(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 2014. He entendido muchas cuestiones sobre la vida desde entonces. Ahora entiendo el verdadero significado y propósito de haber recibido un cuerpo humano. Al principio no entendía qué significaba la cultivación, pero poco a poco fui atravesando pruebas y iluminándome a lo que implica la auténtica cultivación.

Comenzando a practicar Dafa

Mi esposa tenía un tumor maligno en el cuello antes de practicar Falun Dafa. Ella pasó por dos operaciones para extirparlo. El médico se negó a preparar una tercera operación, argumentando que podía poner en peligro su vida y que una recaída indicaría que estaba cerca de la muerte. El médico nos aconsejó que volviera a casa a descansar y a recuperarse, que básicamente significaba que esperara su momento. Desesperanzados volvimos a casa.

La salud de mi esposa iba empeorando día a día, hasta el punto que incluso barrer el suelo se convirtió en un reto para ella. Me sentí desesperado, por lo que le dije que aprendiera Falun Dafa con mi madre, aunque era escéptico que eso la pudiera ayudar.

Mi madre practicaba Falun Dafa desde hacía muchos años y gozaba de buena salud. Poco después de que mi esposa comenzó a practicar Dafa, el tumor de su cuello desapareció milagrosamente y nunca volvió a aparecer. Fui testigo del milagro y comencé a practicar Falun Dafa con ella. Shifu dio a mi esposa una segunda vida y ahora ella se cultiva diligentemente. Shifu también me dio la oportunidad de practicar Falun Dafa.

Abandonando un mal hábito arraigado

Yo era irascible y brusco y a menudo decía palabrotas. Con la ira y el abuso verbal que me rodeaban creaba yeli. Debido a esto y al yeli que acarreaba debido a mis vidas anteriores, antes de practicar Falun Dafa tuve varias enfermedades, como dolores de cuello que me impedían dormir, dolores de muelas y estomacales. Me sentía atormentado.

No obstante, después de practicar Falun Dafa, me recuperé de todas las enfermedades que había sufrido durante años. Y lo más importante, no necesité ninguna intervención médica. No obstante, no pude abandonar mi hábito de insultar. Cada vez que escuchaba algo desagradable me ponía a maldecir. Mi esposa tuvo que aguantar mi lenguaje ofensivo durante muchos años. Una vez vino mi hijo cuando estábamos hirviendo cangrejos en una olla. Dijo que según las últimas noticias el marisco estaba contaminado y que no deberíamos comerlo. Me enfurecí y le regañé por creerse las noticias falsas publicadas por el Partido Comunista Chino (PCCh). Me enfadé tanto que tiré la olla con los cangrejos en un lugar de nuestro jardín.

Mi esposa vio que estaba a punto de perder el control, así que pidió a mi hijo y a mi nuera que se dieran prisa en marcharse. Al ver que mi mujer estaba ayudando a nuestro hijo, dirigí toda mi ira hacia ella y le dije algunas palabras ofensivas. Ella se sentó en el sofá sin decir una palabra. Su silencio me enfureció aún más y la insulté con palabras más duras. Cuando por fin me calmé, mi esposa me dijo que en realidad estaba enviando pensamientos rectos en ese momento porque sabía que no era yo sino mi yeli lo que me estaba enfureciendo. Me recordó que, puesto que había elegido cultivarme, debía comportarme siempre según las normas de un cultivador. Sabía que estaba equivocado, pero no podía controlarme. "Comprendo todos los principios", le dije al final a mi esposa. "No pude controlarme en ese momento. Después me arrepentí y ya no quise perder los estribos".

Después de empezar a practicar dejé algunos malos hábitos como el de beber alcohol y el de apostar. Sin embargo, en aquel momento no consideré la cultivación como un asunto serio y descuidé el cultivarme en muchas cosas pequeñas. Bebí unas cervezas durante una reunión social en 2016 en la que uno de mis amigos nos presentó a una chica para mi hijo menor. Sabía que no debía beber cerveza, pero me costó dejar de hacerlo y no logré controlarme. Al cabo de unos días la mujer perdió el interés de salir con mi hijo. Me enfadé y regañé a mi esposa y a mi hijo. Al día siguiente, cuando volvía a casa, sentí que me pasaba algo en la boca. Cuando llegué a casa, mi nuera me dijo: "¿Por qué tienes la boca torcida y el ojo un poco rasgado?". En ese momento, me di cuenta de que comer y beber se había convertido en un problema que debía dejar atrás. Mis síntomas se parecían a lo que los lugareños llaman parálisis de Bell o parálisis facial.

Mi hijo y mi nuera quisieron llevarme inmediatamente al hospital. Sonreí y les dije que no estaba enfermo y que no era necesario ir al hospital. Mis amigos también me aconsejaron qué hospital era bueno o qué remedios podían tratar la enfermedad. Me negué educadamente. En aquel momento no sabía lo que era mirar hacia dentro. Reflexioné y comprendí que Shifu me estaba insinuando que tenía que desprenderme de un apego. Entendí claramente que debía dejar ir mi comportamiento inadecuado durante aquellos días. No era en absoluto lo que la gente llamaba parálisis de Bell. Me corregí inmediatamente basándome en el Fa. Definitivamente no seguiría los arreglos de las viejas fuerzas.

En mi corazón le rogué a Shifu que me perdonara. Luego, empecé a estudiar el Fa, a hacer los ejercicios y a enviar pensamientos rectos con mi esposa. Intenté corregir cada una de mis palabras y acciones. En dos o tres meses, todos los síntomas desaparecieron. Al ver mi rápida recuperación, mi familia, amigos y colegas me preguntaron dónde me había tratado, qué medicación había tomado y qué remedios había utilizado. Al principio dudé en decir que me había recuperado practicando Falun Dafa. Luego me di cuenta de que no era correcto. Estaba claro que Shifu y Dafa me habían salvado. Pensé: "¿Por qué no aprovecho esta oportunidad para validar el Fa?". Entonces, admití: "No usé ningún remedio ni medicación. Fueron mi Shifu y Dafa quienes curaron mi enfermedad. Me recuperé practicando Dafa". Amigos y colegas presenciaron este milagro y se alegraron de verdad.

Soy camionero y viajo a menudo. Tengo muy poco tiempo para estudiar el Fa o hacer los ejercicios. O saco tiempo para estudiar el Fa en casa o escucho las enseñanzas de Shifu mientras conduzco el camión. Mi carácter mejoró lentamente, pero durante la carga o descarga de mi camión, a menudo todavía pierdo los estribos y me enfado si las cosas no están como yo creo y después me arrepiento.

Una vez volví a discutir con la gente durante un proceso de carga. Mi esposa me criticó y me dijo unas palabras al llegar a casa. Volví a enfadarme. Mi nieta de tres años me dijo: "Abuelo, deja de decir palabrotas. Si sigues diciendo palabrotas, se te volverá a torcer la boca". Al oír esto, me di cuenta inmediatamente de mi error. Shifu me insinuaba por boca de mi nieta, ya que yo no me iluminaba. Me odié por ser tan decepcionante, por no mantener siempre mi carácter y hacer que Shifu se preocupara. Me decidí a desenmascarar este mal hábito, afrontarlo y eliminarlo.

Los cultivadores deben dar a la gente una sensación de amabilidad y compasión. ¿Dónde están los inmortales que siempre refunfuñan y se quejan? Debo cambiar y convertirme en un verdadero cultivador.

Seguir las enseñanzas de Shifu y salvar a más personas

Ni mi esposa ni yo sabemos cómo aclarar la verdad hablando directamente a la gente, así que decidimos distribuir materiales informativos sobre Dafa. Cuando conduzco para entregar mercancías, mi esposa viene conmigo, y encontramos tiempo para distribuir materiales de Dafa juntos. Si no tengo que conducir, distribuimos materiales en un área local. Hace unos días, cuando distribuía materiales en un pueblo, nada más entrar en un callejón me encontré con un hombre de unos 50 años. Inmediatamente le entregué un folleto. Mientras tomaba el folleto me preguntó: "¿Esto de Falun Dafa es bueno?". Le respondí: "Sí, Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno". Rápidamente tomó el folleto y dijo: "Falun Dafa es mucho mejor que Jiang Zemin y el PCCh. Nos han engañado y perjudicado terriblemente. Gracias por darme la verdad. Sólo lo que usted dice es la verdad". Me sentí muy gratificado al escuchar sus palabras. Por fin la gente despertaba y comprendía. Los esfuerzos de los discípulos de Dafa no fueron en vano. Seguiremos trabajando duro para salvar a la gente.

En otra ocasión estábamos distribuyendo materiales informativos por la noche. Como estaban reparando la carretera del pueblo, la calle era irregular y estaba llena de baches. Accidentalmente me torcí el pie y oí un crujido como si mi pie izquierdo se hubiera torcido. Fue un dolor insoportable. Sin vacilar, me puse en cuclillas y utilicé la mano para devolver el pie a su posición correcta. Luego continué distribuyendo materiales. Pensé que esto era una interferencia de las viejas fuerzas para que no salvara a la gente. No dejaré que interfieran conmigo, y sólo seguiré el camino dispuesto por Shifu para salvar a la gente, salvar a la gente, salvar a más gente.

Cuando volví a casa tenía todo el pie hinchado. No le presté mucha atención. Sabía que había eliminado yeli. Mi pie se recuperó a los pocos días.

Cambiar las nociones humanas lleva a la mejora

Shifu nos enseñó:

Si no cambias la lógica humana que tú, como persona común, has formado profundamente en tus huesos por miles de años, no podrás desprenderte de esta cáscara superficial humana ni obtener la perfección” (Palabras de advertencia, Escrituras esenciales para mayor avance).

La enseñanza de Shifu me ha conmovido profundamente. En efecto, son mis nociones las que obstaculizan mi mejora. Las nociones son cosas humanas. Debemos cambiar estas cosas humanas para cultivar las cosas divinas. Empecé a exigirme una disciplina estricta. Cuando sentía el impulso de enfadarme, me decía que aguantara, que no insultara ni perdiera los estribos, como deben contenerse los cultivadores. Cuando cenaba con amigos, también me abstenía de beber alcohol. Mientras pensara en mí como cultivador, era fácil hacerlo. Mi esposa y yo salimos a generar conciencia siempre que tenemos tiempo. Ahora tenemos el valor de dar los materiales informativos cara a cara a la gente durante el día.

A través de un profundo estudio del Fa, me di cuenta de que sólo rompiendo con las nociones humanas se puede llegar a ser un verdadero cultivador. Siempre había estado ayudado a mi esposa a cultivarse comportándome mal. Ahora, estoy decidido a dejar esos comportamientos y acciones impropias, mantener pensamientos rectos y cultivar diligentemente junto con mi esposa, retribuyendo la compasión ilimitada de Shifu.