(Minghui.org) La Sra. Liao Yuying de 85 años, de la ciudad de Maoming, provincia de Guangdong, ha estado luchando contra la hipertensión y otros síntomas, pero las autoridades nunca han dejado de acosarla por su fe en Falun Gong, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

Durante el último acoso, el 15 de agosto de 2023, la policía la llevó al hospital y luego a un centro de detención en ambulancia. Sólo después de que el centro de detención se negara a admitirla debido a su mal estado de salud, la policía se la llevó a casa, pero amenazaron con volver pronto.

El suplicio de la Sra. Liao comenzó con una detención el 21 de abril de 2022. Aunque la pusieron en libertad ese mismo día, desde entonces la han acosado con frecuencia. La policía cambió la cerradura de la puerta de su casa en junio de 2022 y se quedó con una llave. Para evitar más persecuciones, la Sra. Liao vivió fuera de casa, pero tuvo que regresar un mes después debido al deterioro de su salud y a dolores sistémicos.

La Sra. Liao estaba postrada en cama cuando la policía volvió a acosarla el 20 de enero de 2023, dos días antes del Año Nuevo Chino. Intentaron llevársela, pero luego cedieron debido a la gravedad de su estado.

En marzo de 2023, varios agentes acudieron de nuevo e intentaron llevarla al Tribunal para que firmara el documento de su caso. Ella no entendía lo que pasaba y rompió a llorar. Sus vecinos oyeron sus gritos y se acercaron para ver cómo estaba. Como no querían que sus vecinos vieran lo que estaban haciendo, la policía se marchó rápidamente.

Dos días después, la policía llamó al hijo de la Sra. Liao y le ordenó que pagara una multa de 5.000 yuanes (675 USD) en su nombre. Se negó a hacerlo, incluso después de que la policía le llamara repetidamente.

La policía volvió a llamar a la puerta de la Sra. Liao el 20 de abril. Ella se negó a dejarles entrar. A la mañana siguiente, después de que la Sra. Liao saliera, la policía habló con sus vecinos y les preguntó por ella. Los policías dijeron que sólo iban a visitarla y le llevaron unos plátanos. Prometieron que esta vez no la detendrían.

Momentos después de que la Sra. Liao regresara a casa, la policía vino de nuevo y le pidió que fuera al tribunal a firmar el documento de su caso. Ella insistió en que no iría.

A medida que aumentaba la presión, la Sra. Liao sufría fuertes dolores en las piernas y no podía levantarse de la cama.

El 25 de abril, varios miembros de la Procuraduría del Distrito de Maonan obligaron al hijo de la Sra. Liao a llevarlos a su casa. Anunciaron que era culpable de poseer libros de Falun Gong. Además de obligar a su hijo a firmar el documento del caso en su nombre, también le ordenaron que le agarrara la mano y presionara su huella dactilar en el documento. El procurador dijo entonces que se le permitía cumplir condena en casa. Como ni la Sra. Liao ni su hijo conocían los procedimientos legales y el procurador se negó a explicarles qué era el documento, no estaban seguros de si la Sra. Liao había sido realmente sentenciada o si estaba acusada y se enfrentaba a un juicio.

El jefe de la Estación de Policía de la ciudad de Lintou y miembros de la Procuraduría del Distrito de Maonan volvieron a apersonarse en el domicilio de la Sra. Liao el 11 de agosto de 2023. Ella se negó a abrir la puerta. Los agentes intentaron entregarle algunos documentos, pero ella se negó a aceptarlos, por lo que los agentes se marcharon.

El jefe de policía y el subjefe (de apellido Deng) de la Estación de Policía del pueblo Lintou acudieron con dos agentes más al domicilio de la Sra. Liao sobre la una de la tarde del 15 de agosto de 2023. También tenían preparada una ambulancia. Cuando la Sra. Liao volvió a negarse a abrirles la puerta, utilizaron unos alicates para romper la cerradura. Entonces obligaron a la Sra. Liao a abrir la puerta. Los dos jefes de policía irrumpieron y la llevaron a la ambulancia que esperaba fuera.

La policía llevó primero a la Sra. Liao al hospital para hacerle un examen físico. Su presión sistólica era de 216 mmHg, cuando el rango normal es de 95-145 mmHg para adultos mayores de 61 años. Debido a su hipertensión y a su dificultad para caminar, el Primer Centro de Detención de la ciudad de Maoming le negó la entrada cuando la policía la llevó allí tras el reconocimiento médico.

La policía volvió a llevar a la Sra. Liao al hospital para realizarle otro examen que confirmó que su presión arterial seguía siendo muy alta. Al no poder detenerla, la llevaron a la estación de policía y tomaron sus huellas dactilares.

Eran las 2 de la madrugada cuando la policía se llevó a la Sra. Liao de vuelta a casa. Durante todo el día, la policía sólo le dio un plato de sopa de arroz. También la amenazaron con volver al día siguiente.

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