(Minghui.org) Una maestra jubilada de Jardín de infantes de 60 años de la ciudad de Helong, provincia de Jilin, ha sido sentenciada a cuatro años y medio por intentar recuperar su pensión, que había sido suspendida debido a su anterior sentencia a prisión por su fe en Falun Gong.
Falun Gong es una práctica cuerpo-mente perseguida por el Partido Comunista Chino desde julio de 1999.
La Sra. Sun Qingju fue detenida por agentes de la Estación de Policía de Bajiazi el 8 de abril de 2022. Fue puesta en libertad esa misma noche, pero fue detenida de nuevo el 29 de agosto de 2022. Los agentes de la Estación de Policía de Hebei y de la Oficina de Seguridad Nacional de Bajiazi la pusieron en libertad al día siguiente, pero volvieron a detenerla el 31 de agosto. La Sra. Sun fue detenida inicialmente en el Centro de Detención de la ciudad de Dunhua antes de ser trasladada al Centro de Detención de la ciudad de Yanji.
La Procuraduría de Longjing acusó a la Sra. Sun y el Tribunal de Longjing la sentenció. Tanto Longjing como Helong están bajo la administración de la Prefectura Autónoma Coreana de Yanbian, en la provincia de Jilin.
La Sra. Sun se encuentra detenida en la ciudad de Changchun, pero se desconoce su paradero exacto.
No es la primera vez que la Sra. Sun es perseguida por su fe. Durante los últimos 24 años, tanto ella como su familia han sufrido enormemente a manos del régimen comunista. Su hijo era todavía un niño cuando se produjeron sus cuatro primeras detenciones. La policía incluso retuvo al niño, que entonces cursaba tercer grado, como rehén en 2013 en un intento de obligarla a renunciar a Falun Gong. Su hija quedó tan traumada que desarrolló numerosas enfermedades a lo largo de los años. El esposo de la Sra. Sun se divorció bajo presión. Se volvieron a casar seis años más tarde, para divorciarse de nuevo ante las presiones.
La suspensión de la pensión de la Sra. Sun se derivó de su anterior sentencia a cuatro años de prisión, de mayo de 2012 a mayo de 2016. En noviembre de 2021, la Oficina de Seguridad Social de la ciudad de Helong le ordenó que devolviera los 150.000 yuanes (20.250 USD) de pensión que había recibido durante sus cuatro años de prisión. Ella se negó a cumplir la orden porque las pensiones eran sus bienes legítimos. Poco después, la Oficina de Seguridad Social le suspendió la pensión. Recurrió a ellos para que le restituyeran la pensión, pero en agosto de 2022 fue detenida y sentenciada a una segunda resolución de prisión.
La Sra. Sun ya ha explicado su persecución en el pasado y la suspensión de su pensión. A continuación, su propio relato:
Antes de empezar a practicar Falun Gong, sufría muchas dolencias, como insomnio grave, diabetes y una afección cardiaca. Perdí casi toda la audición debido a una otitis media (infección del oído medio). Incapaz de soportar el sufrimiento, intenté quitarme la vida en dos ocasiones, pero no lo conseguí.
Después de aprender Falun Gong, excepto mi problema de audición, todos los demás problemas desaparecieron. Estoy agradecida a Falun Gong por salvarme la vida.
Lamentablemente, el régimen comunista chino ordenó la persecución en 1999, causando un dolor indescriptible a innumerables familias, incluida la mía. Fui detenida cuatro veces y sentenciada a prisión. También estuve en un centro de detención, en un centro de lavado de cerebro y en un hospital psiquiátrico, donde me torturaron, me maltrataron verbalmente y me ordenaron renunciar a Falun Gong.
La policía me lastimó los dedos con lápices, provocándome moretones y sangrado. También me golpearon la cara con botellas de agua y tablas de madera, lo que hizo que se me hinchara la cara y me sangraran los oídos. En otras sesiones de tortura, me patearon con botas de cuero y me agarraron del pelo para golpearme la cabeza contra la pared. También me obligaron una vez a permanecer de pie durante diez días sin dormir.
Mientras estuve detenida, mi familia también vivió atemorizada. Sus vidas también se vieron afectadas de muchas maneras diferentes.
Mis cuatro detenciones ocurrieron cuando mi hijo aún era pequeño. Cuando la policía me interrogó antes de que me sentenciaran en 2013, retuvieron a mi hijo, de tercer curso, como rehén en un intento de obligarme a ceder.
Cuando mi hija, que ya era adulta, viajó desde una ciudad del sur para visitarme, los guardias la maltrataron verbalmente y la humillaron, sin permitirle que me viera. Más tarde me contó que la angustia mental le provocó varias dolencias, de las que no se ha recuperado once años después.
La presión mental que soportó mi esposo fue la más grave. Después de tantas veces de acoso, empezaba a temblar involuntariamente cada vez que alguien llamaba a la puerta. También padecía una grave afección cardíaca.
En un momento dado, la policía también lo detuvo y lo retuvo durante tres días. Le golpearon y abusaron verbalmente de él. Este incidente le provocó resentimiento hacia mí y hacia Falun Gong.
Mi esposo y yo nos conocíamos desde que estábamos en primer curso. Siempre habíamos estado en la misma clase, desde la escuela primaria hasta la secundaria. Después de graduarnos, encontramos trabajo en el mismo sitio. Tuvimos un hijo y una hija después de casarnos. Éramos una familia muy feliz. Pero a causa de la persecución, nos divorciamos, dos veces.
Seis años después del primer divorcio, nos volvimos a casar. Pero sólo unos meses después, me volvieron a sentenciar. Mi esposo vino al centro de detención dos veces, exigiendo divorciarse de mí por segunda vez. No tuve más remedio que aceptar. Más tarde se casó con otra mujer y formó otra familia.
Tras mi puesta en libertad, seguí sufriendo presiones tanto de mi familia como de la sociedad, lo que causó tremendas dificultades en mi vida diaria.
En noviembre de 2021, recibí una llamada de mi lugar de trabajo y me pidieron que fuera a la Oficina de Seguridad Social a buscar a la directora Zhang. Fui por la tarde. Entregué mi documento de identidad a la Sra. Zhang como me lo pidió y le pregunté de qué se trataba la reunión.
Me preguntó: "¿Has traído el veredicto?".
Me quedé estupefacta y le dije que no lo tenía.
"¿Cuánto duró tu sentencia? ¿Cuándo te sentenciaron?".
"La sentencia fue de cuatro años. No recuerdo la fecha exacta de la sentencia".
También me preguntó cuándo me jubilé, antes de sacar un papel y ordenarme que les pagara 150.000 yuanes (20.250 USD).
"¿Por qué?" le pregunté.
Me indicó que era para que devolviera la pensión que cobré durante los cuatro años de condena. También me dijo que me habían descubierto gracias al análisis de datos masivos.
Le dije que no había cometido ningún delito practicando Falun Gong y que me habían perjudicado. Falun Gong es una disciplina de la escuela Fo y enseña Verdad, Benevolencia, Tolerancia. Se ha extendido por todo el mundo y sólo se persigue en China. También dije que no era bueno que me persiguieran.
Mientras hablaba, el familiar que me acompañaba se asustó y me tapó la boca para que dejara de hablar.
Unos días después, fui a la Oficina de la Seguridad Social y les pedí que no me suspendieran la pensión. Esta vez, la actitud de la directora Zhang fue muy mala e insistió en que pagara los 150.000 yuanes.
Le dije que no podía pagarlo y que tenían que dejarme sobrevivir.
Ella me indicó que sólo cumplía la ley.
Le dije que la ley laboral china no estipulaba tal cosa y le repetí que no había violado la ley al practicar Falun Gong.
Me amenazó con denunciarme a la policía y dejar que me detuvieran si seguía hablando.
Como había reservado un boleto de avión para un viaje, me marché unos días después. Cuando pedí a mi familia que retirara mi pensión con mi tarjeta bancaria mientras estaba fuera de la ciudad, descubrieron que mi pensión ya había sido suspendida.
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Categoría: Hechos de la persecución