los seres conscientes cometieran crímenes contra Dafa, así que empecé a aclararle la verdad sobre Falun Dafa. Su tono se suavizó y me hizo algunas preguntas. Al final, dijo que le gustaba hablar conmigo y escuchar lo que yo tenía que decir. Luego se fue, y me di cuenta de que otra vida había sentado las bases para un futuro mejor.

Regresando a casa después de negar completamente la persecución

Poco después de que se marchara el oficial de policía de la oficina de seguridad pública de la ciudad, me trasladaron de la sala de interrogatorios a la sala de guardia, donde había muchos oficiales. Me dijeron que si escribía las declaraciones de garantía para renunciar a Dafa, me pondrían en libertad. Si no lo hacía, me llevarían lejos. Me negué firmemente a cooperar, manteniendo mi fe en Shifu y en Dafa y negando todo lo que no fuera un arreglo de Shifu. Seguí aclarándoles la verdad.

Me mostraron una lista de cosas que habían confiscado de mi casa y me dijeron que si la firmaba, dejarían que me fuera. Si no, me llevarían lejos. La situación parecía muy tensa en ese momento. Pude ver que la lista sólo contenía detalles de los objetos confiscados y no contenía ningún comentario irrespetuoso sobre Shifu ni sobre Dafa. Un pensamiento humano vino a mi mente: "Sé que no debo cumplir ninguna de sus órdenes o instrucciones, pero si firmo la lista, podré irme a casa...". Mis pensamientos empezaron a desviarse del Fa, y mi convicción vaciló durante esta intensa batalla en mi mente.

Al darme cuenta de que mi estado mental era erróneo, miré rápidamente en mi interior para corregirme. Descubrí mi apego al yo y un fuerte deseo de volver a casa. Aferrarme a este deseo de volver a casa era lo mismo que reconocer la persecución de las viejas fuerzas. Podía cultivar Dafa y ayudar a Shifu a salvar a los seres conscientes dondequiera que estuviera.

Cuando mis pensamientos volvieron al camino recto, Shifu me dio una pista que me recordó que mi esposo (que también es practicante) y yo habíamos sido arrestados al mismo tiempo. Si yo firmaba la lista y me iba a casa, la policía podría utilizarla como prueba contra él, ¡lo que le habría perjudicado tanto a él como a los agentes! Esta constatación me produjo escalofríos y me hizo estar aún más decidida a cultivar con diligencia. Todos mis pensamientos, todas mis palabras y todas mis acciones debían ajustarse a Dafa. No debía firmar la lista, aunque eso significara que podía acabar en la cárcel. Sin embargo, al mismo tiempo, creía que no iría a la cárcel porque estaba siguiendo resueltamente el camino arreglado por Shifu, un camino recto libre de cualquier persecución.

Cuando verdaderamente me iluminé a los principios del Fa y fortalecí mi entendimiento, fue tal como Shifu nos enseñó:

“Cuando atravieses una tribulación verdadera o una prueba, haz el intento; si es difícil de tolerar, trata de tolerar; si parece difícil de realizar y dicen que es difícil, entonces prueba un poco, a ver si realmente va o no va. Si de veras puedes llevarlo a cabo, descubrirás realmente que, ¡tras el verde oscuro del sauce, se hallan resplandecientes flores y otra nueva aldea!” (Novena Lección, Zhuan Falun). 

Esa noche regresé a casa sin haber cooperado con la policía. Estoy agradecida por la compasiva protección de Shifu, por despertarme en un momento crucial y por ayudarme a obtener una comprensión más profunda de los principios del Fa.

Más tarde me dijeron que, esa noche, antes de que el oficial de policía de la oficina de Seguridad Pública de la ciudad se fuera, ya había decidido dejarme ir. Fue mi propio egoísmo el que me retuvo en la estación de policía otras tres horas.

Nada nos ocurre por casualidad. ¡Discípulos de Dafa aprovechemos cada oportunidad para cultivar más diligentemente y así poder elevarnos!