(Minghui.org) Los practicantes de Falun Dafa se benefician con la práctica.
Primera caída en el trabajo
Me caí en diciembre de 2020 cuando trabajaba en un supermercado. Cuando me levanté, no podía mover la mano derecha. Parecía como si el brazo derecho se me hubiera atascado en el hombro. La clavícula derecha me sobresalía. Me retiré al depósito trasero para hacer los ejercicios de Falun Dafa, pero era incapaz de mover el brazo derecho. Pensé: "Tengo que volver al trabajo. Haré lo que tenga que hacer". Y terminé mi turno.
En casa, empecé a hacer los ejercicios enseguida. Me dolía mucho el brazo derecho, así que hice lo que pude. Me preguntaba: "¿Qué hago ahora? ¿Cómo me cambiaré de ropa, me ducharé y me arreglaré? ¿Pregunto a otros practicantes? No, no arriesgaría la seguridad de todos por ponerme en contacto con ellos para esto. ¿Se lo digo a mi familia? No, superaré esta tribulación por mí misma". Soportando el dolor, seguí con mi día como de costumbre.
Sin embargo, mi aspecto no era el mismo. Perdí más de 5 kilos en pocos días. Mi madre sufrió una caída similar con los mismos síntomas. Nunca más pudo levantar la mano derecha por encima de la cabeza y sufrió dolores hasta que falleció. Mi mente se agitaba cuando pensaba en mi madre. Temía correr la misma suerte. Los pensamientos negativos afloraban constantemente. Me di cuenta de que esos pensamientos no formaban parte de mí, eran ilusiones. Soy una cultivadora, no una persona corriente. Shifu y el Fa están a mi lado, así que nada me detendría.
Un mes más tarde, cuando me desvestía para ducharme, ocurrió algo milagroso. Pude levantar el brazo derecho por encima de la cabeza. Mi brazo pasó de estar inmóvil a tener una amplitud de movimiento total. Se me llenó la cara de lágrimas. Le di las gracias a Shifu. El brazo volvió a ponerse rígido después de ducharme. Sabía que Shifu estaba utilizando el poder de Dafa para animarme; aún tenía que averiguar por qué me había caído y corregirme.
Cuando reflexioné sobre mí misma, además de otros apegos, creí que la razón por la que me caí fue porque no aclaré bien la verdad. Acababa de mudarme a un nuevo lugar y había encontrado trabajo en un supermercado. A pesar de que el flujo de gente en el supermercado era intenso, no aclaré proactivamente la verdad a la gente. Tenía un fuerte deseo de comodidad y de presumir de mi apartamento ante mis parientes. Estas eran brechas.
A través del estudio intenso del Fa, la memorización del Fa, la realización de los ejercicios y la aclaración continua de la verdad, mi brazo derecho empezó a mejorar.
Segunda caída en el trabajo
Justo cuando mi brazo estaba volviendo a la normalidad, me caí otra vez en enero de 2021. Fue peor que la primera caída. Mi brazo derecho parecía incluso roto y no podía moverlo en absoluto. Mi primer pensamiento fue: "Estoy bien". Sin embargo, mi segundo pensamiento fue: "¿No estaría bien que algún médico rural me lo arreglara?". Inmediatamente me di cuenta de mi pensamiento incorrecto y lo eliminé. Lloré y supliqué ayuda a Shifu.
El dolor era insoportable. El hueso roto atravesaba la carne. Tenía el brazo tan hinchado que me costaba quitarme el abrigo de invierno. Enseguida hice los ejercicios. Incapaz de mover el brazo derecho, mis dedos derechos seguían el ritmo del lado izquierdo. Esta vez, también utilicé pensamientos rectos para superar la tribulación. Fui a trabajar y seguí con mi jornada como de costumbre. Una semana después, Shifu unió mis huesos rotos y pude cocinar con mano firme. El extremo superior del húmero seguía inmóvil. Y la piel de mi brazo estaba negra.
Sabía que fue mi afición a presumir lo que provocó la segunda caída. El día que me caí, me movía apoyándome en el carrito de la compra y empujándolo con los pies. Mis compañeros comentaron: "Qué rápido, como una joven". Haciendo gala de mi fuerza, empujé más fuerte. El carrito iba demasiado rápido y volcó. Así fue como me caí. Aprendí la lección y supe que tenía que cultivar este apego.
Tercera caída de la bicicleta
Justo cuando estaba casi totalmente recuperada de la segunda caída, volví a caerme, esta vez cuando montaba en mi bicicleta eléctrica. Parecía que me había roto el pie derecho. Mi primer pensamiento fue: "Me alegro de que no sea otra vez mi brazo derecho". Intenté caminar. El dolor en el pie era insoportable. Me arrastraba hacia delante. Cada paso me causaba un dolor punzante, y parecía que me iba a caer en cualquier momento.
Las viejas fuerzas utilizaban como interferencia lo que yo no cultivaba bien, y me creaban muchos pensamientos negativos. Esos pensamientos negativos fueron la causa de mi tercera caída. Mi vecino se casaba ese día. Uno de los hijos pequeños de su pariente había desaparecido, y los invitados a la boda buscaban al niño y lo llamaban por su nombre. Yo me estaba bajando de la bicicleta y pensé: "¿Se habrá caído el niño al estanque?". Entonces me caí. Me di cuenta inmediatamente: el niño se había perdido, su familia debía de estar muy preocupada, y yo estaba teniendo un pensamiento negativo.
Reconociendo que tales pensamientos no me pertenecían, supe que debía eliminarlos. Envié pensamientos rectos para eliminarlos. Recité una y otra vez la enseñanza de Shifu, "La conciencia principal debe ser fuerte", de la Sexta Lección de Zhuan Falun. Poco a poco, fueron apareciendo menos malos pensamientos en mi mente. Tardé cerca de un mes en recuperarme por completo.
Confiar en el poder de Dafa
Tuve tres caídas en tres meses. Las superé confiando en el poder de Dafa. Shifu soportó todo por mí y me ayudó a eliminar una gran cantidad de yeli (karma). Mi cultivación también mejoró gracias a estas oportunidades.
También aprendí que cuando un practicante de Dafa se encuentra con tribulaciones, lo primero que debe hacer es tener fe en Shifu y en el Fa. Lo segundo es buscar dentro y eliminar los apegos. Tercero, participar en los ejercicios matutinos, y cuando esto se convierte en un hábito, la recuperación será más rápida si uno está pasando por el yeli de enfermedad.
En más de 20 años de cultivación, estoy donde estoy gracias a la protección de Shifu. En este tiempo final de rectificación del Fa, la única manera de retribuir la misericordia de Shifu al salvarme es hacer bien las tres cosas. ¡Gracias, Shifu!
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Categoría: Mejorándose uno mismo